Por: LaCantera
En el año 1780 todo el altiplano se hallaba convulsionado
con la sublevación de Tupac Catari. En las principales ciudades como Potosí,
Charcas, La Paz sonaban los pututus anunciando el levantamiento indígena contra
tantos años de abusos españoles.
(En el dibujo, el sacrificio de Túpac Amaru II, en 1781. El mismo procedimiento
de utilizo contra Túpac Catarí)
Para los españoles dominar la insurrección era cuestión
de vida o muerte. Si vencían los rebeldes, acababa el poderío de España no solo
en las colonias americanas, sino en todo el imperio, en cuyos dominios nunca se
ponía el sol.
Para los indios la sublevación constituía la recuperación
de su libertad, territorio y riquezas o su definitiva claudicación ante el
poderío de los blancos, de esa otra raza que había venido allende los mares
para hacerse dueña de sus riquezas y de derribar su cultura milenaria.
La vida en los pueblos de la colonia era cada vez más
insoportable para los naturales del país. Los cargos públicos, con una que otra
excepción, estaban monopolizados por los españoles. Todas las riquezas que se
extraían en Potosí y de las minas del Alto Perú eran conducidas a la metrópoli,
quedando su producto como beneficio para el tesoro español y para los
aventureros que habían cruzado los mares en busca de riquezas en el nuevo
mundo. Los corregidores españoles se confabulaban con los curacas, curas y
gobernadores, para oprimir a los naturales, encarcelándolos, torturándolos y
violando a la mujeres que no tenían ningún derecho ya que eran esclavas. Por
estas causas muchos huyen hacia otras tierras, otros se despeñan junto a su
familia o quiebran los brazos y piernas de sus hijos para que no sean usados
como esclavos.
El corregidor de Chayanta, provincia de Potosí, Joaquín
Alos y Bru, conjuntamente con el recaudador de impuestos reales, inició una
verdadera expoliación a los indígenas de aquella provincia, aumentando en forma
considerable el tributo que debían pagar. El cacique de Macha, Tomas Catari,
tomo la representación de sus compañeros indígenas de la provincia de Chayanta
y se fue primero a Potosí y después a Chiquisaca a reclamar por el aumento del
tribute real. Pero, sus reclamos fueron inútiles tanto en Potosí como en
Charcas.
No hubo autoridad que atienda y considere sus
reclamaciones, ratificándose, por el contrario la elevación del tributo sobre
las tierras de origen y aprobándose las medidas adoptadas por el corregidor
Alos y Bru. Tupac Catari luego de muchos sacrificio emprendió viaje a Buenos
Aires allí se entrevisto con el virrey José Vertiz quien se concreto en darle
una recomendación para que le atiendan las autoridades de Charcas y Potosí.
Catari se presento ante la real audiencia de Charcas enseñando la recomendación
del virrey, el fiscal de la audiencia , José Castillo, al hacerse cargo de
dicha recomendación pidió informe al corregidor de Chayanta, el informe de este
fue justificar el aumento y desprestigiar y humillar a Catari. Cuando Catari
regreso a su casa fue tomado preso acusándolo de provocar perturbaciones en el
cobro de los impuestos. Este hecho exacerbo los ánimos de los originarios
quienes atacaron la guardia que custodiaba a Catari, hasta poner a este en
libertad. Luego de esto vengaron la humillación degollando al recaudador de
impuestos de apellido Bernal.
El corregidor A los mandó a prender a Catari a quien
consideraba el cabecilla de esta revuelta. Lo hizo conducir a Chuquisaca para
su juzgamiento por los delitos de rebelión y asesinato. El 24 de agosto de 1780
el corregidor de Chayanta dispuso que en el pueblo de Pocoata se levante las
nominas de los indios que debían viajar a las minas de Potosí en el carácter de
mitayos. Para el efecto, Alos y Bru se traslado personalmente a aquel pueblo.
Cuando ya se iniciaba el empadronamiento, uno de los
indígenas se encontraba en el grupo de los que debía viajar a Potosí, dio el
grito de rebelión. E inmediatamente, todos se levantaron contra el reducido
números de españoles encargados de su custodia. Dieron muerte a casi todos y al
resto lo detuvieron entre ellos al corregidor a quien condujeron preso hasta el
pueblo de Macha.
A la llegada de los insurrectos a esta población no hubo
resistencia, los españoles que allí se encontraban escondieron o escaparon
dejando el pueblo a los rebeldes.
Consumada la rebelión en Macha y en Pocoata, lo mismo que
en algunos caseríos y poblados indígenas, en los que en breve tiempo circulo la
noticia de sublevación, asumieron la jefatura del movimiento Dámaso y Nicolás
Catari, hermanos de Tomás.
Tan pronto como tuvieron establecidos sus reductos,
enviaron emisarios a Chuquisaca, exigiendo la libertad de Tomas Catari y
haciendo saber a los oidores de la audiencia de charcas, que conservarían en
rehenes al corregidor de Chayanta y al resto de los españoles y haciendo saber
que si no ponían en inmediata libertad a Catari degollarían al corregidor y al
resto de los españoles.
Ante esta amenaza la audiencia de charcas puso en
libertad a Tomas quien regreso a Macha, no solo con mayor prestigio ante sus
compañeros, sino decidido a terminar con la violencia de los españoles.
Y la rebelión creció por todas partes La Paz, Oruro,
Cochabamba, Tarija, unos tras otros los caseríos se fueron uniendo a la
insurrección.
Los rebeldes hicieron base en Chayanta . Su líder Tomas
Apaza, conocido como Tupac Catari antes de comenzar la guerra había sido
sacristán en la parroquia de Ayoayo situada a noventa kilómetros de la Paz. Su
esposa Bartolina Sisa se unió a él con 25 años. Bonifacio Chuquimamani, otro de
los líderes del levantamiento , tomo el nombre de Manuel Clavijo.
