sábado, 12 de octubre de 2013

Embarazadas y desaparecidas en dictadura chilena



Palabra de Mujer

La Agrupación de Familiares de Detenidos Desaparecidos (AFDD, Chile) ha estado por años encima del tema. Esta entidad destaca la importancia de estas mujeres y la escasa ayuda de parte de quienes tuvieron alguna relación con sus desapariciones.
Ricardo Francino S aldivia /Noticias Terra, Chile, 2/9/2013

En Chile, de las más de 1.200 personas desaparecidas durante el régimen militar, hay 9 casos que llaman la atención de forma especial. Estos casos representan a nueve mujeres que se encontraban embarazadas al momento de ser detenidas por parte de los servicios de seguridad de la dictadura militar. Nada se sabe de ellas ni de los bebés, esos mismos que hoy tendrían casi 40 años.


La Agrupación de Familiares de Detenidos Desaparecidos (AFDD) ha estado por años encima del tema, Lorena Pizarro presidenta de la entidad destaca la importancia de estas mujeres y la escasa ayuda de parte de quienes tuvieron alguna relación con sus desapariciones: “Nuestras mujeres embarazadas siempre han sido motivo de preocupación, alguna vez hemos realizado campañas pues son temas importantes pero no han dado resultado” señala.

Según Pizarro, las investigaciones que se han llevado adelante tienen que ver con causas particulares o episodios de represión donde ellas estaban involucradas pero no específicamente sobre estas nueve mujeres: “Alguna vez los familiares recibieron algún dato pero la dictadura y los aparatos de represión y tortura nunca rompieron esos pactos de silencio. Todo eso refleja la cobardía de los agentes que no han ayudado en nada para saber qué pasó con esas víctimas y sus bebés” afirma.

No sólo fueron hombres

El caso de esas mujeres aleja también el prejuicio machista de la desaparición solamente de hombres en los tiempos de dictadura, “somos una organización principalmente de mujeres y se habla solamente de ‘desaparecidos’. Nos olvidamos de las mujeres, de esas embarazadas que tenían ideales. Las madres de esas mujeres siempre se sentirán abuelas y soñarán con la existencia de esos nietos perdidos”, dice Gabriela Zúñiga, vicepresidenta de la AFDD.

Reconocido internacionalmente es el trabajo de las Abuelas de Mayo en Argentina, organización de DDHH que ha logrado recuperar a 109 menores apropiados por militares o civiles en la dictadura, algo que demuestra que los derechos de los niños fueron vulnerados a ambos lados de la cordillera pero con distintos matices, “la infancia en las dictaduras de nuestro continente se vio muy afectada por los aparatos represivos. Lo que pasa es que en Argentina ellos se apropiaban de los niños y bebés, los que eran entregados a represores. En nuestro país, los niños eran asesinados o torturados frente a sus padres para que estos entregaran información”, señala Lorena Pizarro.

“Todas íbamos a ser reinas

La Corporación de Promoción y Defensa de los Derechos del Pueblo (CODEPU) realizó una de las primeras investigaciones sobre estas desaparecidas. De ahí nació el libro “Todas íbamos a ser reinas” que relata la vida de estas mujeres y donde comenzaron a aparecer indicios de la presencia de embarazadas en Colonia Dignidad y en el hospital Barros Luco o el de la FACH.

Viviana Uribe, presidenta de esta ONG señala que la doctora Paz Rojas junto a un equipo de Codepu realizó esa investigación a comienzos de la década de los 90 y fue actualizada hace unos años, “todas las desaparecidas tienen procesos jurídicos abiertos. Gloria Delard fue detenida en Argentina y otras 9 fueron detenidas en Chile. De todas ellas, siempre creímos que dos bebés pudieron haber nacido: el hijo de Michelle Peña (tenía 8 meses de embarazada) y el de Reinalda Pereira con 5 meses de embarazo” afirma Uribe.

María Peña es tía materna de Michelle Peña Herreros, una estudiante de ingeniería, de 27 años y que fue detenida el 20 de junio de 1975 cuando tenía más de 8 meses de embarazo. María señala que poca es la información que han recibido en estos años “solo son rumores pero una compañera de detención de Michelle nos contó que cuando salió del hospital, ella solamente gritaba que la dejaran ver a su bebé. Me han sacado sangre tres veces pero es difícil que se sepa mientras alguien no hable”, afirma.

Cruentas historias

Una de esas historias es la de Reinalda Pereira, una mujer de 29 años, que fue detenida el 15 de diciembre de 1976 cuando tenía 7 meses de embarazo. Con el paso del tiempo los interrogatorios y declaraciones de testigos a la justicia señalaron que ella fue a parar al cuartel de Simón Bolívar.

“Alguna vez se dijo que su guagua había nacido y era un bebé rubio como ella pero hace un tiempo atrás nos enteramos a través de una declaración judicial que Reinalda murió producto de las torturas y minutos después pasó lo mismo con el bebé, el cual ellos podían ver como se movía en su vientre. Por todo ello es que somos súper cuidadosas en las informaciones y solo nos queda insistir en que ese pacto de silencio de civiles y uniformados se termine de una vez por todas. Esa es la realidad de la dictadura, la realidad que muchos implicados dicen que es cosa del pasado y es un tema también de futuro, pues tiene que ver con el país que queremos construir” afirma Lorena Pizarro.

El caso de Cecilia Labrín también se enmarca claramente en los pactos de silencio. Su madre, Olivia Saso declaraba el 2003 a la revista Punto Final: “Tengo referencias de que mi nieta nació en cautiverio el 5 de marzo y pesó 3 kilos 200 gramos. Me sentí muy ilusionada con ella, mi primera nieta. En 1975 tuve una reunión con el ministro del Interior, general César Benavides; me dijo que mi hija dio a luz. Después anónimamente me avisaron que a Cecilia la llevaron a un control de maternidad en el Hospital Barros Luco. Creo que es posible que los torturadores adoptaran a los hijos de las detenidas, como sucedió en Argentina.Además, no es descabellado suponer que una mujer con siete u ocho meses de embarazo haya tenido a su hijo” afirmaba la abuela en la entrevista.

Alejandra Lagos es sobrina de Gloria Lagos Nilsson, una joven detenida desaparecida, madre de tres hijos y que al momento de su desaparición tenía 3 meses de embarazo. Hoy recuerda que: “la recuerdo como una mujer hermosa, muy cariñosa y cercana”. Su ausencia se notó toda la vida y sus hijos en el exilio afirman que “vivieron el dolor de la madre ausente y desaparecida, la pasaron muy mal sin tener datos de ella. Nunca se pudo saber ningún dato importante para saber qué pasó” afirma, justo en los días en que se cumplen 39 años de su secuestro y desaparición.

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