El secretario general de Sintraori, Alirio Guillén, reta a sus adversarios a que lo venzan en unas próximas elecciones sindicales. Foto William Urdaneta |
22 Octubre 2013
Correo del Caroní
Alirio Guillén no teme a los comentarios contra su gestión como representante de los trabajadores en la comisión de transición de Orinoco Iron. Las acusaciones que hiciera el ministro de Industrias, Ricardo Menéndez, sobre el precio preferencial con que se comercializaba la briqueta a cambio de beneficios personales, lo tiene sin cuidado.
Está seguro de contar con el respaldo de los trabajadores con los que, en las últimas semanas, ha hecho asamblea para exigir que se discuta la convención colectiva del sector briquetero.
Como secretario general del Sindicato de Trabajadores de Orinoco Iron (Sintraori) está dispuesto a colaborar para que la empresa -aún en proceso de estatización- entre en marcha y con ello el pago de los beneficios de los trabajadores.
Hace casi un mes, cuenta, el presidente de la empresa, Wilfredo Villarroel, les pidió colaboración para poder arrancar la producción de la briquetera que, desde hace casi 80 días, está completamente paralizada.
Y en eso están. Guillén está de acuerdo con la solicitud de 320 millones de bolívares hecha a la CVG hace un par de semanas, pero cree que si se prioriza la entrega de recursos sería más fácil para el Ejecutivo desembolsar la cantidad de dinero solicitada.
En dos platos el sindicato espera noticias sobre el pago de las utilidades y la discusión de la convención colectiva, pues desconocen si se contempló su cancelación en un punto de cuenta que elaboraron los presidentes de las briqueteras y se entregó a la CVG hace unos días.
El contrato, en cambio, sólo espera por la participación del coordinador de las empresas briqueteras, Iván Hernández, a quien -los cuatro secretarios generales de la industria- le entregaron un proyecto y comunicación la semana pasada.
“Necesitamos una reunión más formal. Estamos pidiendo que ellos analicen lo que tienen que analizar porque los trabajadores hemos esperado mucho”, dijo.
Guillén destacó que, en comparación con el resto de las empresas, Orinoco Iron o Briquetera del Orinoco -como la bautizó el gobierno- es la que tiene mejores posibilidades de producir debido a que usa mineral fino y no pellas como el resto.
Los trabajadores han avanzado en un 12 por ciento en la parada de mantenimiento del tren 4, el último que estuve en operaciones y que se paró hace 76 días, unos 30 días antes de lo previsto.
Alirio Guillén no teme a los comentarios contra su gestión como representante de los trabajadores en la comisión de transición de Orinoco Iron. Las acusaciones que hiciera el ministro de Industrias, Ricardo Menéndez, sobre el precio preferencial con que se comercializaba la briqueta a cambio de beneficios personales, lo tiene sin cuidado.
Está seguro de contar con el respaldo de los trabajadores con los que, en las últimas semanas, ha hecho asamblea para exigir que se discuta la convención colectiva del sector briquetero.
Como secretario general del Sindicato de Trabajadores de Orinoco Iron (Sintraori) está dispuesto a colaborar para que la empresa -aún en proceso de estatización- entre en marcha y con ello el pago de los beneficios de los trabajadores.
Hace casi un mes, cuenta, el presidente de la empresa, Wilfredo Villarroel, les pidió colaboración para poder arrancar la producción de la briquetera que, desde hace casi 80 días, está completamente paralizada.
Y en eso están. Guillén está de acuerdo con la solicitud de 320 millones de bolívares hecha a la CVG hace un par de semanas, pero cree que si se prioriza la entrega de recursos sería más fácil para el Ejecutivo desembolsar la cantidad de dinero solicitada.
En dos platos el sindicato espera noticias sobre el pago de las utilidades y la discusión de la convención colectiva, pues desconocen si se contempló su cancelación en un punto de cuenta que elaboraron los presidentes de las briqueteras y se entregó a la CVG hace unos días.
El contrato, en cambio, sólo espera por la participación del coordinador de las empresas briqueteras, Iván Hernández, a quien -los cuatro secretarios generales de la industria- le entregaron un proyecto y comunicación la semana pasada.
“Necesitamos una reunión más formal. Estamos pidiendo que ellos analicen lo que tienen que analizar porque los trabajadores hemos esperado mucho”, dijo.
Guillén destacó que, en comparación con el resto de las empresas, Orinoco Iron o Briquetera del Orinoco -como la bautizó el gobierno- es la que tiene mejores posibilidades de producir debido a que usa mineral fino y no pellas como el resto.
Los trabajadores han avanzado en un 12 por ciento en la parada de mantenimiento del tren 4, el último que estuve en operaciones y que se paró hace 76 días, unos 30 días antes de lo previsto.
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