Por Efraín Jaramillo Jaramillo*
El 11 de julio de 2013, murió en un accidente de tránsito nuestro querido amigo Ajishama (‘garza blanca’ en lengua makiritare).
José María Korta era un octogenario hermano jesuita, que se hizo conocer por su huelga de hambre (“no basta con rezar” cantaba Alí Primera), en favor de sus queridos hermanos yukpa y barí en la serranía del Perijá en territorio venezolano. Buscó infructuosamente que el gobierno del presidente Chávez demarcara sus territorios, invadidos y asaltados por ambiciosos terratenientes ganaderos del Zulia y rapaces compañías mineras.
En aquella ocasión escribí un texto, que no supe si lo recibió. Decía:
“… Ajishama te deseo muchos años más de vida y de lucha. Reciba un abrazo de un amigo que lo conoció por allá en los años 90 en esos ‘andurriales’ de la Orinoquia que trajinan los pueblos indígenas. Usted quizás no se acuerda. No importa. Lo que verdaderamente interesa es que aquí en Colombia hay mucha gente que lo admira y valora su talante decidido. Me cautiva, cosa que echo mucho de menos en Colombia, la pasión que ha despertado su gesto fraterno y noble de arriesgar su vida por los pueblos más excluidos y vapuleados de la sociedad venezolana…” (1)
En esta ocasión para conmemorar este triste suceso, rescato un texto de Aimeé Tillet, del
Grupo de Trabajo Socioambiental de la Amazonía (Wataniba).
José María Korta era un octogenario hermano jesuita, que se hizo conocer por su huelga de hambre (“no basta con rezar” cantaba Alí Primera), en favor de sus queridos hermanos yukpa y barí en la serranía del Perijá en territorio venezolano. Buscó infructuosamente que el gobierno del presidente Chávez demarcara sus territorios, invadidos y asaltados por ambiciosos terratenientes ganaderos del Zulia y rapaces compañías mineras.
En aquella ocasión escribí un texto, que no supe si lo recibió. Decía:
“… Ajishama te deseo muchos años más de vida y de lucha. Reciba un abrazo de un amigo que lo conoció por allá en los años 90 en esos ‘andurriales’ de la Orinoquia que trajinan los pueblos indígenas. Usted quizás no se acuerda. No importa. Lo que verdaderamente interesa es que aquí en Colombia hay mucha gente que lo admira y valora su talante decidido. Me cautiva, cosa que echo mucho de menos en Colombia, la pasión que ha despertado su gesto fraterno y noble de arriesgar su vida por los pueblos más excluidos y vapuleados de la sociedad venezolana…” (1)
En esta ocasión para conmemorar este triste suceso, rescato un texto de Aimeé Tillet, del
Grupo de Trabajo Socioambiental de la Amazonía (Wataniba).
“El mundo indígena venezolano fue estremecido en el año 2013 por el fallecimiento del hermano jesuita José María Korta en un accidente de tránsito, el 11 de julio. Korta participó durante más de 40 años en la promoción y defensa de los derechos humanos de los pueblos y comunidades indígenas. Vivió por más de 20 años en la Amazonía trabajando junto a los pueblos E’kuana-Sanema y Wotjuja (Piaroa) impulsando proyectos de autogestión y organización comunitaria. Fue fundador de la Fundación Causa Amerindia y de la Universidad Indígena de Venezuela, iniciativas para educar de forma crítica a los pueblos indígenas venezolanos, con conciencia de su identidad y valores ancestrales. En los últimos años, acompañó activamente las luchas del pueblo yukpa en la sierra del Perijá, estado de Zulia, llegando a sostener una huelga de hambre en su defensa, que permitió reabrir el diálogo entre el movimiento indígena y el gobierno nacional.” (2)
Que falta nos hace en Colombia el talante generoso y decidido de ese hermano de la iglesia. Aún más cuando conocemos el caso de otros hermanos que se enriquecen a costa de la usurpación de territorios de los pueblos indígenas… remember Cumaribo.
Bogotá, julio 4 de 2014
Notas:
(1) Carta a un candoroso chavista. Con motivo de la huelga de hambre de José María Korta a favor de sus hermanos indios. http://jenzera.org/web/?m=201011
(2) Anuario ‘El Mundo Indígena 2014’, IWGIA, Lima 2014, página 132.
—
*Efraín Jaramillo Jaramillo es antropólogo colombiano, director del Colectivo de Trabajo Jenzerá, un grupo interdisciplinario e interétnico que se creó a finales del siglo pasado para luchar por los derechos de los embera katío, vulnerados por la empresa Urra S.A. El nombre Jenzerá, que en lengua embera significa hormiga fue dado a este colectivo por el desaparecido Kimy Pernía.
Que falta nos hace en Colombia el talante generoso y decidido de ese hermano de la iglesia. Aún más cuando conocemos el caso de otros hermanos que se enriquecen a costa de la usurpación de territorios de los pueblos indígenas… remember Cumaribo.
Bogotá, julio 4 de 2014
Notas:
(1) Carta a un candoroso chavista. Con motivo de la huelga de hambre de José María Korta a favor de sus hermanos indios. http://jenzera.org/web/?m=201011
(2) Anuario ‘El Mundo Indígena 2014’, IWGIA, Lima 2014, página 132.
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*Efraín Jaramillo Jaramillo es antropólogo colombiano, director del Colectivo de Trabajo Jenzerá, un grupo interdisciplinario e interétnico que se creó a finales del siglo pasado para luchar por los derechos de los embera katío, vulnerados por la empresa Urra S.A. El nombre Jenzerá, que en lengua embera significa hormiga fue dado a este colectivo por el desaparecido Kimy Pernía.
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