La asamblea de este viernes en la mañana llenó el portón III de la acería |
Marcos David Valverde
16.08.2014
Si el jueves, a las 6:00 de la mañana, el ambiente era de expectación ante lo que estaba por vivirse (la marcha de trabajadores y sindicatos de otras empresas básicas unidos por el derecho a la convención), lo de este viernes, a la misma hora, fue de euforia absoluta ante la convulsión noticiosa a raíz de un “contrato colectivo” inexistente, a pesar de la insistencia del Gobierno.
La crispación fue denominador común en el encuentro que, bajo el techo del portón III de la empresa, vivieron una marea de trabajadores y, desde la pequeña tarima, algunos representantes del Sindicato Único de Trabajadores de la Industria Siderúrgica y Similares (Sutiss).
Y fue una parte de ellos porque otros, a medida que transcurrían los minutos, los ausentes fueron mentados de traidores, por decir lo más civilizado. Se trata, principalmente, de José Meléndez, secretario de Organización, y Leonel Grisett, segundo vocal. Sobre ambos cayó un dedo acusador: el de haberse reunido, a espaldas de trabajadores y del sindicato, con una comisión gubernamental y firmar, al cobijo de la madrugada, un acuerdo que la prensa oficialista insiste en llamar contrato colectivo.
Los acuerdos económicos suscritos en acta entre miembros del comité ejecutivo de Sutiss no fueron planteados en la tarima.
“Los que tenemos que definir el contrato colectivo somos nosotros, los trabajadores. No vamos a tener miedo de continuar adelante con esto”, exclamó el secretario de Trabajo y Reclamos de Sutiss, Leonardo Azócar.
La agitación creció entre fogatas en las que ardían los comunicados oficiales de la empresa sobre el “logro histórico” del “contrato colectivo” y las pancartas que, una vez más, retaban a Meléndez a dar la cara.
De manera unánime
Así, llegó el turno al micrófono del presidente del sindicato, José Luis Hernández, quien inauguró su intervención, cómo no, con una acusación: “Este plan contra los sidoristas tiene seis meses orquestándose”.
Luego, y en un tono diametralmente opuesto al conservador que, el día anterior, había utilizado para referirse a los señalados de traición (“no quiero acusar a nadie hasta no ver la firma”, afirmó la víspera), lanzó su sentencia: “Si tienen vergüenza, deberían renunciar al sindicato”.
En pos de legitimidad para las próximas acciones, Hernández inició un referendo: “¿Ustedes están dispuestos a arrancar la planta, a pesar de la traición?”. La respuesta de la audiencia fue unánime: “No”.
Fue en ese momento cuando comunicó la determinación: “sacar” a los trabajadores administrativos de sus puestos de trabajo, lo que consistió en conminarlos a sumarse a la protesta para llegar al 100 por ciento de paralización de la empresa. Al final de la jornada no pudo confirmarse que esta decisión se concretase.
“Acordamos con los trabajadores apoyar a los administrativos para que salieran de sus oficinas en rechazo a la imposición militar que representantes de CVG, la Gobernación y sindicatos patronales pretenden”, achacó Hernández.
Insistió en que “la mayoría del comité ejecutivo no estuvo presente en ese paquetazo que firmaron en Macagua. Quienes firmaron ese contrato colectivo: José Meléndez, Leonel Grisset, Tomás Molina y Alexander Ramírez deberían estar avergonzados”.
La asamblea culminó a las 9:30 de la mañana. Hasta ese momento el acuerdo fue el desalojar a los trabajadores administrativos y lograr un paro general. Hasta la tarde del viernes, estaba confirmada la paralización operativa al 100 por ciento. Planta de Pellas y Mildrex también detuvieron sus operaciones. La escasez de insumos y de repuestos ha frenado el funcionamiento, cada vez más mermado, de la estatal. Las reuniones del comité ejecutivo, señaló Hernández, continuarán a puerta cerrada.
Primera alusión
Hasta este viernes, el presidente de la República, Nicolás Maduro, no se había pronunciado sobre el “contrato colectivo” para Sidor que, este jueves, firmó su gobierno junto con algunos sidoristas.
Fue en la tarde de este viernes, en el Teatro Teresa Carreño, cuando, más que un pronunciamiento oficial, ofreció una visión esquiva sobre el asunto, deducción a partir de sus palabras.
“Me angustian los sectores sindicales que se quedan en la lucha por el ‘locherismo’ y no trascienden ni tienen visión del papel de la clase obrera para construir el socialismo en lo económico”, dijo, según una nota de la Agencia Venezolana de Noticias.
Exhortó a sus partidarios a crear una sociedad “que no se quede en las luchas reivindicativas locales y vaya con visión firme, con raíz local, regional, al ejercicio del poder político nacional, con visión de poder”. Las omisiones a veces también son de acero.
