Sindicalistas exigen mejoras salariales al Gobierno
Para reclamar derechos vulnerados empleados protestan y desconocen a la dirigencia sindical
Ana Díaz
25 de agosto 2013
El Nacional
Los efectos del deterioro económico del país enfrentan a la base obrera con la ideología. Los trabajadores de los organismos y empresas del Estado cada vez más marcan distancia del modelo socialista del Gobierno. La razón es la pérdida del poder adquisitivo del ingreso frente a la inflación y la devaluación, a lo que se suma el incumplimiento de las obligaciones de la contratación colectiva, informaron dirigentes sindicales.
Junis Hernández –de Unidad Matancera, fuerza sindical de la Siderúrgica del Orinoco– afirmó que en las empresas básicas de Guayana el divorcio de la base trabajadora se traduce en conflictos y acciones –como el reciente paro en la planta de tubos– llevadas a cabo fuera de los lineamientos de los dirigentes sindicales inscritos en el Partido Socialista Unido de Venezuela o en la Central Bolivariana Socialista de Trabajadores.
“A un año de que el presidente Hugo Chávez ordenó discutir los contratos colectivos en las empresas, no se ha firmado ninguno”, recordó Hernández. Agregó que la convención de Sidor expiró hace tres años, y las de las otras filiales de la Corporación Venezolana de Guayana llevan vencidas entre cuatro y seis años.
El malestar en los trabajadores crece porque a la congelación de las negociaciones de los proyectos de contrato se añade el incumplimiento de los vigentes. “En el sector eléctrico hay un gran descontento por la deuda contractual de la Corporación Eléctrica Nacional”, expresó el dirigente Alexis Rodríguez.
El directivo de la Federación de Trabajadores Eléctricos dijo que las reuniones en el Ministerio del Trabajo de la semana pasada han sido interpretadas como una estrategia para ganar tiempo. En los tribunales laborales los reclamos tampoco avanzan y si el fallo es a favor de los trabajadores el Estado no lo acata.
“La gente está cansada de que le hablen de socialismo y democracia protagónica y participativa, cuando el salario no alcanza. Si la empresa no cumple, pronto habrá acciones unilaterales de los trabajadores para reclamar los derechos”, advirtió.
“La estrategia gubernamental de dividir y atomizar al movimiento sindical tuvo éxito en la presidencia de Hugo Chávez, cuando muchos trabajadores se identificaban con su liderazgo, pero ahora la situación es otra. La gente se cansó de la política y exige mejoras en las condiciones socioeconómicas”, indicó Igor Lira, del sindicato de la Cantv-Caracas.
El Observatorio Venezolano de Conflictividad Social señaló que las protestas laborales de 2013 alcanzaron el pico de 139 en julio frente a 98 acciones en enero, y se concentraron en las empresas básicas y el sector salud.
Por el suelo
Los efectos del deterioro económico del país enfrentan a la base obrera con la ideología. Los trabajadores de los organismos y empresas del Estado cada vez más marcan distancia del modelo socialista del Gobierno. La razón es la pérdida del poder adquisitivo del ingreso frente a la inflación y la devaluación, a lo que se suma el incumplimiento de las obligaciones de la contratación colectiva, informaron dirigentes sindicales.
Junis Hernández –de Unidad Matancera, fuerza sindical de la Siderúrgica del Orinoco– afirmó que en las empresas básicas de Guayana el divorcio de la base trabajadora se traduce en conflictos y acciones –como el reciente paro en la planta de tubos– llevadas a cabo fuera de los lineamientos de los dirigentes sindicales inscritos en el Partido Socialista Unido de Venezuela o en la Central Bolivariana Socialista de Trabajadores.
“A un año de que el presidente Hugo Chávez ordenó discutir los contratos colectivos en las empresas, no se ha firmado ninguno”, recordó Hernández. Agregó que la convención de Sidor expiró hace tres años, y las de las otras filiales de la Corporación Venezolana de Guayana llevan vencidas entre cuatro y seis años.
