Minero separando oro dentro de un barril de mercurio. Amazon Gold |
21/08/2013
“¿Cómo podría hacer que las personas prestaran atención en estos tiempos caóticos? Para mí esto era una guerra”. Sarah duPont llevaba años dándole vueltas a cómo trasmitir “esta guerra contra la naturaleza”, hasta que encontró el camino: embarcó a dos periodistas norteamericanos de guerra, Ron Haviv y Donovan Webster, y al biólogo peruano Enrique Ortiz en una viaje clandestino a la selva amazónica peruana para descubrir la “destrucción apocalíptica” que provoca la extracción ilegal de oro en el sudeste peruano. El documental mantiene que el 98% del oro extraído en Perú es ilegal.
El pasado fin de semana se estrenó en el Festival de Cine de Lima el documental Oro amazónica (Amazon Gold). En el cartel, siete sellos de premios de reconocidos Festivales cinematográficos avalan el trabajo del equipo estadounidense que grabó en 2010 26 horas para acabar mostrando tan sólo 53 minutos de largo. Lo que se encontró el equipo fueron agujeros del tamaño de campos de fútbol en la tierra y maquinarias pesadas sustrayendo el oro de los ríos para separarlo de otros metales y verter mercurio en sus caudales. ”Parecía un paraje de la luna, completamente devastado. Sin árboles, había grandes huecos, mercurio. Tenía miedo hasta de tocar las rocas porque había demasiado mercurio en el sistema”, relató la productora duPont.
La historia de la zona de Madre de Dios es la repetición de un capítulo que bien conoce el medioambiente. Codicia humana versus naturaleza. Detrás de los campesinos que se trasladan a esta zona para trabajar el oro se encuentran redes mafiosas y vulneración de los Derechos Humanos, aseguran. Como explica el director del documental, Reuben Aaronson, “cuando el motivo de tu trabajo es alimentar a tu familia, no es sorprendente que uno no se dé cuenta de que en el proceso estás destruyendo un bosque primario y envenenando el agua y el aire”.Y es que el Amazonas, además de albergar numerosas especies sin explotar, funciona como un pulmón para el resto del planeta; su ecosistema regula los patrones estables del clima mundial. Pero la realidad es que, según sostiene el film, 30.000 hombres se adentran en la espesura del bosque para sustraer de sus ríos el oro. La consecuencia es evidente: deforestación, contaminación del ambiente con mercurio y “hasta una serie de delitos que incluyen la trata de personas y la prostitución”.
Una de las zonas con mayor biodiversidad de Perú está siendo destruida por los humanos en su afán por enriquecerse a costa de la explotación de los recursos naturales. El film aporta un dato clave: para forjar un anillo de boda, son necesarias 250 toneladas de tierra de bosque primario para obtener oro suficiente. Sólo en EEUU se casan al día 600 personas. Además, la presente crisis económica ha hecho que el oro se revalorice y se consolide como un refugio ante la inflación.
Como explica el director, “el precio del oro es 30 veces más de lo que costaba cuando yo era más joven. Su elevado precio es lo que impulsa a la gente pobre de los altiplanos peruanos a migrar hacia esta región, donde un trabajador puede ganar en un sólo día lo que un profesor gana en un mes en Perú”.
“Muchos expertos concuerdan en que el actual ritmo de destrucción podría acabar con el Amazonas en los próximos 40 años”, mantiene el documental. Pero en medio de este escenario apocalíptico, no todo son malas noticias. El biólogo Enrique Ortiz considera que son los propios trabajadores de la minería ilegal los que acabarán con ella. ”Cuando la gente de Madre de Dios se dé cuenta de que se están envenenando, van a comenzar a luchar contra la corrupción y las mafias”, concluye esperanzado el peruano.
“¿Cómo podría hacer que las personas prestaran atención en estos tiempos caóticos? Para mí esto era una guerra”. Sarah duPont llevaba años dándole vueltas a cómo trasmitir “esta guerra contra la naturaleza”, hasta que encontró el camino: embarcó a dos periodistas norteamericanos de guerra, Ron Haviv y Donovan Webster, y al biólogo peruano Enrique Ortiz en una viaje clandestino a la selva amazónica peruana para descubrir la “destrucción apocalíptica” que provoca la extracción ilegal de oro en el sudeste peruano. El documental mantiene que el 98% del oro extraído en Perú es ilegal.
El pasado fin de semana se estrenó en el Festival de Cine de Lima el documental Oro amazónica (Amazon Gold). En el cartel, siete sellos de premios de reconocidos Festivales cinematográficos avalan el trabajo del equipo estadounidense que grabó en 2010 26 horas para acabar mostrando tan sólo 53 minutos de largo. Lo que se encontró el equipo fueron agujeros del tamaño de campos de fútbol en la tierra y maquinarias pesadas sustrayendo el oro de los ríos para separarlo de otros metales y verter mercurio en sus caudales. ”Parecía un paraje de la luna, completamente devastado. Sin árboles, había grandes huecos, mercurio. Tenía miedo hasta de tocar las rocas porque había demasiado mercurio en el sistema”, relató la productora duPont.
La historia de la zona de Madre de Dios es la repetición de un capítulo que bien conoce el medioambiente. Codicia humana versus naturaleza. Detrás de los campesinos que se trasladan a esta zona para trabajar el oro se encuentran redes mafiosas y vulneración de los Derechos Humanos, aseguran. Como explica el director del documental, Reuben Aaronson, “cuando el motivo de tu trabajo es alimentar a tu familia, no es sorprendente que uno no se dé cuenta de que en el proceso estás destruyendo un bosque primario y envenenando el agua y el aire”.Y es que el Amazonas, además de albergar numerosas especies sin explotar, funciona como un pulmón para el resto del planeta; su ecosistema regula los patrones estables del clima mundial. Pero la realidad es que, según sostiene el film, 30.000 hombres se adentran en la espesura del bosque para sustraer de sus ríos el oro. La consecuencia es evidente: deforestación, contaminación del ambiente con mercurio y “hasta una serie de delitos que incluyen la trata de personas y la prostitución”.
Una de las zonas con mayor biodiversidad de Perú está siendo destruida por los humanos en su afán por enriquecerse a costa de la explotación de los recursos naturales. El film aporta un dato clave: para forjar un anillo de boda, son necesarias 250 toneladas de tierra de bosque primario para obtener oro suficiente. Sólo en EEUU se casan al día 600 personas. Además, la presente crisis económica ha hecho que el oro se revalorice y se consolide como un refugio ante la inflación.
Como explica el director, “el precio del oro es 30 veces más de lo que costaba cuando yo era más joven. Su elevado precio es lo que impulsa a la gente pobre de los altiplanos peruanos a migrar hacia esta región, donde un trabajador puede ganar en un sólo día lo que un profesor gana en un mes en Perú”.
“Muchos expertos concuerdan en que el actual ritmo de destrucción podría acabar con el Amazonas en los próximos 40 años”, mantiene el documental. Pero en medio de este escenario apocalíptico, no todo son malas noticias. El biólogo Enrique Ortiz considera que son los propios trabajadores de la minería ilegal los que acabarán con ella. ”Cuando la gente de Madre de Dios se dé cuenta de que se están envenenando, van a comenzar a luchar contra la corrupción y las mafias”, concluye esperanzado el peruano.
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