Secuelas económicas del desastre de Amuay
Caracas, 1 de diciembre.- Aunque el ministro Rafael Ramírez ha asegurado en varias ocasiones que el desastre de la Refinería de Amuay no incrementaría la dependencia con respecto a las importaciones de derivados del petróleo, la realidad es diametralmente opuesta a sus declaraciones. La compra de productos refinados a Estados Unidos llegó en septiembre a la terrible cifra de 196.000 barriles diarios.
En agosto, el gobierno venezolano había adquirido 83.000 barriles diarios a los yanquis, y unos 20.000 barriles en agosto de 2011, según fuentes del gobierno estadounidense.
Del total de importaciones de productos derivados del petróleo en septiembre desde EEUU, 68.000 barriles diarios corresponden a la adquisición de gasolina y 28.000 a componentes para la fabricación de gasolina.
La falta de mantenimiento y de inversiones en el Complejo Refinador Paraguaná creó las condiciones en las cuales se produjo la explosión de Amuay, así como al menos diez explosiones y accidentes de menor magnitud desde entonces hasta la fecha.
Lo más grave es que la balanza entre la exportación de derivados del petróleo y mostró números rojos, ya que apenas se exportaron unos 33.000 barriles diarios, por debajo de los 64.000 de agosto. Las importaciones fueron seis veces mayores.
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