El descontento y el rechazo al gobierno se extienden a todos los sectores. Esto se expresó en el voto castigo en la elección de la Asamblea Nacional el 6D. Maduro se muestra incapaz de tomar medidas que reviertan el acelerado deterioro de las condiciones de vida de la mayoría de la población.
El gobierno pone en evidencia la falsedad de su discurso socialista, llamando a lo más rancio de la burguesía, encabezada por Cisneros, Vollmer y la Asociación Bancaria, para que le saquen las patas del barro.
Hablan de “guerra económica”, pero la guerra la han desatado ellos contra el pueblo, despilfarrando y robándose millones de dólares en la época de los altos precios del petróleo, y ahora se niegan a pagar el cestaticket a los jubilados. Sólo han favorecido la corrupción y los negocios de boliburgueses, transnacionales y empresarios amigos. Mientras el pueblo trabajador sigue con salarios miserables.
Ahora hay nuevas amenazas a las libertades democráticas
No sólo nos llevaron a esta catástrofe económica y social, este además, ha sido un gobierno represivo, como se puso en evidencia en las protestas del 2014. Profundamente antidemocrático contra los trabajadores y el pueblo. Reprimiendo huelgas y numerosas protestas, persiguiendo y despidiendo trabajadores, interviniendo elecciones sindicales como en Sidor. Este gobierno es responsable junto a los terratenientes de la muerte de Sabino Romero. Ha detenido a trabajadores por luchar, como los sidoristas o los de Civetchi, y además ha dejado correr el sicariato como en el caso de cientos de trabajadores de la construcción, y de nuestros camaradas dirigentes sindicales de Aragua.
El gobierno se burla olímpicamente de sus propias leyes y Constitución burguesa, y pasa por encima de la voluntad popular, utilizando al TSJ para aprobar el nefasto Decreto de Emergencia Económica, con el que pretende tener las manos libres para seguir profundizando el ajuste contra el pueblo trabajador.
Finalizando el período de la anterior Asamblea Nacional, se dedicaron arbitraria e ilegítimamente a designar magistrados en el TSJ, al mejor estilo del adeco David Morales Bello, y sus “tribus” judiciales del puntofijismo.
Ahora utiliza al TSJ contra el parlamento elegido por millones de personas. Si bien no albergamos ninguna confianza en un parlamento burgués, ni mucho menos en los partidos de la MUD, hoy mayoritarios allí, esto pone en evidencia el talante antidemocrático y autoritario del gobierno, al que no le importa pasar por encima de la voluntad popular. Todas estas medidas no hacen otra cosa sino abrir el cauce a un eventual mayor autoritarismo, con el apoyo de los militares y cuerpos represivos.
Rechazamos estas acciones del gobierno, y exigimos que no se usen contra el pueblo trabajador movilizado. Exigimos libertad para manifestar, el pleno derecho a huelga, el reenganche de los despedidos por luchar o expresar sus opiniones políticas, en particular de nuestro camarada Bladimir Carvajal, que se realicen las elecciones en Sutiss y en la Futpv, como en los demás sindicatos sindicatos donde estén pendientes, o las que el CNE no termina de reconocer.
El gobierno es el responsable del desastre que vive el pueblo trabajador
No cabe duda, y la mayoría del pueblo trabajador así lo entiende, el principal responsable de esta situación desesperada es el gobierno que encabeza Nicolás Maduro.
Un gobierno que avala despidos y permite aumentos incontrolados de los precios de productos de primera necesidad, no puede continuar.
Un gobierno que permite la especulación y es cómplice del robo de funcionarios corruptos. Que se niega a pagar el cestaticket y el bono de medicina a los jubilados y pensionados, que hace pagar impuestos a los trabajadores que ganan salario mínimo, pone en evidencia que ya se agotó, y no debe continuar.
El falso socialismo de Chávez y Maduro llevó al país al umbral del abismo. Mientras benefició a los banqueros, importadores, transnacionales petroleras, de las comunicaciones, y enriqueció a empresarios y funcionarios corruptos que se robaron más de 70 mil millones de dólares, a los que el pueblo llamó en su sabiduría: “boliburguesía”.
Por una salida obrera y popular a la crisis social y política
En este contexto de crisis generalizada es necesaria y urgente la movilización masiva y unitaria del pueblo en pos de salarios dignos, abastecimiento de alimentos y medicinas.
Ni el gobierno ni la Asamblea Nacional van a resolver los problemas. De allí que el Partido Socialismo y Libertad llama a la Únete, que dirige Marcela Máspero, a los sindicatos de maestros, a los sindicatos del sector eléctrico, Sunepinparques, a los universitarios, a los trabajadores despedidos de Petrocasa y de innumerables empresas en Carabobo y otros estados, a los de las enlatadoras de pescado en Sucre, a los sindicatos de las empresas básicas, y a todos los sectores obreros y populares en lucha, a construir una alternativa de los trabajadores, la juventud y las comunidades, para levantar nuestra voz autónoma, y presentar al país un Plan Económico y Social de Emergencia Obrero y Popular, para enfrentar la grave crisis que vivimos, y para que no seamos los asalariados y pobres del campo y la ciudad los que paguemos la crisis creada por el gobierno, los patronos y las transnacionales.
En ese marco, el PSL propone a los sindicatos, consejos comunales y activistas juveniles, convocar un Encuentro Nacional Sindical y Popular que discuta este Plan Económico y Social de Emergencia, que parta de exigir aumento general de sueldos y salarios y que el salario mínimo se iguale a la canasta básica, que se pague el cestaticket a los jubilados, reenganche de todos los trabajadores despedidos injustificadamente, que se libere a los trabajadores presos (Rodney Alvarez, Yadira Naranjo, Susana Rodríguez y Daniel Camejo), por el No pago de la deuda externa, que Pdvsa sea 100% estatal sin empresas mixtas ni transnacionales, e impulse un plan de movilización contra el ajuste, que pretende descargar la crisis sobre los hombros de los trabajadores y el pueblo.
Dado que la MUD desde la Asamblea Nacional, tampoco está proponiendo nada en la dirección de resolver estos problemas, no creemos que un gobierno de la MUD esté en la disposición ni en capacidad de resolverlos. Es necesaria una salida obrera y popular a la crisis, imponer nuestra agenda por medio de la movilización, en la perspectiva de un gobierno de los trabajadores, las comunidades organizadas, los campesinos, indígenas, y demás sectores oprimidos.
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