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“La acería vio disminuida su capacidad productiva en virtud de un conjunto de situaciones donde predominó la ineficacia administrativa en la toma de decisiones”, indicó Jesús Herrera (PorSuttiss).
Correo del Caroní
María Ramírez Cabello
mramirez@correodelcaroni.com
Luego de ser por años la siderúrgica más importante de América Latina y El Caribe, la Siderúrgica del Orinoco “Alfredo Maneiro” (Sidor), ubicada al sur de Venezuela, ha quedado en las sombras del mercado acerero de la región, debido al acentuado retroceso en sus cifras de producción y el desorden gerencial que resulta en altos costos y déficit financiero.
2015 no fue la excepción. Aunque la meta, de acuerdo con un documento de hace dos años con objetivos trazados hasta 2017, se ubicaba en 5,4 millones de toneladas de acero, Sidor produjo un millón 68 mil 91 toneladas de acero, la cuarta parte de su máxima capacidad instalada comprobada.
La ligera alza, 28 mil toneladas más que en el 2014 según cifras extraoficiales, no dio brillo a la siderúrgica el año que recién termina. Como los siete años anteriores, el 2015 fue pésimo en términos de productividad e inversión de capital en la industria, reestatizada en 2008 por orden del presidente Hugo Chávez.
Octubre fue el peor mes en términos productivos.
Los registros de producción de alambrón a lo largo del 2015 muestran un descenso de 26,8% al bajar de 189 mil 353 toneladas en 2014 a 138 mil 480 toneladas en 2015.
En el caso de la fabricación de cabillas, dirigidas principalmente a la gubernamental Misión Vivienda, hubo un alza de 12% de 105 mil 217 toneladas a 118 mil 31 toneladas, un registro pobre considerando que el tren de barras de la estatal está en capacidad de fabricar hasta 390 mil toneladas de cabillas al año.
La producción de hojalata estuvo marcada por el retroceso. La industria registró una fabricación de 13 mil 414 toneladas, 25% de la programación y apenas 4% de la capacidad instalada del área.
Parálisis productiva y altos costos
La producción de 2015 levemente superior a la del año previo cuando la industria cerró en estado de quiebra, luego de que los pasivos superaran en más del doble el valor de los activos, representa la profundización del retroceso operativo.
Las cifras, comparadas con los registros del 2007, muestran una caída de 75% en la producción, considerando que ese año la empresa alcanzó récord de 4,3 millones de toneladas de acero, operada por la trasnacional ítalo-argentina Techint. El declive ha sido progresivo y notorio, tras la vuelta de la acería a manos estatales.
“La acería vio disminuida su capacidad productiva en virtud de un conjunto de situaciones donde predominó la ineficacia administrativa en la toma de decisiones impactando la gestión de abastecimiento, mantenimiento y operaciones, reflejada en la falta de flujo de caja para inversiones, mantenimiento, insumos y repuestos; así como la política de comercialización, convenios y subsidios de los productos”, señaló Jesús Herrera, dirigente de la Organización Proletariados (PorSuttiss).
En el 2016 que recién comienza no ha habido viraje en la conducción. Desde el sábado 9 de enero, la acería de palanquillas, de donde se obtiene material para fabricar cabillas y alambrón, está parada por falta de refractarios para cubas y cucharones, confirmó el director laboral, Pedro Velásquez.
“Hay una posibilidad de que paralicen la acería de planchones para poner a producir planta de pellas para producir hierro de reducción directa, exportarlo y así obtener divisas”, señala el delegado Carlos Ramírez.
La acería de planchones, que surte a los laminadores de productos planos, opera con dos hornos eléctricos (5 y 6) de cinco instalados; un horno cuchara y una máquina de colada continua. La baja operatividad alimenta los rumores de cierre técnico, negados por la industria.
“Están esperando que Sidor consiga unos reales para pagarle al proveedor de refractarios”, señaló el delegado de la acería de palanquillas, Carlos Ramírez, quien destacó que el déficit de insumos determina las interrupciones contantes en las operaciones.
“Hay una posibilidad de que paralicen la acería de planchones para poner a producir planta de pellas para producir hierro de reducción directa, exportarlo y así obtener divisas para solucionar algunos problemas en la planta”, añadió, aunque advirtió que fabricar HRD tampoco será tarea fácil pues los suministros de mineral de hierro, provenientes de Ferrominera Orinoco, son deficitarios.