El malestar en los trabajadores crece porque a la congelación de las negociaciones de los proyectos de contrato se añade el incumplimiento de los vigentes. “En el sector eléctrico hay un gran descontento por la deuda contractual de la Corporación Eléctrica Nacional”, expresó el dirigente Alexis Rodríguez.
El directivo de la Federación de Trabajadores Eléctricos dijo que las reuniones en el Ministerio del Trabajo de la semana pasada han sido interpretadas como una estrategia para ganar tiempo. En los tribunales laborales los reclamos tampoco avanzan y si el fallo es a favor de los trabajadores el Estado no lo acata.
“La gente está cansada de que le hablen de socialismo y democracia protagónica y participativa, cuando el salario no alcanza. Si la empresa no cumple, pronto habrá acciones unilaterales de los trabajadores para reclamar los derechos”, advirtió.
“La estrategia gubernamental de dividir y atomizar al movimiento sindical tuvo éxito en la presidencia de Hugo Chávez, cuando muchos trabajadores se identificaban con su liderazgo, pero ahora la situación es otra. La gente se cansó de la política y exige mejoras en las condiciones socioeconómicas”, indicó Igor Lira, del sindicato de la Cantv-Caracas.
El Observatorio Venezolano de Conflictividad Social señaló que las protestas laborales de 2013 alcanzaron el pico de 139 en julio frente a 98 acciones en enero, y se concentraron en las empresas básicas y el sector salud.
Por el suelo
Los dirigentes sindicales coinciden en que a los trabajadores les duele el deterioro de las plantas y los servicios por las malas políticas gerenciales y la falta de inversión. “El Gobierno emprende ahora una cruzada anticorrupción cuando ella está en casa”, denunció Iván Freites, de la Federación Única de Trabajadores Petroleros de Venezuela.
Añadió que “los privilegios del Gobierno son para sus sindicalistas, con la idea de frenar las negociaciones de los contratos colectivos y marear a los trabajadores con promesas”. Hernández afirmó que en Sidor, sindicalistas del oficialismo y militantes del PSUV cobran guardias sin trabajar, entre otras prebendas, lo que “indigna a los trabajadores”.
Los dirigentes indicaron que los oficialistas tratan de silenciar a los trabajadores recordándoles que perciben el salario a pesar de que las plantas operan a media máquina. “Todos nos preguntamos a dónde van los recursos aprobados por el Ejecutivo y el Legislativo porque no hay inversión en mejoras tecnológicas ni se cumplen las obligaciones laborales”, dijo Hernández.
Oficialismo perdería elecciones
Si las elecciones sindicales fueran mañana, el oficialismo no las ganaría y por eso el Gobierno evita que se celebren los comicios pendientes con el argumento de los próximos comicios municipales del 8 de diciembre, alertaron dirigentes consultados. “Esto explica las trabas en el Consejo Nacional Electoral y el Ministerio del Trabajo”, dijo Iván Freites, de la Futvp.
Recordó el triunfo de la plancha opositora en las elecciones de Ferrominera Orinoco, con Rubén González, y que después de varias protestas ha obligado al Ejecutivo a negociar el contrato colectivo.
En Alcasa y Carbonorca el oficialismo también perdió. Sin embargo, Igor Lira, dirigente sindical de la Cantv, advirtió que la lucha es larga y con muchas dificultades para derrotar la intención del Gobierno de ahogar al movimiento sindical autónomo. Insistió en que los sindicatos de base tienen ahora el liderazgo porque las federaciones y las centrales obreras tradicionales (CTV, Codesa y CGT y la chavista disidente Unete) perdieron espacios.
Otro obstáculo, dijo Lira, es que el Gobierno designa los representantes sindicales para negociar, como ocurrió en el contrato colectivo de la salud, el cual suprimió las cláusulas salariales porque los aumentos serán fijados por decreto.
Otro obstáculo, dijo Lira, es que el Gobierno designa los representantes sindicales para negociar, como ocurrió en el contrato colectivo de la salud, el cual suprimió las cláusulas salariales porque los aumentos serán fijados por decreto.
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