Por: Corriente Clasista, Unitaria,
Revolucionaria y Autónoma
La mañana de este lunes 9 de febrero en la asamblea general de trabajadores de Chrysler, uno de los dirigentes de la organización sindical, se refirió a los compañeros Orlando Chirino y Esperanza Hermida, dirigentes nacionales de nuestra Corriente Sindical Clasista, Unitaria Revolucionaria y Autónoma (C-cura). En su acostumbrado monólogo antidemocrático, el Secretario General del Sindicato quiso desprestigiar y hasta calumniar a nuestros compañeros, en un desesperado esfuerzo por evadir las responsables y fundamentadas críticas que desde C-cura venimos haciendo a los dirigentes sindicales de Chrysler, por su silencio e inmovilidad sospechosa frente al despido arbitrario, ilegal e inhumano de 76 compañeros de trabajo (web.laclase.info).
No es nuestra intención entablar una diatriba política sobre los distintos enfoques políticos y sindicales que nos separan de la dirigencia sindical de Chrysler, pero si consideramos pertinente aprovechar la oportunidad para dirigirnos a todas y todos los trabajadores de Chrysler para hacerles el llamado sincero a no dejar abandonados a sus 76 compañeros de trabajo despedidos. Los despedidos, al igual que ustedes, son padres de familia que hoy sufren el brutal impacto de la pérdida del empleo con las graves secuelas que ello tiene para la estabilidad de la familia y el desarrollo sicológico y social de sus integrantes.
Ninguna excusa puede esgrimirse para no respaldar y defender a los despedidos para que de nuevo sean reintegrados a sus puestos de trabajo. Ellos son las víctimas inocentes de un sistema económico y jurídico que favorece a los poderosos, desprotege a los más humildes y pretende descargar el peso de la crisis sobre los hombros de la clase trabajadora. Los despedidos son las mártires que dejan la voracidad de los patronos y la perversidad de los funcionarios del gobierno corruptos incrustados en el ministerio del trabajo que se prestaron para imponer un contra-pliego patronal que tenía como finalidad la reducción de personal.
No es verdad y es una infamia argumentar que los despedidos son flojos, reposeros o vinculados a la oposición política en el país que no merecen la pena movilizarse para defenderlos. Son compañeros con muchos años de trabajo, con fuero paternal, con lesiones provocadas por la actividad laboral y muchos de ellos han sido despedidos solo por opinar distinto a los dirigentes sindicales. Ellos son compañeros de la clase trabajadora y es una obligación defenderlos a toda costa, independientemente de sus actuaciones políticas y sus concepciones ideológicas.
Así lo entendemos desde C-cura y por ello no hemos dudado un solo instante en brindar nuestro brazo solidario a los que luchan en defensa del empleo. Nos sentimos orgullosos en decir que estamos del lado de los trabajadores, del lado de los despedidos a pesar de que a la gran mayoría de ellos no les conocemos personalmente ni su trayectoria. Sólo nos basta con saber que son trabajadores y que fueron despedidos en complicidad con la Inspectoría del Trabajo y con el silencio colaboracionista de la dirigencia sindical.
Sabemos que muchos de los despedidos tienen una forma distinta de pensar a la nuestra, que tienen su propia red organizativa y hasta sus propios mecanismos de difusión. Están en su pleno derecho y se lo respetamos porque somos devotos defensores de la autonomía sindical y de la democracia obrera. Más allá de las diferencias políticas o ideológicas, con ellos nos une un lazo mucho más fuerte: son trabajadores, son parte de la clase obrera y han sido atacados por los patronos, por eso los defendemos y así seguiremos luchando en forma inquebrantable para lograr su reincorporación a sus puestos de trabajo.
Esta concepción de la lucha sindical no es compartida por la dirigencia sindical de Chrysler y por eso nos difaman. Intentan desprestigiarnos porque los denunciamos por renunciar a la autonomía sindical y a la independencia política como trabajadores para arrodillarse o acomodarse de acuerdo a sus conveniencias personales. Han llegado tan lejos en su abandono de los preceptos de la clase trabajadora que han renunciado al sagrado principio de la solidaridad de clase con los trabajadores que son despedidos y atacados por los patronos públicos y privados.
