Roger Waters: Otra estrella cae en desgracia debido a la guerra civil siria

Promoción, ante un concierto en Canadá. 

Deslinde: Las vueltas que da el mundo. Ésto, es algo 
de lo que quisiéramos conocer una rectificación en su discurso.

Tomado de: Flores en Daraya 

Autor: Merve Sebnem Oruc (*)
Traducción: Mariana Morena
Publicado originalmente en
inglés por: Daily Sabah

Los países occidentales son hipócritas sobre los conceptos en los que dicen creer, como la democracia y los derechos humanos, cuando se trata de pueblos no occidentales y su sufrimiento.

Fue el líder de uno de los mejores grupos de rock’n roll de todos los tiempos. Algunas de sus canciones son consideradas las mejores en la historia del rock. Cuando realizó la gira “The Wall Live” de 2010 a 2013, tocó para más de 4 millones de aficionados, la gira más grande para un solista.

Se robó nuestros corazones cuando se atrevió a hablar en contra de Israel. Viajó a Cisjordania, habló con palestinos en los territorios ocupados y proyectó las famosas letras de “Otro ladrillo en el muro” – “No necesitamos su control de pensamiento” – en la barrera de seguridad israelí-palestina en Belén en 2006. Lo teníamos tanto aprecio por ser uno de los pocos músicos estadounidenses que defienden los derechos de los palestinos. Sin embargo, el ex cantante y bajista de Pink Floyd, Roger Waters, nos ha decpcionado esta vez. Haciéndose eco de la propaganda de Bashar Assad, dio a entender que los Cascos Blancos de Siria organizaron un reciente ataque químico que provocó los ataques aéreos con misiles, liderados por los EE. UU., contra objetivos del régimen sirio. Waters hizo la acusación durante un concierto el viernes en Barcelona, ​​donde llamó a los voluntarios en primera línea una “organización falsa” que creó fabrica propaganda para “yihadistas y terroristas”. Luego afirmó que escuchar la propaganda de los Cascos Blancos y otros, “nos animaría a alentar a nuestros gobiernos a arrojar bombas sobre el pueblo en Siria”.

Bueno, alguien ya ha estado arrojando bombas sobre los sirios, pero Waters no lo sabe, o no le importa. Es triste ver a alguien que aboga por la paz y la justicia para los palestinos demostrar que es profundamente ignorante sobre lo que ha sucedido en Siria durante siete años. Comparto completamente sus profundos sentimientos de desconfianza hacia los gobiernos occidentales, pero es decepcionante ver que su concepción de las políticas occidentales en Oriente Medio lo ciega ante los crímenes de dictadores como Assad, el carnicero de Siria.

Los Cascos Blancos, también conocidos como la Defensa Civil siria, nominados para un Premio Nobel en 2017, han salvado más de 80.000 vidas desde 2012. Se crearon después de que la fuerza aérea del régimen comenzara a lanzar bombas sobre civiles sirios. Muchos de ellos han sido asesinados por el régimen mientras intentaban salvar vidas.

No estoy segura de si esto significará algo para Waters. Si hubiera ido a la frontera con Siria y hubiera visto la tragedia de gente real o hubiera hablado con algunos de los millones de refugiados sirios que tuvieron que huir de su país, habría entendido que, como era de esperar, algunas personas han tenido el poder en sus manos durante décadas en Oriente Medio y maltratan su pueblo. Por supuesto, los poderes occidentales han estado involucrados con el imperialismo y, de diferentes maneras, todavía lo están. Sin embargo, los países occidentales no son los únicos a los que no les importan las vidas de las personas. La gente en Oriente Medio no tiene que ser asfixiada entre carniceros como Assad, que masacra, bombardea y tortura a cientos de miles de su propio pueblo, y los occidentales, que usan la tragedia del pueblo inocente para su propio beneficio. La gente común en Medio Oriente no debería ser silenciada por organizaciones terroristas famosas como Daesh, que encontraron la oportunidad de ascender y extenderse en medio del caos iniciado, en primer lugar, por los brutales regímenes.