El 13 de marzo de 1781 el Ejercito Aymara decide la toma
de La Paz, sitiándola. En la ceja del alto se levantó el campamento desde el
cual se divisaba la ciudad. A todo esto la ciudad preparaba su defensa,
Sebastián de Segurola , brigadier, fue el líder de las milicias.
Con el paso del tiempo comenzaron a faltar los víveres y
el agua. Todos los días el ejercito Catarista avanzaba sobre la ciudad, se
hacían pelotas de lana empapadas con aceite o pólvora y se arrojaban a la
ciudad para cansar al enemigo y desgastarlos para la lucha.
El 21 de mayo Tupac Catari se aleja y el ejército queda
bajo la dirección de Bartolina Sisa, su misión es la de cuidar que el cerco a
Chuquiago no se rompa pero los españoles al ver a una mujer en la dirección
envían 300 soldados para capturarla.
Lejos de pensar en retirarse, Bartolina ordena el ataque
que ella dirige y a fuerza de piedras los españoles son derrotados por el
ejército andino donde las guerreras aymaras lucharon a la par de los hombres
aymaras.
No fue rara la participación de las amazonas Aymaras y
Quechuas. El ejército de Quiswas de Chayanta, por ejemplo, estuvo dirigido por
la viuda de Tomas Katari: Kurusa Llave, quien luchó valerosamente hasta ser
derrotada por las fuerzas de auxilio que recibieron los españoles, dirigidos
por Ignacio Flores.
De la misma forma Gregoria Apaza, hermana menor de Tupac
Catari quien fue compañera de Andrés Tupac Amaru hijo del Inca Tupac Amaru,
dirigió alas tropas femeninas, en varias batallas. Esta comandanta, vestida de
hombre, dirigió fieras ofensivas del ejército del joven Amaru.
Muchas otras mujeres anónimas andinas pelearon en los
ejércitos Amaristas y Cataristas.
Se habían cumplido 109 días del cerco Katarista cuando el
10 de julio de 1781, los españoles recibieron refuerzos desde Charcas. Después
de dejar algunas provisiones que no lograron satisfacer a la población española
y criolla en Chuquiago, el ejército español salió de la ciudad para asaltara
las comunidades. Se produjeron nuevas atrocidades con el incendio y quema de hombres,
mujeres y niños / as en las comunidades y el degüello de varios pobladores
indígenas.
Tupac Catari es obligado a replegarse y en esta acción se
produce la captura de Bartolina Sisa.
Cuando la comandanta se dirigía al campamento de
Pampajasi, sus mismos acompañantes la traicionan y la entregaron al cruel
Flores quien la condujo presa a la ciudad de La Paz. En Chuquiago fue recibida
por una lluvia de piedras, insultos y golpes. El genocida Segurola la encerró
encadenada en la peor de las celdas.
Los españoles torturan a Bartolina Sisa y le dan el peor
de los tratos pero la mantienen con vida esperando usarla como un cebo para
capturara Katari.
El 5 de octubre, por ejemplo, sacan a Bartolina de su
prisión y disfrazan las terribles condiciones en que la tenían prisionera,
lavada y vestida con ropajes ajenos la colocan a pocos pasos del cerco humano
del ejercito Katarista, mientras Segurola prepara el ataque con varios soldados
españoles disfrazados de indígenas. Sin embargo, Tupac Catari, no cae en la trampa
y envía a dos mensajeros para que entreguen alimentos, coca y oro a Bartolina.
Los Cataristas planearon usar el recurso de la inundación para tomar
Chuaquiago, el 12 de octubre es desbordada la represa a orillas del cerro
Achachicala que las tropas cataristas habían construido; pero la inundación no
tuvo el resultado esperado. En tanto, Chuquiago recibió un fuerte refuerzo
militar muy superior numéricamente y armamentísticamente al ejercito catarista,
obligándolo al repliegue.
Tupac Catari es atacado por dos ejércitos, el de Reseguín
y el de Segurola quien ataca desde el valle de Mallasilla masacrando a
diferentes poblaciones indígenas. Catari se ve obligado a ordenar la retirada
hasta Peñas donde se encuentra con Miguel Bastidas, quien ya había desertado.
Otro traidor: Tomas Inkalipe, delata a Catari y facilita su aprehensión.
Catari es conducido hasta Achachicala, rapado, coronado
con una gorra de espinas y clavos es paseado y expuesto para burlas. El 14 de
noviembre de 1781 es masacrado. Amarrado a las cinchas de 4 caballos que lo
descuartizarían, después de arrancarle la lengua y luego exponen los trozos.
Después de 10 meses sus restos son quemados y sus cenizas
arrojadas al aire. Un año mas tarde, el 5 de septiembre de 1782 los españoles y
sus bizarros mestizos, sacan a Bartolina Sisa rapada y desnuda, la hacen pasear
por la calles de Chuquiago, torturada, golpeada e insultada, es atada a la cola
de un caballo con una soga al cuello y le ponen una corona de espinas. Sus
miembros fueron arrancados y su cabeza clavada en un palo fue expuesta en
Cruzpata.
El mismo trato español, recibió Gregoria Apaza, compañera
del joven inca Andrés Tupac Amaru, ella fue igualmente paseada con una corona
de clavos y espinas junto a Bartolina Sisa y ahorcada y después despedazada. Su
cabeza fue expuesta en Sorata y luego quemada y sus cenizas arrojadas al
viento. Anselmo, hijo de Andrés Tupac Amaru, un niño de 10 anos fue descubierto
por el Corregidor Necochea y torturado y luego muerto.
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