Para la burocracia sindical representamos una amenaza porque estamos en los portones de la Ford, Chrysler, General Motor, Filtros Wix, Ajeven, Coca-cola, Pepsi-Cola, Canteras Cura, Suramericana de Soplados, Aerocav y tantas otras empresas defendiendo a brazo partido el derecho al trabajo, denunciando a los funcionarios del ministerio del trabajo y a los falsos dirigentes sindicales que se han prestado para la felonía de aceptar los despidos sin mover un dedo y porque estamos luchando por re-educar al movimiento sindical venezolano para revertir la grave degeneración política y organizativa a la que ha sido sometida en los últimos años.
Nuestra corriente sindical, con Orlando Chirino, Esperanza Hermida, José Bodas a la cabeza y tantos otros dirigentes que la conforman, más que nunca nos ratificamos en el compromiso de estar del lado de los trabajadores. Con los compañeros despedidos de Chrysler estamos actuado de la misma forma que lo hicimos hace 10 años cuando conocimos a Cristian Pereira, a quien le tendimos la mano para defenderlo de los ataques de la empresa y de la burocracia sindical que quería despedirlo por opinar distinto y acusándolo de reposero. Lastimosamente al Secretario General se le olvidaron las lecciones que le enseñaron Orlando Chirino y los activistas de C-cura, y ahora prefiere difamar de los verdaderos luchadores antes que salir a defender a sus 76 compañeros de trabajo despedidos.
C-cura no se vende por un cupo, no transa, no se arrodilla ni se acomoda para alcanzar un puesto político. Somos intransigentes defensores de los derechos de los trabajadores y así nos seguirán viendo en los portones de Chrysler y de todas las empresas donde se violenten los derechos de la clase trabajadora. Esa es nuestra concepción de la lucha sindical y política y así nos mantendremos con la idea fija de luchar por un nuevo gobierno, en verdad socialista, conformado por los trabajadores y el pueblo, libre de burócratas, corruptos y burgueses explotadores que se visten de rojo o utilizan discursos demagógicos para engañar a los trabajadores.
Para esa batalla invitamos a los y las trabajadoras de Chrysler, reiterándoles el llamado a unir fuerzas para defender a los despedidos e impedir nuevas agresiones a la estabilidad laboral y los derechos contractuales.
¡Viva la unidad de la clase trabajadora!
Corriente Clasista Unitaria Revolucionaria y Autónoma (C-cura)
La mañana de este lunes 9 de febrero en la asamblea general de trabajadores de Chrysler, uno de los dirigentes de la organización sindical, se refirió a los compañeros Orlando Chirino y Esperanza Hermida, dirigentes nacionales de nuestra Corriente Sindical Clasista, Unitaria Revolucionaria y Autónoma (C-cura). En su acostumbrado monólogo antidemocrático, el Secretario General del Sindicato quiso desprestigiar y hasta calumniar a nuestros compañeros, en un desesperado esfuerzo por evadir las responsables y fundamentadas críticas que desde C-cura venimos haciendo a los dirigentes sindicales de Chrysler, por su silencio e inmovilidad sospechosa frente al despido arbitrario, ilegal e inhumano de 76 compañeros de trabajo (web.laclase.info).
No es nuestra intención entablar una diatriba política sobre los distintos enfoques políticos y sindicales que nos separan de la dirigencia sindical de Chrysler, pero si consideramos pertinente aprovechar la oportunidad para dirigirnos a todas y todos los trabajadores de Chrysler para hacerles el llamado sincero a no dejar abandonados a sus 76 compañeros de trabajo despedidos. Los despedidos, al igual que ustedes, son padres de familia que hoy sufren el brutal impacto de la pérdida del empleo con las graves secuelas que ello tiene para la estabilidad de la familia y el desarrollo sicológico y social de sus integrantes.
Ninguna excusa puede esgrimirse para no respaldar y defender a los despedidos para que de nuevo sean reintegrados a sus puestos de trabajo. Ellos son las víctimas inocentes de un sistema económico y jurídico que favorece a los poderosos, desprotege a los más humildes y pretende descargar el peso de la crisis sobre los hombros de la clase trabajadora. Los despedidos son las mártires que dejan la voracidad de los patronos y la perversidad de los funcionarios del gobierno corruptos incrustados en el ministerio del trabajo que se prestaron para imponer un contra-pliego patronal que tenía como finalidad la reducción de personal.
