(TAL COMO LO RECIBIMOS LO DIFUNDIMOS)
Este jueves 16 de mayo, hemos sido testigos de la ruptura oficial de un mito que adeptos y simpatizantes del comandante Hugo Chávez han tratado de vender en el mercado de favores en que se ha convertido el mercado de izquierdas mundial, el de la paz social. Las prisiones en Venezuela como en el resto del planeta, están atestadas de personas provenientes de los estratos bajos del complejo entramado social que coexiste en este territorio. La Casa de Preeducación y Trabajo Artesanal del Paraíso, mejor conocida como “La Planta” no es la excepción.
Ubicada en una de las principales arterias viales de esta horrible ciudad, La “Planta” es un monstruo de concreto que se alza y nos recuerda a todos sus habitantes el destino incierto de aquellos que deciden ir contra el contrato social, sus agujereadas paredes han sido testigo y cobijo de infinidad de presos, desde policías, yuppies vinculados al “terrorismo financiero”, cubanos anticastristas, delincuentes comunes y hasta algunos encapuchados de los 90´s en sus mal olientes pasillos ha pasado y convivido de todo. Este deposito humano y la decidía que los rodea dio paso a una forma de organización jerarquizada en la cual los mismos delincuentes no solo explotaban a sus compañeros de reclusión sino que gestionaban la coexistencia entre ellos; siendo proveedores, señores feudales y agentes de festejo para el resto de la población recluida, claro esta con una previa y jugosa indemnización de aquellos que querían disfrutar del banquete. Esto genero que la prisión se convirtiera en un gran negocio capitalista, donde todo tenía un precio y valor, sin darse cuenta los reclusos de la Planta que vivían en el lugar más costoso de la ciudad, y en algunos casos hasta el más cotizado. Este negocio capto la atención de las autoridades siempre dispuestas a disputar cualquier lucroso negocio, sino que también les quemaba la manos, el que la organización de los presos los terminar desplazando en la gestión de la prisión, así como al egocentrismo bolivariano como un factor de estabilidad. Es por ello que el novísimo Ministerio para Asuntos Penitenciarios decidió ponerle manos al asunto. Ante un intento de retomar el control de la Planta, los presos han respondido con fuego. No solo se han atrincherado en una clara demostración de desafío a la autoridad sino que han ido más allá y han desatado una guerra de baja intensidad contra el aparato represivo de la Quinta Republica. Aunque nos pronunciamos contra del abuso empleado por los pranes (jefes del penal) y el empleo abusivo y capitalista de sus practicas, también entendemos que son un subproducto del sistema y de un empleo discriminatorio de la renta petrolera. Nuestra solidaridad es con sus familiares y allegados que sufren a las afueras del penal y contra la prisión como pena en esta sociedad desigual. Sin duda alguna con los sucesos de la “Plantan” dejan al descubierto la ficción de la presunta “paz social” de que se jacta el oficialismo y deja entrever que en tiempos de falsa igualdad social, que todavía se respira el germen de la Guerra Social Solidaridad con los familiares de los reclusos Una muerte en prisión es un crimen de estado ASA
(Anónima Solidaridad Anarquista)
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