Los países occidentales tienen la costumbre de intervenir o no en atrocidades en países no desarrollados, de acuerdo con sus intereses. Usan la democracia, los derechos humanos y la libertad en sus declaraciones muchas veces, pero lo que traen a esos países siempre ha sido más opresión, violencia y muerte. Invadieron Iraq en 2003, y hoy es un desastre desgarrador. Lo que le hicieron a Siria ha sido lo mismo, pero lo causaron con solo mirar y no intervenir. Sabemos que las armas químicas que utiliza el régimen de Assad son una amenaza para Israel, por lo que los EE.UU. decidieron atacar las reservas y fábricas del régimen: las personas inocentes, en su mayoría mujeres, niños y bebés que se asfixiaron y ahogaron no eran importantes para ellos. Si no, habrían detenido a Assad años atrás cuando comenzó a usar armas químicas contra su gente.

Desafortunadamente, personas como Waters, que tienen el poder de llegar al corazón de millones con sus palabras, también abandonaron a esas víctimas porque sus asesinos son dictadores sangrientos que se autodenominan antiimperialistas, no imperialistas occidentales o sionistas. Noticia de última hora para Waters: no hay una solución única que sirva para todo como defensor de los derechos humanos en el Medio Oriente.

Si solo te enfrentas a los crímenes occidentales y solo ves los conflictos en relación con la seguridad de Israel, te vuelves esclavo del discurso geopolítico. Si te olvidas de ver a millones de musulmanes que han sido oprimidos bajo la dictadura de una familia cruel, ocultos tras el surgimiento de grupos terroristas como Daesh, te estás dejando engañar por el discurso cultural, que es básicamente un círculo vicioso que repite islam, islamistas, terrorismo e islamofobia. Si no puedes librarte de la influencia de la propaganda bombeada por los medios, y aclaras tu mente para escuchar tu conciencia, perderás de vista la esencia de los derechos humanos y a millones de refugiados, detenidos, víctimas de tortura, violaciones, necesidades de ayuda y alimentos, el hambre como arma de guerra y muchos otros.

La derecha occidental no tiene ningún problema con todo lo anterior, pero ¿qué pasa con la izquierda? ¿La izquierda en Occidente solo se preocupa por los derechos humanos, la libertad y la igualdad cuando se trata de luchar contra el imperialismo occidental? Por desgracia sí. La izquierda en Occidente ha caído en las trampas cavadas por el régimen de Assad y sus partidarios debido a sus prejuicios, sus rituales de pensamiento profundamente arraigados y su escaso conocimiento de los sirios, su experiencias anteriores o la historia de sus luchas locales.

Tristemente, la causa palestina ha desempeñado paradójicamente un papel negativo en la hostilidad de la izquierda hacia los sirios. Según su hipótesis, Siria está en contra de Israel, que ocupó los Altos del Golán, por lo que si Siria está en contra de Israel, está contra el sionismo y el imperialismo y con Palestina. Ni siquiera se han molestado en echar un vistazo a lo que Assad le hizo al campo de refugiados palestinos de Yarmuk durante años. Siempre recuerdan las masacres de Sabra y Shatilla en el Líbano tras la invasión israelí del Líbano, pero ni siquiera saben lo que Hafez Assad hizo con los refugiados palestinos en campos como Tal al-Zaatar con una milicia libanesa llamada Amal durante la primera mitad del conflicto civil libanés. Guerra. Mataron a cientos y los dejaron morir de hambre durante semanas.

Durante años, los sirios han estado tratando de sobrevivir bajo una monstruosa campaña de aniquilación al igual que los palestinos, pero incluso los defensores de la causa palestina los han abandonado porque simplemente no pueden mirar fuera de las ventanas de sus torres de marfil antiimperialistas. Si Waters fue sincero cuando cantaba: “No necesitamos su control de pensamiento”, entonces debería quitarse las vendas, romper sus cadenas, abandonar su ordenado y acogedor castillo antiimperialista por una vez y visitar nuestro complicado mundo real donde ambos, imperialistas y los llamados antiimperialistas matan a personas inocentes a sangre fría. Estaríamos encantados de mostrarle el panorama.

*Merve Sebnem Oruc es jefa de edición de periodismo en línea, comentarista y columnista en Turquía. Se centra en la política y la diplomacia turcas, las relaciones árabe-israelíes y la política de Medio Oriente.