miércoles, 8 de enero de 2014

2013: nuevo récord de violencia

Los 24.763 homicidios ocurridos en 2013 constituyen la cifra más alta de la historia del país. Esto se traduce en una tasa de 79 asesinatos por cada 100.000 habitantes, la segunda del mundo, solo detrás de la de Honduras (85/100.000hab).

Nuestra ominosa realidad delictiva desdibuja cualquier intento de manipulación estadística


Luis Izquiel
El Universal
Enero 2014


La información que contiene el último informe del Observatorio Venezolano de Violencia es realmente preocupante: los 24.763 homicidios ocurridos en 2013 constituyen la cifra más alta de la historia del país. Esto se traduce en una tasa de 79 asesinatos por cada 100.000 habitantes, la segunda del mundo, solo detrás de la de Honduras (85/100.000hab). El promedio nacional durante el año pasado fue de 68 homicidios por día, es decir, uno cada 21 minutos. Una verdadera epidemia de violencia.

Hay que recordar que cuando el oficialismo llegó al poder la tasa del país era de 19 homicidios por cada 100.000 habitantes. Las cifras de la antigua PTJ indican que en 1998 se cometieron 4.550 asesinatos. Aunque tampoco era la situación ideal, en ese entonces Venezuela se encontraba dentro del rango promedio de la región. En estos 15 años la violencia criminal ha tenido un crecimiento exponencial.

El estudio del OVV, realizado con la participación de 7 universidades, señala que los homicidios constituyen hoy la causa del 12% del total de muertes en el país. La gran mayoría de las víctimas siguen siendo los varones, provenientes de los sectores populares, en edad económicamente productiva. Un hombre en Venezuela tiene hoy 16,5 veces más posibilidad de ser objeto de un homicidio que una mujer.

El OVV afirma que el año pasado la delincuencia tuvo un incremento superior en las ciudades medianas y pequeñas del país, sin embargo, Caracas fue nuevamente la urbe más golpeada por la acción delictiva. Las cifras reflejadas por distintos medios de comunicación indican que durante 2013 más de 5.800 cuerpos sin vida fueron ingresados a la morgue de Bello Monte, lo que representa un nuevo récord histórico. En este período fueron asesinados 99 funcionarios de seguridad. En 2013 el promedio de muertes violentas en la capital se situó en 16 diarias.

Para que tengamos una idea de otras realidades, podemos constatar que la ciudad de Nueva York, con una población aproximada de 8 millones y medio de habitantes, cerró el 2013 con un total de 333 homicidios, el número más bajo de los últimos 50 años. En contraste, cifras extraoficiales señalan que, solo en diciembre, en Caracas se produjeron 565 muertes violentas.

A pesar de lo antes expuesto, el ministro de Interior y Justicia insiste en que la criminalidad se redujo un 17% en 2013, quedando la tasa oficial ubicada en 39 homicidios por cada 100.000 habitantes. Una disminución de esta magnitud tendría que despertar el interés de los distintos expertos de seguridad del mundo, todos deseosos de conocer la fórmula mágica aplicada por Rodríguez Torres. Pero esto no va a ocurrir sencillamente porque los datos no son creíbles. Nuestra ominosa realidad delictiva desdibuja cualquier intento de manipulación estadística.

Las cifras del OVV son conservadoras, ya que para la realización de este trabajo se tomó en cuenta solo una parte moderada del total de víctimas ubicadas en los renglones de “averiguaciones muerte” y “resistencia a la autoridad”. Asimismo, la ONG afirma que si la mayoría de los venezolanos no se hubiera inhibido de realizar muchas actividades, restringiendo los lugares y horarios de las mismas (con la consecuente pérdida de parte de la libertad), los resultados del delito y la criminalidad hubiesen sido peores en 2013.

El Gobierno debe reconocer el desbordamiento de la situación delictiva. La política del avestruz no va a producir ningún resultado positivo.

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