sábado, 20 de junio de 2020

Gobierno designa nuevo CNE en medio del hambre y aumento de contagios de Covid19




Por Partido Socialismo y Libertad

Declaración del PSL ante designación del nuevo CNE

El pasado viernes 12 de junio el gobierno junto al Tribunal Supremo de Justicia designó un nuevo Consejo Nacional Electoral.

Este proceso se inició viciado ya que es a la Asamblea Nacional a quien corresponde designar a los rectores del CNE, de acuerdo a lo establecido en la constitución. Pero además, el gobierno utiliza al TSJ para inmiscuirse en las controversias internas de los partidos, y se toma la atribución de designar a sus autoridades. Debemos rechazar esta espada de Dámocles de un organismo del Estado burgués que se cierne sobre todos los partidos.

Los integrantes del nuevo CNE serían Indira Alfonzo como presidenta, Tanía D’ Amelio, Gladys Gutiérrez, Rafael Simón Jiménez y José Luis Gutiérrez Parra. Las tres primeras rectoras mencionadas ligadas directamente al partido de gobierno, y los otros dos a la oposición patronal. De esta forma el gobierno se asegura la mayoría del mismo, tal como sucedía con el anterior. Es decir, nada nuevo bajo el sol.

El operativo del gobierno para terminar de controlar la única herramienta del régimen que no tiene a su disposición, comenzó el pasado 5 de enero cuando disgregó a la AN apoyándose en la división ya existente en el seno de la oposición patronal, y utilizando a uno de los sectores corruptos del parlamento encabezado por el oscuro diputado Luis Parra.

La cuarentena había ralentizado el proceso. Ahora el gobierno retoma su objetivo de hacerse con el control de la Asamblea Nacional, a sabiendas de que la oposición patronal está profundamente dividida. Además cuenta con el respaldo de un sector de ella (Fermín, Falcón, Zambrano), y otro proveniente del chavismo que estaría por sumarse (Redes-Juan Barreto). El gobierno para llevar adelante esta tarea, cuenta con los oportunistas provenientes tanto del chavismo como de la oposición patronal, todos dispuestos a negociar y a venderse, con el argumento fatuo de que buscan una salida “pacífica” y “política” a la grave crisis social y económica generada por el falso socialismo chavista. En la práctica todos se prestan para darle un espaldarazo a las intenciones gubernamentales.

Este proceso hacia unas elecciones parlamentarias no despierta el más mínimo interés en el conjunto de los trabajadores, jóvenes y sectores populares agobiados por una pavorosa crisis, agravada por los efectos de la crisis sanitaria profundizada por el coronavirus.

Para el gobierno es una oportunidad de desviar la atención de los numerosos problemas que aquejan al pueblo y a los trabajadores y trabajadoras, convocando unas elecciones que no solucinarán ninguna de esas calamidades.

La preocupación fundamental del pueblo trabajador es el desastre de los servicios públicos. Es el calamitoso día a día de millones de pobladores de los barrios populares que tienen que cargar con baldes de agua, o esperar una cisterna, porque no tienen el vital líquido; sin gas, sin gasolina, ahora privatizada y a precios internacionales y el dólares; con constantes apagones. Pasando hambre en medio de la cuarentena. Sin plata en los bolsillos para adquirir los alimentos cada vez más caros. Lo que obliga a muchos que trabajan en el sector informal a tener que salir a trabajar, a rebuscarse para poder llevar comida a sus familias. Muchos otros siguen trabajando con salarios miserables, en empresas y fábricas donde no se respetan las mínimas normas de bioseguridad. En un contexto donde los contratos colectivos fueron liquidados y sin estabilidad laboral.

Mientras tanto el gobierno flexibiliza la cuarentena, en momentos en que aumentan los contagios del Covid19, con el objetivo de preparar el terreno para las elecciones parlamentarias. Unas elecciones completamente divorciadas de las necesidades urgentes de millones de trabajadores y habitantes de las comunidades populares.

Desde el Partido Socialismo y Libertad (PSL) hemos denunciado el carácter dictatorial del gobierno cívico-militar (ahora también policial, según el discurso gubernamental). El de Maduro es un gobierno que reprime todo disenso, que persigue a los que luchan y protestan; que restringe las libertades democráticas. Este carácter represivo tiene como objetivo quitar cualquier obstáculo en su camino de seguir instrumentando el paquetazo de ajuste, que aplica desde 2018 con el nombre de Programa de Recuperación, Crecimiento y Prosperidad Económica; con el cual mata de hambre al pueblo trabajador venezolano, descargando la crisis creada por boliburgueses, capitalistas y transnacionales sobre los hombros del pueblo.

Ahora nombra un nuevo CNE a su imagen y semejanza en acuerdo con sectores de la oposición patronal, y se apresta a convocar elecciones parlamentarias este mismo año. Todo hace presumir que se repetirá la historia fraudulenta de las elecciones previas celebradas después que a sangre y fuego se derrotó la rebelión popular del año 2017.

En el PSL creemos, y siempre lo hemos planteado así, que la única manera de derrotar al gobierno y su paquetazo de ajuste, de enfrentar el hambre y recuperar las libertades democráticas es con la lucha y la movilización masiva de los trabajadores y el pueblo. No nos hacemos ilusiones electorales.

En frío, sin gente en la calle protestando, el gobierno tendrá la vía libre para hacer de las suyas, utilizando al CNE que acaba de nombrar, y garantizarse así los resultados necesarios para recuperar la AN. Sólo con la presión ejercida desde abajo con la movilización podremos imponerle al gobierno elecciones verdaderamente democráticas y transparentes. Y no sólo parlamentarias, también presidenciales, para que el pueblo decida el destino del actual gobierno.

Unas elecciones mínimamente democráticas supondrían la liberación de todos los trabajadores y trabajadoras detenidos por luchar o protestar; la suspensión de las medidas cautelares que pesan sobre jóvenes, trabajadores, dirigentes sindicales, populares y campesinos; la libertad para todos los presos políticos, sin importar su tendencia ideológica; legalización de los partidos políticos; una reforma electoral que incluya la representación proporcional de las minorías; minutos para todos los candidatos en los medios públicos y privados, entre otras prerrogativas que lamentablemente no se ven por ninguna parte.

Caracas, 19 de junio de 2020

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