domingo, 16 de agosto de 2015

35 años de la tragedia, El Grupo Madera presente


Recopilación de datos y síntesis por Prensa DESLINDE
[Tomados del portal web Crónicas del Tánatos*]

El 15 de Agosto de 1980, se hundió en las aguas del Río Orinoco, por el Venao, Zona de Samariapo, al Sur de Puerto Ayacucho, Territorio Federal Amazonas, una Falca que llevaba entre sus pasajeros a 14 de los 18 miembros del grupo folclórico y experimental Madera, el destino previsto era San Fernando de Atabapo donde el grupo se proponía la tarea de divulgar, con su canto, toque de tambor y la danza afrodescendiente, el sentir del barrio.

Madera no se limitaba a ser un grupo musical, quiso ser un movimiento que sintetizará la profunda experiencia social y cultural de la parroquia San Agustín, pero muy pronto asumió el método científico como manera de trascender. De la recopilación en el entorno próximo pasaron a investigar a escala continental.

En la última entrevista hecha a la agrupación y publicada por El Nacional pocos días antes de la tragedia, Alejandrina Ramos y Jesús Quintero hablaron de aquel proceso: “Nos propusimos la recopilación de las danzas, las poesías y las expresiones musicales de raíz africana que existen en Latinoamérica.” – Exponía Alejandrina – Jesús por su parte enfatizaba que detrás de toda aquella labor había un objetivo didáctico que se apoyaba en investigaciones – A través de las presentaciones el público ha ido conociendo el folklore afrovenezolano.- decía al periodista.


Así que se trataba de estudiar, aprender y divulgar. Para lograrlo se tenía el concurso de músicos, cantantes, artesanos, bailarines y cultores de variadas disciplinas. Una propuesta artístico-musical que plasmara las expresiones cotidianas de la comunidad. El nombre, como el resto de las cosas, tenía que surgir del aporte colectivo y en él se debía reflejar la esencia, el quehacer y los objetivos del movimiento en ciernes. Iría además en respuesta a un petulante director de orquesta que menospreciaba el trabajo de los músicos de San Agustín; debía evidenciar entonces que en aquel lugar si había talento, que sus músicos si tenían “madera”. De allí que se terminaran llamando “Grupo Folklórico y Experimental Madera”.

Faltando poco para terminar el trágico día, periodistas de distintos medios entrevistaron a los supervivientes en un modesto cuarto de hotel. Éstos, con frases que se interrumpían por el llanto relataron en detalle lo que había ocurrido.

Todos coincidieron en señalar que desde el principio hubo negligencia. Los pasajeros fueron embarcados sin recibir ningún tipo de orientación por parte del mando de la nave, no fueron distribuidos dentro de la chalana por lo que cada quien se acomodó donde quiso, la nave arrancó con la compuerta de proa abierta y pese a que se advirtió de la situación varias veces nadie hizo caso; por el contrario, el capitán aumentó la velocidad con lo que el agua entraba con mayor fuerza, no había sino 5 salvavidas que estaban bajo llave e inservibles y finalmente cuando siendo muy tarde se trató de subsanar el problema de la compuerta, una de la guayas que la sostenía se rompió, revelando que la falca tenía problemas estructurales. Otro elemento denunciado fue la evidente falta de veteranía de los infantes navales quienes en los momentos más críticos entraron en pánico generando mayor confusión y angustia.

Para empeorar las cosas, el propio presidente Herrera, luego de reconocer que aún no tenía el informe de lo sucedido dijo lo siguiente: “Ustedes saben… las circunstancias en las que se producen estas tragedias son, indiscutiblemente muy variadas, y que uno cuando está en ciertas edades es de todo menos previsivo”. En alusión a una presunta actitud ligera e irresponsable por parte de los jóvenes pasajeros.

Con esas declaraciones, ambos se concitaron la antipatía de la opinión pública. Se pidió la cabeza del ministro y se exigió a la Fiscalía que comenzara la investigación oficial. Los integrantes de Madera y Chichón rechazaron la posición del gobierno, aclarando que ellos no estaban en Amazonas de paseo sino trabajando como siempre lo habían hecho en pro de la cultura y el fortalecimiento de la identidad nacional.

A las 6 de la tarde del lunes 18 de agosto un avión de la fuerza aérea despegó de Puerto Ayacucho con los restos de Nilda Ramos, Tibisay Ramos, Alfredo Sanoja, Eleazar Sánchez y Leonardo Castillo.

Los tres primeros fueron llevados a Caracas y recibidos en una gigantesca manifestación de dolor por los habitantes de Marín. Como la orden que había era la de transportarlos directamente al Cementerio General del Sur se produjo una disputa con familiares y amigos de las víctimas que tenían la intención de rendirles homenaje en el barrio. Las autoridades cedieron y pasadas las ocho de la noche los féretros se trasladaron a Marín. Con repiques de tambor, anécdotas y lágrimas la comunidad se despidió de los jóvenes que tanta vitalidad y alegría sembraron en sus calles.