No es verdad y es una infamia argumentar que los despedidos son flojos, reposeros o vinculados a la oposición política en el país que no merecen la pena movilizarse para defenderlos. Son compañeros con muchos años de trabajo, con fuero paternal, con lesiones provocadas por la actividad laboral y muchos de ellos han sido despedidos solo por opinar distinto a los dirigentes sindicales. Ellos son compañeros de la clase trabajadora y es una obligación defenderlos a toda costa, independientemente de sus actuaciones políticas y sus concepciones ideológicas.
Así lo entendemos desde C-cura y por ello no hemos dudado un solo instante en brindar nuestro brazo solidario a los que luchan en defensa del empleo. Nos sentimos orgullosos en decir que estamos del lado de los trabajadores, del lado de los despedidos a pesar de que a la gran mayoría de ellos no les conocemos personalmente ni su trayectoria. Sólo nos basta con saber que son trabajadores y que fueron despedidos en complicidad con la Inspectoría del Trabajo y con el silencio colaboracionista de la dirigencia sindical.
Sabemos que muchos de los despedidos tienen una forma distinta de pensar a la nuestra, que tienen su propia red organizativa y hasta sus propios mecanismos de difusión. Están en su pleno derecho y se lo respetamos porque somos devotos defensores de la autonomía sindical y de la democracia obrera. Más allá de las diferencias políticas o ideológicas, con ellos nos une un lazo mucho más fuerte: son trabajadores, son parte de la clase obrera y han sido atacados por los patronos, por eso los defendemos y así seguiremos luchando en forma inquebrantable para lograr su reincorporación a sus puestos de trabajo.
Esta concepción de la lucha sindical no es compartida por la dirigencia sindical de Chrysler y por eso nos difaman. Intentan desprestigiarnos porque los denunciamos por renunciar a la autonomía sindical y a la independencia política como trabajadores para arrodillarse o acomodarse de acuerdo a sus conveniencias personales. Han llegado tan lejos en su abandono de los preceptos de la clase trabajadora que han renunciado al sagrado principio de la solidaridad de clase con los trabajadores que son despedidos y atacados por los patronos públicos y privados.
Para la burocracia sindical representamos una amenaza porque estamos en los portones de la Ford, Chrysler, General Motor, Filtros Wix, Ajeven, Coca-cola, Pepsi-Cola, Canteras Cura, Suramericana de Soplados, Aerocav y tantas otras empresas defendiendo a brazo partido el derecho al trabajo, denunciando a los funcionarios del ministerio del trabajo y a los falsos dirigentes sindicales que se han prestado para la felonía de aceptar los despidos sin mover un dedo y porque estamos luchando por re-educar al movimiento sindical venezolano para revertir la grave degeneración política y organizativa a la que ha sido sometida en los últimos años.
Nuestra corriente sindical, con Orlando Chirino, Esperanza Hermida, José Bodas a la cabeza y tantos otros dirigentes que la conforman, más que nunca nos ratificamos en el compromiso de estar del lado de los trabajadores. Con los compañeros despedidos de Chrysler estamos actuado de la misma forma que lo hicimos hace 10 años cuando conocimos a Cristian Pereira, a quien le tendimos la mano para defenderlo de los ataques de la empresa y de la burocracia sindical que quería despedirlo por opinar distinto y acusándolo de reposero. Lastimosamente al Secretario General se le olvidaron las lecciones que le enseñaron Orlando Chirino y los activistas de C-cura, y ahora prefiere difamar de los verdaderos luchadores antes que salir a defender a sus 76 compañeros de trabajo despedidos.
C-cura no se vende por un cupo, no transa, no se arrodilla ni se acomoda para alcanzar un puesto político. Somos intransigentes defensores de los derechos de los trabajadores y así nos seguirán viendo en los portones de Chrysler y de todas las empresas donde se violenten los derechos de la clase trabajadora. Esa es nuestra concepción de la lucha sindical y política y así nos mantendremos con la idea fija de luchar por un nuevo gobierno, en verdad socialista, conformado por los trabajadores y el pueblo, libre de burócratas, corruptos y burgueses explotadores que se visten de rojo o utilizan discursos demagógicos para engañar a los trabajadores.
Para esa batalla invitamos a los y las trabajadoras de Chrysler, reiterándoles el llamado a unir fuerzas para defender a los despedidos e impedir nuevas agresiones a la estabilidad laboral y los derechos contractuales.
¡Viva la unidad de la clase trabajadora!
Corriente Clasista Unitaria Revolucionaria y Autónoma (C-cura)
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