Al lunes siguiente, luego de que repentinamente y sin asamblea sindical alguna 76 trabajadores de Chrysler de Venezuela se enteraran de que estaban despedidos, hicieron acto de presencia a primera hora en la Inspectoría del Trabajo “Pipo” Arteaga para buscar los expedientes y saber las razones de por qué la medida antiobrera. El rostro de estos compañeros trabajadores es el de los traicionados, el de los que en plena época decembrina se encuentran ante la incertidumbre de quedar en la calle.
Así como estos padres y madres de familia, algunos con fuero paternal, con niños especiales y discapacitados, trabajadores con 10 y 30 años de labores con asistencia perfecta, se enteraron de que estaban botados sin una notificación formal, sin una asamblea, de la misma manera la burocracia sindical dirigida por Christian Pereira, quien dice ser defensor de los trabajadores, quiso hacer ver (Notitarde 07/12/14 ) que se trató de un arbitraje. De haber sido así, también sería un hecho repudiable por estar un sindicato involucrado en la arremetida contra los trabajadores que supuestamente representan. Pero la realidad es otra y más siniestra, pues se evidenció claramente una violación del derecho al debido proceso de arbitraje y una componenda entre la empresa y el sindicato, donde se fraguaron los despidos a puertas cerradas, a espaldas de los trabajadores sin siquiera respetarse los lapsos contemplados en un laudo arbitral, pues una vez que se designen los árbitros se tendrían 30 días, y en este caso nadie conoce cuántos días han transcurrido de haber habido algún procedimiento enmarcado dentro de la ley.
Desde el Partido Socialismo y Libertad (PSL) y la Corriente Clasista, Unitaria, Revolucionaria y Autónoma (C-cura) denunciamos al Secretario General del sindicato de Chrysler, Christian Pereira, y a la burocracia que habla de un “nuevo sindicalismo” y que en diversas movilizaciones ha manifestado defender el derecho al trabajo, pero que hoy de manera criminal se coloca del lado de los patronos, de los explotadores. La actitud traidora de estos sindicatos burocráticos rojo-rojitos no está solo, por ejemplo, en la retaliación política contra estos 76 trabajadores a través de los despidos, lo cuales no se justifican cuando Chrysler de Venezuela se encuentra en funcionamiento normal, produciendo 40 vehículos por día (poco más del 50% de la productividad esperada) y ni siquiera cuando estuvieron en una situación crítica por falta de divisas hubo despidos. La realidad es que el gobierno otorgó las divisas necesarias para garantizar el correcto funcionamiento por lo menos hasta mediados del primer trimestre del 2015. La traición de estos burócratas disfrazados de luchadores tiene su antecedente cuando el señor Pereira, siendo el presidente de la FUTAAC, ha sido incapaz de organizar la movilización de los trabajadores en la zona industrial en contra de los abusos patronales, como son las reiteradas violaciones de contratos colectivos y despidos en las diversas empresas.
Les decimos a todos los trabajadores que estamos en presencia una arremetida contra la clase trabajadora producto de la confabulación de las Inspectorías del Trabajo manejadas por el gobierno en conjunto con los patronos alineados en los partidos de la MUD y el Gran Polo Patriótico. Pero en este “pacto” entre el alto gobierno y los dueños de fábricas, la burocracia sindical ha tenido su rol principalmente en desmovilizar a los trabajadores con el cuento de que defienden un “proceso”, mientras que en los hechos están de espaldas a la clase trabajadora.
Se hace necesario que desde las bases comencemos a presionar a los dirigentes sindicales a que asuman el verdadero papel de luchadores de la clase trabajadora, que dejen sus compromisos con los explotadores y con la política de un gobierno que se dice “obrerista” pero que en vez de escuchar los reclamos de los trabajadores prefiere sentarse con empresarios de la derecha y rojo-rojitos, o montar teatros como el del “congreso de la clase obrera”, donde en lugar de aumento de salario nos metieron su intención de aumentar el precio de la gasolina.
Los trabajadores despedidos de Chrysler no son los únicos que sufren los embates de esta política antiobrera. En Suramericana de Soplados, los 23 compañeros que quedan llevan más de dos meses sin salario y sin ningún beneficio, mientras que el gobierno no termina de asumir la responsabilidad de expropiar esta empresa abandonada por el patrón; en Aerocav la patronal junto a un sindicato arrodillado pretenden someter a los trabajadores a que acepten una “cajita infeliz” o ser despedidos y esto es solo una parte de una lista de sectores en conflicto que cada día va creciendo. Todas estas justas demandas de la clase trabajadora debemos hermanarlas en un solo plan de lucha y dejar atrás el que en cada fábrica haya una lucha aislada del resto. Es urgente organizar una gran marcha de todos los trabajadores carabobeños contra los cientos de despidos y las miles de calificaciones que reposan en las Inspectorías, y de igual manera debemos rechazar las violaciones sistemáticas de los contratos colectivos.
¡Es necesario buscar la solidaridad de todos los compañeros de trabajo con los despedidos!
¡Por la anulación de todos expedientes de despido que reposan en las Inspectorías del Trabajo!
¡Reenganche para todos y todas ya!
¡Repudio al sindicato burocrático patronal de Chrysler!
¡Por una gran marcha de los trabajadores contra los abusos patronales y de las instituciones del gobierno
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