Esta crisis operacional es consecuencia de la falta de inversión en mantenimiento y prevención, responsabilidad que recae en el gobierno nacional, el ministro Ramírez, y en una gerencia negligente, sin la capacidad técnica para ejercer la dirección de nuestra principal industria, cuyo único mérito es ser activistas políticos del partido de gobierno y estar “resteados” con el Presidente.
Son los trabajadores, reales conocedores de cómo operar la industria, a quienes corresponde librar una dura lucha para que se garanticen las inversiones necesarias para el mantenimiento y la operatividad segura, tanto para el ambiente, las comunidades aledañas a las áreas petroleras, como para la salud de los mismos trabajadores.
La enorme renta petrolera que el país viene percibiendo permite las necesarias inversiones en este sentido, pero se requiere un giro radical en la política que rige hoy a la industria, de entreguismo a través de las llamadas empresas mixtas y de persecución hacia los trabajadores para que no denuncien las irregularidades.
Tal como lo ha venido denunciando José Bodas, secretario general de la FUTPV y dirigente de nuestro partido, si las condiciones de infraestructura en las plantas petroleras del país continúan en el abandono, como hasta ahora, “PDVSA se caerá a pedazos”. Le corresponde a los trabajadores rescatarla y ponerla al servicio del conjunto de la población.
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