viernes, 18 de marzo de 2016

"Sidor hoy es una tristeza"

La protesta contó con la inusual participación de los trabajadores
de la nómina conducción Clavel Rangel


Clavel A. Rangel JIménez
Correo del Caroní

Los siderúrgicos también exigen la remoción de la gerencia militar, que desde la nacionalización ha administrado la fábrica, con mayor presencia desde 2013.

Los trabajadores de Sidor marcharon desde el portón de la empresa hasta la Corporación Venezolana de Guayana (CVG) exigiendo aumento salarial y destitución de la gerencia militar.

A las 11:55 de la mañana, y después de caminar 10 kilómetros, llegaron hasta la sede de la casa matriz, donde concluyeron la manifestación con una asamblea.

La marcha estuvo encabezada por al menos cuatro corrientes del Sindicato Único de Trabajadores de la Industria Siderúrgica y Sus Similares (Sutiss), incluyendo la del presidente, José Luis Hernández.


La protesta, dijo Leonardo Azocar, secretario de reclamo, fue saboteada por la empresa al no mandar la flota de transporte en el turno de las 7:00 de la mañana, “pero eso no nos va a amilanar, porque ha quedado demostrado que los militares no saben gerenciar las empresas, y no nos vamos a callar”.



Incremento salarial

Reclaman aumento salarial que se corresponda con los tres porcentajes decretados en el salario mínimo nacional. "Tenemos salarios de hambre", sentenció el sidorista, Jesús Herrera.

Actualmente un porcentaje de trabajadores percibe casi igual que la escala mínima nacional. El último contrato suscrito en 2008 garantizaba una brecha de al menos dos salarios por encima del tabulador de los sidoristas.

La directora laboral, Migdalia Louis, indicó que 7 mil trabajadores del turno diurno cobran 3 mil bolívares en la quincena y 12 mil los últimos. “Eso no lo cobran los militares”.

Los salarios se han convertido en un verdadero calvario para los sidoristas. Muchos taxean, vendieron sus carros porque no podían pagar el seguro, hacen transporte o han tenido que faltar días al trabajo para conseguir la comida.

Lesbia Farfán, con 30 años de servicio, ha faltado al área para completar la comida para su familia de seis miembros. “Salgo a las 5:00 de la mañana a recorrer los mercados, saliendo del turno, pidiéndole permiso al jefe”. "Sidor hoy es una tristeza", resume, al asegurar que antes había alegría en la planta, “pero eso ahora da dolor, que no tengas los insumos para trabajar”.

Militarización

Los siderúrgicos también exigen la remoción de la gerencia militar, que desde la nacionalización ha administrado la fábrica, con mayor presencia desde 2013.

"Nos están desmantelando a Sidor", se lee en una pancarta. La fábrica tiene más de un mes sin producir ni una gota de acero. El Gobierno aplicó un nuevo recorte eléctrico a finales de febrero que, aunado a la falta de insumos y repuestos, ha llevado a la acería al mínimo.

"Averigüen cómo hace un trabajador de Sidor para comer el quince. Los militares deben ir a sus cuarteles", manifestó César Soto, dirigente del movimiento Militante Siderúrgico, quien también destacó la participación de los profesionales en la marcha por primera vez en mucho tiempo.



Hacia la unidad

La última protesta de los trabajadores de Sidor fue en 2014, cuando reclamaban la discusión del contrato. El Gobierno impuso la convención colectiva el 14 de agosto, al reactivar la fábrica a la fuerza con la Guardia Nacional. Dos meses después, el Sebin detuvo a tres trabajadores durante 8 meses y los acusaron de tráfico de armas.

Desde entonces la paz se impuso en Sidor hasta este mes de marzo, cuando los trabajadores han vuelto a las calles. Las elecciones de Sutiss también están pendientes porque el TSJ suspendió el proceso.

“Lo que ha unido a los trabajadores es que ya basta de tanta humillación, de tanta vejación a los trabajadores y ya basta de que los militares sigan acabando con Sidor. Más allá de los beneficios salariales, estamos reclamando que Sidor vuelva a ser productiva pero de la mano de los profesionales”, opinó el dirigente de Militante Siderúrgico, Dioneris Fuentes.

Persecución

La dirigencia ha denunciado que, tal como en 2014, el Sebin les ha estado persiguiendo hasta sus casas. "No tenemos miedo, esos militares hay que sacarlos, segundo: queremos una Sidor productiva", ratificó Azocar.

El presidente de Sutiss, José Luis Hernández, manifestó solidaridad con los dirigentes Fernando Pirela, César Soto y Leonardo Azócar, quienes – asegura – están siendo perseguidos por el Servicio Bolivariano de Inteligencia Nacional (Sebin) con el propósito de intimidar o encarcelar, como hicieron con tres trabajadores de Sidor en septiembre de 2014.



Comisión de la AN se compromete a investigar denuncias de corrupción

El primer caso de corrupción de las empresas básicas de Guayana que admite investigar la Comisión Permanente de Contraloría de la Asamblea Nacional se enfocará en el desvío de inversiones millonarias en la Siderúrgica del Orinoco “Alfredo Maneiro” (Sidor).

Así lo dio a conocer el diputado Freddy Valera (Unidad-Bolívar), sobre quien recae la responsabilidad de conducir la investigación desde la “Subcomisión del Control del Gasto Público en Inversión de los Poderes Legislativo, Judicial, Electoral, Ciudadano, Empresas Básicas de Guayana, CVG y sus Filiales”.

“Estas denuncias de desvío de recursos en Sidor son gravísimas, porque implican la presunta malversación de cientos de millones de dólares del Fondo Chino-Venezolano, que si se hubiesen invertido correctamente en Sidor, hoy la acería tendría electricidad para funcionar y generaría recursos para pagarle salarios justos a los sidoristas”, dijo Valera.

La solicitud de investigación fue consignada la semana pasada por dirigentes sindicales de la acería encabezados por José Luis Hernández, presidente del Sindicato Único de Trabajadores Siderúrgicos y sus Similares (Sutiss).

Hernández ha expresado ante los medios de comunicación que los hechos denunciados tienen que ver con la asignación de 314 millones de dólares del Fondo Chino-Venezolano para la adecuación tecnológica de diversas plantas dentro de Sidor. También exigió a la comisión parlamentaria que aclare el paradero de 439 millones de dólares orientados a la adquisición e instalación plantas termoeléctricas, que debieron haber estado operativa desde hace tres años.

El principal contratista de esta obra eléctrica en Sidor fue la empresa Derwick, sobre cuyos propietarios pesan serias acusaciones de sobrefacturación de los contratos y el suministro de equipos defectuosos.

Estos generadores eléctricos habrían aportado 430 megavatios (MW), suficientes para garantizarle autonomía energética a Sidor. Pero seis años después, el Gobierno Nacional no puede suministrar electricidad suficiente para el arranque de operaciones de Sidor.


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