16/03/2014
“El 14 de marzo de 1883, a las tres menos cuarto de la tarde, dejó de pensar el más grande pensador de nuestros días. Apenas lo dejamos dos minutos solo, y cuando volvimos, lo encontramos dormido suavemente en su sillón, pero para siempre”, eso decía Engels, en su discurso ante la tumba de Carlos Marx..Es de todo punto imposible calcular lo que el proletariado militante de Europa y América y la ciencia histórica han perdido con este hombre. Muy pronto se dejará sentir el vacío que ha abierto la muerte de esta figura gigantesca…Pues Marx, era ante todo, un revolucionario. Cooperar, de este o del otro modo, al derrocamiento de la sociedad capitalista y de las instituciones políticas creadas por ella, contribuir a la emancipación del proletariado moderno, a quién él había infundido por primera vez la conciencia de su propia situación y de sus necesidades, la conciencia de las condiciones de su emancipación: tal era la verdadera misión de su vida. La lucha era su elemento. Y luchó con una pasión, una tenacidad y un éxito como pocos....Y ha muerto venerado, querido, llorado por millones de obreros de la causa revolucionaria...Su nombre vivirá a través de los siglos, y con él su obra.,” concluía Engels.
Desde entonces han pasado 131 años! Efectivamente, fue el revolucionario que a lo largo de su existencia y después de ella, conmovió y conmueve a Europa y el mundo entero. El nombre de Marx y el contenido de todas sus obras fundamentales (desde el Manifiesto Comunista hasta el Capital), se asociaban en la imprescindible necesidad de construir partidos de la clase obrera como el mejor camino para la toma del poder y la transformación de la sociedad. Se constata así la gran vigencia y actualidad de sus obras y de la teoría revolucionaria que elaboró junto a Federico Engels a mediados del siglo XIX.
La explotación de millones de obreros; la opresión a los pueblos, las dos guerras mundiales, la destrucción de la naturaleza y el medio ambiente; la imposición de planes llamados de integración” como el Plan IIRSA, el Plan PPP, UNASUR y otros, para consolidar el control territorial de Sur América, el peligro de la desaparición de la especie humana por obra de la barbarie nuclear, confirman plenamente, la crítica teórica y práctica del modo de producción capitalista efectuada por Marx como sus previsiones fundamentales.
Por otro parte, la intransigente lucha y heroísmo de la clase obrera (en particular en Bolivia) y de los pueblos del mundo entero, contra la bestial explotación, el desempleo y la opresión; la toma del poder por los bolcheviques en 1917, la revolución China, la revolución Cubana, el proceso de la revolución boliviana y en 2013 el mundo se conmocionó por las centenas de millones de obreros en Europa, la India y China, que se movilizaron contra la bestia capitalista, confirman también en la práctica, el vigoroso pensamiento marxista de que la humanidad desembocará en la instauración de la sociedad socialista, a través de la destrucción del Estado burgués.
El supuesto “fracaso del socialismo” del que nos hablan hoy los teóricos capitalistas y los renegados del marxismo, basado en la restauración capitalista en la ex URSS, China y Cuba, es un retroceso parcial en la lucha histórica de la clase obrera y los pueblos en su primer intento por crear una sociedad socialista. Pero no fue el “fracaso del socialismo” sino del stalinismo, una contrarrevolución encabezada por una burocracia parasitaria, cuyo exponente más encumbrado y brutal fue Stalin, que traiciónó y derrotó a esas revoluciones, impuso dictaduras totalitarias que restauraron el capitalismo. Esta restauración capitalista no trajo mejora y bienestar a esos pueblos, sino todo lo contrario redoblada explotación y ruina económica para los trabajadores.
La gran tarea de Marx, fue la de fundamentar a partir de la comprensión científica de las contradicciones irresolubles del capitalismo, la necesidad histórica de su destrucción y la construcción de un sistema económico, político y social superior. ¡Quiénes iban a consumar espectacular tarea histórica? Marx lo dijo con precisión y contundencia: la clase obrera.
El marxismo, ha demostrado ser un pensamiento en constante enriquecimiento, nutriéndose de las conquistas y adquisiciones más adelantadas de las ideas y la investigación. El desarrollo del marxismo, profundizando la experiencia y los aportes de la actividad de las masas obreras y populares, que luchan contra la explotación, la opresión y la irracionalidad del sistema capitalista. Implica por lo tanto, una crítica despiadada e implacable de todo lo existente.
El avance del marxismo, de ninguna manera puede significar su amalgama ecléctica, con las ideas de las clases explotadoras y opresoras ni la subordinación y asimilación a las instituciones y sistemas de dominación, mucho menos a gobiernos llamados populares y “antiimperialistas” que nos quieren hacer creer los falsos marxistas (caso Bolivia, Ecuador, Brasil, Venezuela y otros países), fundadas en la explotación y sojuzgamiento de los trabajadores y pueblos.
