miércoles, 11 de abril de 2018

La heroica huelga de hambre de los presos políticos saharauis


Por Simón Rodríguez Porras

Veintiséis presos políticos saharauis cumplieron un mes en huelga de hambre en las cárceles de la monarquía marroquí y entran en una fase decisiva de su lucha. Ante el silencio cómplice de la mayoría de los gobiernos del mundo, los presos políticos han resistido durante la larga huelga en condiciones durísimas, sometidos a regímenes de aislamiento en celdas diminutas e insalubres, arriesgando su vida exigiendo a las autoridades coloniales el reconocimiento de su condición de presos políticos y la garantía de condiciones de reclusión mínimamente respetuosas de la dignidad humana, como el acceso a alimentación adecuada y atención médica. Esta semana han amenazado con pasar a una huelga seca y dejar de ingerir líquidos.

El régimen marroquí les ha encarcelado, apelando a burdos montajes judiciales, únicamente por defender su derecho a la autodeterminación nacional, como parte de una política de terrorismo estatal contra la población saharaui. Durante las cuatro décadas de ocupación colonial marroquí, el régimen monárquico ha empleado los métodos represivos más sórdidos, como la desaparición forzada de quinientos civiles y de más de ciento cincuenta prisioneros de guerra. Actualmente hay más de cincuenta presos políticos, 19 de ellos por su participación en el campamento de la dignidad de Gdeim Izik, en el otoño de 2010, una protesta y pacífica en los territorios ocupados del Sáhara Occidental que fue salvajemente reprimida por el colonialismo marroquí, con un saldo de decenas de personas asesinadas y miles de heridos y detenidos. Los presos de Gdeim Izik fueron condenados en farsas judiciales a penas entre 20 años y cadena perpetua. En total son 26 presos políticos saharauis, el grupo de Gdeim Izik y otros presos políticos que se ha sumado en solidaridad, en huelga de hambre en siete cárceles marroquíes.


Para el triunfo de esta lucha es crucial la solidaridad. Recientemente ha habido grandes triunfos, como el de ochocientos presos políticos palestinos que doblegaron hace un año al Estado colonial de Israel e hicieron valer varias de sus reivindicaciones, aunque uno de los presos murió por complicaciones renales derivadas de su participación en la huelga. Pero también conocemos de la trágica muerte de huelguistas como el irlandés Bobby Sands a manos del gobierno de Margaret Thatcher. Hay que hacer lo necesario para contribuir a doblarle el brazo a la monarquía, aumentando todo lo que sea posible el costo político de no atender los reclamos de los presos políticos saharauis. Exijamos a los gobiernos cuyas empresas trafican con recursos naturales extraídos de los territorios ocupados por Marruecos, como en el caso de Venezuela con la compra de roca fosfática por parte de Pdvsa y Pequiven, que cesen inmediatamente dicho comercio. Exijamos que se suspendan las relaciones diplomáticas con Marruecos hasta tanto garantice el respeto a la vida y a los derechos de los presos políticos, así como la autodeterminación del pueblo saharaui.

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