La asociación civil Tawala propone un plan
sustentable de integración indígena a la ciudad
Foto William Urdaneta / Archivo
Correo del CaroniJhoalys Siverio
Como si se tratase de una novedad, el botadero de basura en el sector Cambalache, de Puerto Ordaz, colapsó frente a las manos inmóviles de Alcaldía, Gobernación, ministerios y Ejecutivo nacional. “Debido a que (el cierre) fue de la noche a la mañana, no se creó un plan… nosotros (concejales) no manejamos presupuesto, pero no evadiremos el tema. Le hacemos el llamado a la institución que tomó esa decisión, de aplicar un plan inmediato para la recuperación económica de nuestros hermanos (waraos)”, reconoció Yobannys Martínez, edil representante indígena en el Concejo Municipal de Caroní.
Mientras se discute sobre el cierre imprevisto del vertedero de Cambalache, sin el saneamiento y ni tener preparado el nuevo relleno sanitario, queda pendiente otra de las aristas olvidadas en la planificación pública local: la comunidad que allí habita, en especial las familias waraos que también se sustentaban económicamente con la basura que se depositaba en el lugar.
Las discusiones entre el alcalde José Ramón López y el gobernador Francisco Rangel sobre si el terreno del kilómetro 70 está apto o no para ser un relleno sanitario se mantienen en el tapete, mientras aumentan las denuncias por irregularidades en la deposición final de los desechos.
¿Qué planes hay para estas familias? ¿Serán reubicadas? ¿Está previsto un proyecto para su sustentabilidad? ¿Hay propuestas? De haberlas: ¿por qué no se han materializado?
La diputada por la representación indígena ante el Consejo Legislativo del Estado Bolívar (CLEB), Yaritza Aray, mencionó que dentro de las Bases de Misiones, programa lanzado recientemente, están incluidas las familias waraos del sector de Cambalache; agrega: “Todo programa incluirá a los indígenas”.
¿Pero cuáles son las políticas a aplicar a propósito del cierre del vertedero? Aunque desde 2011 se prometió el saneamiento y posterior clausura del vertedero de Cambalache, para un lapso de cinco años, según declaró el entonces viceministro de Ambiente, Jesús Cegarra, y el gobernador Rangel Gómez. La sorpresiva clausura dejó ver la improvisación al tomarse la medida sin tener listo el nuevo relleno sanitario.
Fue el 28 de mayo de 2013 cuando el presidente Nicolás Maduro aprobó recursos para tal fin; se inició entonces una serie de inspecciones en el terreno para el relleno sanitario, cuya ubicación terminó siendo la del kilómetro 70 en Las Margaritas, espacios que la Corporación Venezolana de Guayana (CVG) había dispuesto en 1999 durante la gestión de la exalcaldesa Pastora Medina.
Aray asevera que desde los gobiernos regional y nacional están “apostando para resolver el problema general que se vive allí”, cuyas estrategias siguen en fase de planificación. “Vamos a diseñar las estrategias con el gobierno regional, nacional, el ministerio”. Aclaró la diputada que la decisión del cierre del vertedero no fue del gobernador, sino una política nacional.
Sin embargo, tampoco se cumplió con la primera fase del proyecto presentado en 2011, el saneamiento. “El proceso de saneamiento no es rápido… esas medidas las estamos discutiendo”, insistió Aray; aseveró que atenderán no sólo a los indígenas sino a toda la comunidad de Cambalache.
Exigen plan inmediato
El concejal por la representación indígena en el municipio Caroní, Yobannys Martínez, recuerda que al menos 300 waraos habitan en la comunidad de Cambalache, quienes se mantenían del tratamiento de desechos sólidos del vertedero. Sin embargo, admite que hasta ahora la Municipalidad no cuenta con un plan para estos indígenas: el argumento: la premura con la que se cerró el vertedero.
“Debido a que fue de la noche a la mañana, no se creó un plan… nosotros (concejales) no manejamos presupuesto, pero no evadiremos el tema. Le hacemos el llamado a la institución que tomó esa decisión, de aplicar un plan inmediato para la recuperación económica de nuestros hermanos indígenas”, expresó el edil.
Sin embargo, han sido pocos los planes aplicados para Cambalache, más allá del proyecto de construcción de viviendas que está desde 2011, mismo año en que murieron seis niños waraos en tan solo 10 días, a causa de diarrea, enfermedades respiratorias y desnutrición.
Contando ahora con una representación ante el Concejo Municipal, el edil asegura que junto con el alcalde de Caroní se diseñará un plan de empleo y sustento para las familias indígenas del municipio, tomando en cuenta las principales formas de sustento, como la pesca y la artesanía, para lo cual cuentan con proyectos que se han estado estudiando desde la Cámara, afirmó.
Destacó la elaboración de la Ordenanza Municipal para la creación del Instituto Municipal Indígena, aprobado en primera discusión, con la cual se buscará corregir la falta protección social a los indígenas.
Programa de sustentabilidad
El dirigente ecologista José Zabala, miembro de la asociación civil Tawala y del Movimiento Ecológico de Venezuela (Movev), plantea el impulso del municipio con la integración de los indígenas que habitan en la ciudad, como parte de un proceso de adaptación.
Zabala considera oportuno que las autoridades regionales y municipales cumplan con un programa de sustentabilidad social, el cual pasa por emplear a los indígenas. Explica que mediante un estudio social se determinaría quiénes se dedicarían a las actividades propias de su cultura, como la pesca, y otros se emplearían en las empresas básicas e instituciones del Estado, destacando la importancia de la preparación y entrenamiento.
“Así podrían tener mejores proyectos de vivienda y educación para una integración más rápida a la sociedad, y brindarles asistencia en educación, salud, transporte”, recalcó el dirigente ecologista, quien llevará la campaña “Municipios con vocación agrícola e indígena” ante el Consejo Legislativo del Estado Bolívar (CLEB) y la Cámara Municipal de Caroní.
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