“Ferrominera solo envía 6 mil toneladas de mineral de hierro a Sidor y eso no alcanza, eso se lo come la acería”, añadió.
En el tren de barras y alambrón, las operaciones también son lánguidas. El trabajador José Cermeño, con más de 15 años de servicio en la industria, señaló que a la falta de insumos se suma la ausencia de personal por las comisiones de servicio y el déficit de transporte que impide que trabajadores de Ciudad Bolívar, Upata y El Triunfo lleguen a la planta.
“Ayer (lunes) arrancamos en el turno de 3 p.m. a 11 p.m. porque en el turno anterior habían parado porque no había grüero en el patio de palanquillas. Sacamos a duras penas una colada porque hay guías malas porque el mecánico está de vacaciones y no hay quien lo sustituya. En condiciones óptimas, deberíamos sacar tres o cuatro coladas y estamos sacando una o media. Hay turnos que sacan 50 piezas, en condiciones normales lo que palanquilla nos entrega no los comeríamos pero como no estamos laminando se alarga el inventario”.
La industria incorporó cientos de trabajadores. Tiene una nómina de más de 12 mil empleados y obreros, pero la falta de transporte y las comisiones de servicio impiden que laboren en las plantas/ Foto William Urdaneta/Archivo
En el área de laminación en caliente, los laminadores están paralizados desde finales de diciembre de 2015 por falta de materias primas, expresó el trabajador Rodolfo Salazar, quien ha laborado 10 años en la planta.
“Cuando nos paramos por falta de material aprovechan de hacer mantenimiento, pero lo que hacemos es remendar piezas viejas porque no hay repuestos”, dijo, al señalar que la baja producción de planchones tampoco permite una mayor laminación de rubros destinados a la industria de la construcción, alimenticia y automotriz.
“Deberíamos recibir 7 mil toneladas de material diarias y hemos recibido hasta 2 mil en los últimos tiempos. Con esos suministros, hay que esperar a que se complete un stock de 35 mil toneladas para trabajar por 15 días seguidos y al ritmo de la acería es muy lento”, afirmó.
Para el ex director laboral, José Jiménez, “lo que se visualiza en Sidor es grave porque no ha habido inversión”.
Importaciones subieron 55% en 2015
En tanto, las importaciones ganan terreno. Entre enero y septiembre de 2015, las importaciones de acero laminado desde China a Venezuela crecieron 55%, de acuerdo con cifras de la Asociación Latinoamericana del Acero (Alacero), ajustando la soga sobre el cuello de la industria estatal local.
Las importaciones saltaron de 207 mil toneladas de acero en los primeros nueves meses de 2014 a 321 mil toneladas en el mismo periodo de 2015, un salto solo superado por las compras externas realizadas en ese lapso por Cuba, Argentina y República Dominicana.
Entre septiembre y diciembre de 2015, la estatal Bolipuertos reseñó la llegada de tres buques con acero: 3.500 toneladas de cabillas en septiembre para la Misión Vivienda; 40 mil toneladas de acero para Pdvsa en noviembre y 9.058 toneladas de hojas de acero y tornillos en diciembre, provenientes de China, también para la estatal petrolera.
En el contexto regional, de los 75,8 millones de toneladas de acero laminado exportados por China en ese periodo de 2015, 6,3 millones de toneladas llegaron a América Latina.
“El acero recibido por América Latina desde China creció 5% en comparación con los nueve primeros meses de 2014. La región alcanza una participación de 8,4% en las exportaciones chinas de acero (vs. 10,3% ene/sept 2014)”, reportó Alacero en su portal.
Si bien la inundación de productos siderúrgicos chino a precios bajos en América Latina impide un acercamiento de la estatal con mercados de la región, antes demandantes del metal, no es menos cierto que en las condiciones actuales, Sidor no es capaz ni siquiera de cubrir su propia demanda local con base en cifras del consumo aparente de laminados de acero en el país de 2 millones de toneladas al año, según el organismo latinoamericano.
De esa cifra, solo se produce la mitad. El resto entra por la vía de la importación, una senda que se cierra por la baja en los precios del crudo y que difícilmente puede cubrirse por el colapso de la siderúrgica estatal de Guayana.
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