A 131 años de la muerte de Marx, los militantes revolucionarios, rendimos homenaje a su memoria y a su labor teórica fecunda y de organización práctica en la lucha social y política del proletariado.
Por lo tanto, reafirmamos con profunda convicción las ideas centrales de su pensamiento en los siguientes puntos:
1.- El marxismo no busca solo la interpretación del mundo sino su total transformación (tesis 11).Lo que cambia al mundo no son las ideas sino la acción, Las ideas son un componente inseparable de la acción, determinando por ello un marxismo crítico, activo y revolucionario.
2.- La explicación fundamental de la historia humana, se encuentra en las condiciones materiales de existencia, las cuales se asientan en última instancia en las relaciones sociales de producción.
3.- Esencialmente, la historia es una lucha de clases, entre explotadores y explotados, opresores y oprimidos, por el control y disposición del producto social, fruto del trabajo de los productores.
4.- En esa lucha de clases, surge el Estado, como órgano coercitivo de la clase dominante, como su guardián, su centro ideológico y el regulador de las relaciones de dominación y explotación entre las clases. Para el marxismo, el Estado no es un órgano de arbitraje o conciliación entre las clases.
5.- El sistema capitalista, es la forma dominante contemporánea de la relación de explotación entre las clases sociales. Su carácter específico de extracción del producto excedente creado por los trabajadores es la plusvalía. La contradicción capital-trabajo, es la relación dominante en el mundo actual y subordina a todas las otras relaciones de explotación (desarrollo desigual y combinado).
6.- El capitalismo es un sistema internacional constituido por Estados nacionales, incuestionablemente subordinados al mercado mundial. En esta realidad, el proletariado, encarnado en formaciones nacionales, existe como primera clase universal con rasgos esenciales comunes por encima de todas las fronteras.
7.- El proletariado lleva en su existencia, la relación esencial de la sociedad futura. Mientras la contradicción que desgarra al capitalismo es la existente entre el carácter social de la producción y el carácter privado de la apropiación. La contradicción que domina la lucha de clases, en su seno, llevará a la destrucción revolucionaria y la superación del sistema, es la que existe entre la dictadura del capital en la producción (despotismo fabril) y la cooperación igualitaria de los productores sometidos a ese despotismo.
8.- La clase obrera por su ubicación en el corazón del capitalismo, está capacitada para asumir, unificar y encabezar la lucha de los pueblos, razas, sectores y minorías oprimidas en una perspectiva anticapitalista y democrática global. En otras palabras, puede asumir a plenitud las aspiraciones de la nación oprimida y llevarla a destruir la dominación de sus opresores. Esta la razón del pensamiento de Marx, que no es solo la expresión de los intereses históricos del proletariado sino también un arma de lucha del conjunto de los explotados en el mundo actual.
9.- Para desarrollar su propia lucha contra el capital y asumir los intereses generales de los oprimidos, la clase obrera debe organizarse autónomamente en el plano social y construir su propia organización política revolucionaria de combate.
Esta tarea supone la ruptura con la ideología de las clases dominantes, el deslinde político en relación con la democracia burguesa y pequeño burguesa y la adopción de normas de organización que erradiquen, todo tipo de subordinación burguesa, estatal, burocrática, patriarcal, jerárquica o caudillista, para luchar junto a sus aliados sociales por su propio proyecto de sociedad.
10.- Para alcanzar estos objetivos, el proletariado necesita destruir la dominación del imperialismo, de la burguesía y de su Estado y constituirse en clase dominante. No puede reformar o adaptar a sus fines el Estado burgués, y sus normas jurídicas (como lo sostiene demagógicamente el gobierno del MAS). Necesita destruirlo y organizar su propio Estado, con sus propias normas que aseguren la gestión y la participación directa de los trabajadores, la revocabilidad de los funcionarios y la desaparición de los privilegios sociales derivados del poder. Este es el contenido concreto de la formula del gobierno revolucionario del proletariado, que implica las más amplias garantías y derechos democráticos para todos los trabajadores y sus organizaciones. Nada ni nadie (Estado, partidos, sindicatos, iglesias) puede sustituir el pensamiento, la decisión y la organización de los trabajadores en la tarea de la construcción del socialismo.
11.- El Estado Obrero, será la ultima forma de dominación de clase y el comienzo de la transición hacia la extinción de las clases, de la división social del trabajo, del carácter mercantil de las relaciones humanas, del régimen del salario y del Estado mismo. Es la transición hacia la libre e igualitaria organización de los productores asociados, el salto al reino de la libertad, el despliegue y la realización de todas las potencialidades del ser humano, el contenido del comunismo.
¡La emancipación de los trabajadores será obra de los trabajadores mismos!
La Paz, 14 de marzo de 2014
* Gonzalo Sanjines es miembro de la Dirección Nacional de Alternativa Revolucionaria del Pueblo ARP-PT
gonsanjines@hotmail.com
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