Cada día transcurrido sin operar el flexicoquer de Amuay, se pierden 800.000 dólares diarios
José Suárez Núñez / Petrofinanzas
Javier Larrañaga, ex gerente de Amuay, dijo en la tribuna del think thank de Coener, que los daños en la refinería fueron tan grandes, que pasarán otros seis meses para restablecer las operaciones de la refinería, aunque el gobierno dijo en su primer comunicado después del accidente, que se reactivaría en unos pocos días. Haciendo una extrapolación del costo de los tanques del proyecto original, que fue de 2.800 millones de dólares y los desastres en las instalaciones que desaparecieron áreas completas que borraron las evidencias, esta reparación podría costar 7.000 millones de dólares, agregó Larrañaga.
Heraldo Sifontes, también ex gerente de Amuay que estaba presente, comentó que cálculos hechos en el pasado, indicaron que cada día transcurrido sin operar el flexicoquer de Amuay, se pierden 800.000 dólares diarios. Con medio año transcurridos después del accidente, denunciamos la poca transparencia demostrada por Pdvsa, de un accidente donde murieron 42 personas, 150 resultaron heridas y 7 siguen desaparecidas, y el informe fue prometido para 120 dias después del accidente.
Larrañaga dijo que el nivel de procesamiento de las dos refinerías (Amuay y Cardón) que integran el Centro de Refinación de Paraguaná está trabajando al nivel del 60% de su capacidad nominal, con fuertes daños de las unidad de conversión media y profunda donde se producen los componentes de alto octanaje para abastecer de gasolinas al mercado interno. Varias de las unidades de hidrotratamiento y del complejo de lubricantes de Cardón están fuera de operaciónes.
La principal planta de destilación de Amuay (la destiladora atmosférica No 5 cuya capacidad de procesamiento de crudos es de 185.000 barriles diarios), aún no ha entrado en servicio debido a que su horno e instalaciones fueron afectadas por la explosión del 25 de agosto del 2012. Toda esta situación posterior al accidente se ha convertido en una creciente tendencia de paradas no programadas, y en la injustificable extensión de paradas programadas, aunadas a la recurrencia de accidentes en todas las instalaciones industriales de Pdvsa. Hay que agregar que el bloque 23 de Amuay, el sitio que sufrió la fuerza del incendio y la explosión, están en iguales circunstancias que horas después del accidente.
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