16.08.2014
Si el jueves, a las 6:00 de la mañana, el ambiente era de expectación ante lo que estaba por vivirse (la marcha de trabajadores y sindicatos de otras empresas básicas unidos por el derecho a la convención), lo de este viernes, a la misma hora, fue de euforia absoluta ante la convulsión noticiosa a raíz de un “contrato colectivo” inexistente, a pesar de la insistencia del Gobierno.
La crispación fue denominador común en el encuentro que, bajo el techo del portón III de la empresa, vivieron una marea de trabajadores y, desde la pequeña tarima, algunos representantes del Sindicato Único de Trabajadores de la Industria Siderúrgica y Similares (Sutiss).
Y fue una parte de ellos porque otros, a medida que transcurrían los minutos, los ausentes fueron mentados de traidores, por decir lo más civilizado. Se trata, principalmente, de José Meléndez, secretario de Organización, y Leonel Grisett, segundo vocal. Sobre ambos cayó un dedo acusador: el de haberse reunido, a espaldas de trabajadores y del sindicato, con una comisión gubernamental y firmar, al cobijo de la madrugada, un acuerdo que la prensa oficialista insiste en llamar contrato colectivo.
Los acuerdos económicos suscritos en acta entre miembros del comité ejecutivo de Sutiss no fueron planteados en la tarima.
“Los que tenemos que definir el contrato colectivo somos nosotros, los trabajadores. No vamos a tener miedo de continuar adelante con esto”, exclamó el secretario de Trabajo y Reclamos de Sutiss, Leonardo Azócar.
La agitación creció entre fogatas en las que ardían los comunicados oficiales de la empresa sobre el “logro histórico” del “contrato colectivo” y las pancartas que, una vez más, retaban a Meléndez a dar la cara.
De manera unánime
Así, llegó el turno al micrófono del presidente del sindicato, José Luis Hernández, quien inauguró su intervención, cómo no, con una acusación: “Este plan contra los sidoristas tiene seis meses orquestándose”.
Luego, y en un tono diametralmente opuesto al conservador que, el día anterior, había utilizado para referirse a los señalados de traición (“no quiero acusar a nadie hasta no ver la firma”, afirmó la víspera), lanzó su sentencia: “Si tienen vergüenza, deberían renunciar al sindicato”.
En pos de legitimidad para las próximas acciones, Hernández inició un referendo: “¿Ustedes están dispuestos a arrancar la planta, a pesar de la traición?”. La respuesta de la audiencia fue unánime: “No”.
Fue en ese momento cuando comunicó la determinación: “sacar” a los trabajadores administrativos de sus puestos de trabajo, lo que consistió en conminarlos a sumarse a la protesta para llegar al 100 por ciento de paralización de la empresa. Al final de la jornada no pudo confirmarse que esta decisión se concretase.
“Acordamos con los trabajadores apoyar a los administrativos para que salieran de sus oficinas en rechazo a la imposición militar que representantes de CVG, la Gobernación y sindicatos patronales pretenden”, achacó Hernández.
Insistió en que “la mayoría del comité ejecutivo no estuvo presente en ese paquetazo que firmaron en Macagua. Quienes firmaron ese contrato colectivo: José Meléndez, Leonel Grisset, Tomás Molina y Alexander Ramírez deberían estar avergonzados”.
La asamblea culminó a las 9:30 de la mañana. Hasta ese momento el acuerdo fue el desalojar a los trabajadores administrativos y lograr un paro general. Hasta la tarde del viernes, estaba confirmada la paralización operativa al 100 por ciento. Planta de Pellas y Mildrex también detuvieron sus operaciones. La escasez de insumos y de repuestos ha frenado el funcionamiento, cada vez más mermado, de la estatal. Las reuniones del comité ejecutivo, señaló Hernández, continuarán a puerta cerrada.
Primera alusión
Hasta este viernes, el presidente de la República, Nicolás Maduro, no se había pronunciado sobre el “contrato colectivo” para Sidor que, este jueves, firmó su gobierno junto con algunos sidoristas.
Fue en la tarde de este viernes, en el Teatro Teresa Carreño, cuando, más que un pronunciamiento oficial, ofreció una visión esquiva sobre el asunto, deducción a partir de sus palabras.
“Me angustian los sectores sindicales que se quedan en la lucha por el ‘locherismo’ y no trascienden ni tienen visión del papel de la clase obrera para construir el socialismo en lo económico”, dijo, según una nota de la Agencia Venezolana de Noticias.
Exhortó a sus partidarios a crear una sociedad “que no se quede en las luchas reivindicativas locales y vaya con visión firme, con raíz local, regional, al ejercicio del poder político nacional, con visión de poder”. Las omisiones a veces también son de acero.
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