29 de septiembre.- El presidente Nicolás Maduro se reunió este lunes en Cartagena con el secretario de Estado de EEUU, John Kerry, tras la firma del acuerdo que puso fin al conflicto armado entre el gobierno colombiano y la guerrilla de las FARC.
El gobierno yanqui dio el visto bueno a las negociaciones realizadas en Cuba entre el grupo guerrillero y el gobierno del derechista Santos, las cuales contaron con el rol mediador del gobierno venezolano.
El gobierno de Obama también respalda las negociaciones entre el gobierno de Maduro y la MUD, con la mediación de los ex presidentes Rodríguez Zapatero, Fernández y Torrijos.
“Celebro la oportunidad de tener una reunión con el presidente Maduro”, declaró el funcionario yanqui. La tónica del encuentro contradice los discursos del presidente venezolano en los que asegura ser la víctima de una conspiración económica dirigida por EEUU, la llamada “guerra económica”. La principal transnacional con contratos petroleros en Venezuela es la Chevron yanqui.
Apenas tres días antes de esta reunión entre Maduro y Kerry, la canciller Delcy Rodríguez intervino en la 71° Asamblea General de las Naciones Unidas, donde aseguró que existía una “campaña mediática de desprestigio” y “boicot económico” por parte de EEUU. Pero el falso antiimperialismo del gobierno tiene patas cortas, apenas es un recurso para distraer de la crisis, ante la pérdida de apoyo popular de Maduro, mientras continúa el saqueo por parte de los yanquis.
El propio Maduro hizo referencia el miércoles a la reunión con Kerry, planteando las expectativas de su gobierno en mejorar las relaciones con el gobierno yanqui: “Fue una reunión, yo diría que agradable, franca, respetuosa, diplomática, y yo que soy cristiano practicante, militante y creyente de Cristo nuestro Señor redentor, le pido a Dios que los que allí se conversó se haga realidad”. Maduro admitió que pronto se realizará en Caracas una reunión con el subsecretario de Estado yanqui Thomas Shannon y que se estudia la posibilidad de una reunión con Kerry en territorio venezolano.
Aunque el imperialismo impulsó un golpe de Estado en 2002 contra Chávez, posteriormente el gobierno chavista pactó con los principales grupos burgueses nacionales, como el de Gustavo Cisneros y no hubo nuevas tentativas golpistas después del fracaso del sabotaje petrolero en 2003, aunque hubiera modalidades de injerencia de menor magnitud, como el financiamiento a partidos y organizaciones de la oposición patronal.
Desde 2008 ambos países no tienen embajadores en funciones, y algunos funcionarios chavistas han sido sancionados por el gobierno yanqui, pero los negocios de las transnacionales imperialistas no se han visto afectados.
Ante la actual crisis económica, social y política, EEUU procura una salida negociada entre el chavismo y la MUD.
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