A la mañana siguiente, ante el rumor de que la búsqueda de los cuerpos restantes había sido suspendida, el dolor se transformó en indignación. A las diez, los vecinos estacionaron motocicletas frente al cine Alameda con la intención de bloquear el paso por esa vía de San Agustín; cuarenta minutos después decidieron extender la acción a la autopista Francisco Fajardo. Centenares de personas portando la bandera nacional tomaron ambos tramos al tiempo que gritaban consignas en las que exigían la continuación de la búsqueda y la destitución del ministro de la Juventud.

A finales de agosto de 1981, la doctora Celina Hernández jueza de primera instancia en lo penal del Territorio Federal Amazonas, dictaminó auto de averiguación terminada con sentencia absolutoria en el caso de la tragedia del Orinoco. Según la funcionaria las causas del accidente no estaban suficientemente probadas en el expediente y difícilmente llegarían a probarse pues la mayor parte de la embarcación quedó atrapada en una zona que hacía imposible su rescate.

Esta decisión provocó la movilización de los sobrevivientes y sus familiares hasta la Dirección de Derechos Humanos de la Fiscalía General de la República. Allí anunciaron que la sentencia sería impugnada y que la lucha por establecer las responsabilidades penales continuaría en instancias superiores. Alegaron que la doctora Hernández se pronunció días antes de comenzar las vacaciones judiciales, sin hacer la notificación previa a las partes involucradas y que la fiscal comisionada en el caso había renunciado pocos días antes por lo que su reemplazo no podía estar suficientemente empapado de los hechos.

Estos fueron los primeros pasos de una demanda que lleva 33 años sin respuesta oficial. Respuesta que bien se merecen las almas de las 18 víctimas mortales del suceso.

El jueves 14 de agosto de 2008, Noel Márquez presidente de la Fundación Grupo Madera acudió a la Fiscalía General de la República para solicitar que se reabrieran las investigaciones, desde entonces cada 15 de agosto, diversos sectores de la vida cultural venezolana exigen que la justicia finalmente castigue a los responsables.

Nota de Deslinde


Este resumen informativo, basado en la fuente de “Crónicas del Tánatos” tiene como objetivo recordar la Tragedia del Orinoco y hacer homenaje a las voces del canto popular y afrodescendientes en la figura del Grupo Madera y solidarizarnos con la Fundación Grupo Madera en sus demandas, que son las del pueblo Venezolano, en cuanto a reabrir las investigaciones de este caso. No a la impunidad.


Para mayores datos históricos de la parroquia San Agustín y detalles de la formación del movimiento socio cultural en Marín y el Grupo Madera, además del desarrollo de las demandas de la comunidad de los sectores mencionados les recomendamos ver la página web: *https://cronicasdeltanato.wordpress.com/madera-la-tragedia-del-orinoco/


EL AFINQUE DE MARÍN

En enero de 1979 el cineasta Jacobo Penzo tenía en mente un tercer cortometraje. El nombre tentativo era “La Salsa del Barrio” y con él quería verter en la pantalla la vida de los músicos caraqueños dedicados al sabroso género. En la etapa de investigación alguien le habló de Marín, le hizo saber que ese barrio era una verdadera cantera de la que podía sacar mucho provecho para el film; así que enfiló hacia allá.

Marín se le reveló como una sorpresa, había de todo. Talentosos músicos de distintas generaciones, guatacas callejeras, niños y jóvenes interesados en asimilar conocimientos de los más viejos y un verdadero laboratorio cultural: el grupo Madera. Con todo aquel material el concepto inicial evolucionó. Decidió entonces con su equipo, acopiar en 24 minutos la trepidante vida de aquel barrio intercalando imágenes del día a día con intervenciones didácticas de Felipe “Mandingo” Rengifo y entrevistas o apariciones de distintos personajes (algunos de ellos son hoy en día verdaderos embajadores de nuestro quehacer cultural: El propio Felipe Rengifo, Carlos “Nene” Quintero y Orlando Castillo “Watussi”).

Les dejamos con El Afinque de Marín de Jacobo Penzo


2 comentarios:

  1. a ver si me equivoco, por favor, corrijan: Madera, Un Solo Pueblo, Serenata Guayanesa, quizá otros más, pero todos nacieron con el mismo objetivo, investigación y desarrollo de la música venezolana. ¿acaso en los últimos 20 años hemos tenido algo parecido? Saludos

    ResponderEliminar
  2. Qué hermoso homenaje.
    Gracias!!!
    Lo comparto en todas mis redes. Un saludo al equipo de Deslinde.

    ResponderEliminar

Gracias por compartir con todos tus comentarios y opiones