lunes, 1 de julio de 2013

Saludo al II Congreso de la Juventud de Izquierda Socialista de Argentina

Por: Jóvenes militantes del 
Partido Socialismo y Libertad (PSL)


Estimados compañeros, reciban un saludo caluroso y solidario a nombre del Partido Socialismo y Libertad de Venezuela, y particularmente de las y los militantes jóvenes de nuestra organización, quienes el fin de semana pasado hemos realizado en Caracas una reunión preparatoria rumbo a la construcción de la Juventud de nuestro partido, y quienes desde la distancia acompañan este importante evento de corte internacionalista.
El momento en el que se realiza este Congreso no podría ser más propicio. Los jóvenes brasileños, turcos, del mundo árabe, especialmente los jóvenes sirios, los griegos, están a la vanguardia de las luchas que están librando los pueblos y la clase trabajadora a nivel mundial para enfrentar a gobiernos burgueses cuyas políticas antidemocráticas castigan a las mayorías y les hacen pagar los costos de una crisis que es inherente al orden capitalista en decadencia.


No es casual que los jóvenes estemos en la primera línea combatiendo a este sistema y a los gobiernos que lo defienden, pues como muchas veces se ha dicho, los jóvenes trabajadores y de los sectores populares somos castigados con particular dureza por la crisis capitalista. Nos reunimos en este Congreso alentados por el heroísmo de millones de jóvenes que enfrentan regímenes dictatoriales, planes económicos de ajuste, y que están formando parte de las victorias que los trabajadores y los pueblos están obteniendo.

En Venezuela, somos millones de jóvenes quienes hemos llegado a la mayoría de edad, sobre todo en términos políticos, durante el último período de catorce años en el que ha gobernado el chavismo, y hemos nacido a finales de los años 80, cuando el modelo político bipartidista se estaba derrumbando y se estaba abriendo la crisis de gobernabilidad capitalista que continúa hasta nuestros días. Esto significa grandes retos y oportunidades para quienes apostamos a la construcción de un partido revolucionario. El legado del fallecido presidente Chávez no es el de un país en transición al socialismo, como repite incansablemente la propaganda oficial, sino el de un país que sigue siendo dependiente, en el que se consolidó la entrega de la industria petrolera bajo el modelo de las empresas mixtas, que garantizan a las transnacionales participaciones de hasta 40% en las ganancias que se producen. Pero además es un país altamente dependiente, en el que el 95% de las exportaciones son petroleras. En el campo, sigue habiendo una enorme concentración de la tierra cultivable en pocas manos, el 1% de las propiedades agrarias representa el 40% de la superficie agrícola; mientras que el 70% de los fundos ocupan el 5% de la superficie agrícola. No hubo reforma agraria, y esto se refleja en la dependencia cada vez mayor de nuestro país respecto de la importación de alimentos. Las empresas básicas del hierro y el aluminio en Guayana están en una situación deplorable debido a la corrupción de la burocracia chavista, y hemos llegado a importar aluminio, cabillas, y hasta derivados del petróleo como gasolina. Ese es el legado del falso socialismo del siglo XXI.

Como es lógico, semejante cuadro de fracaso económico y de continuidad del saqueo de la renta petrolera por parte del imperialismo y la burguesía venezolana, también se refleja en los indicadores sociales. De una población de 27 millones de personas, más de 9 millones viven en condiciones de pobreza, dos millones y medio en condiciones de pobreza extrema. El déficit de vivienda se acerca a las tres millones de viviendas, afectando a 13 millones de personas. A pesar de que la FAO entregó un reconocimiento la semana pasada al gobierno, la desnutrición infantil crónica se ubicó en 15,6% en 2010, y no tenemos cifras oficiales más recientes. Casi la mitad de la población económicamente activa se encuentra en el sector informal, y el desempleo y la informalidad juvenil son muy altas, sumadas representan más del 50%.

Luego de la revolución democrática que derrotó el golpe de Estado en abril de 2002, el gobierno venezolano se hizo relativamente independiente, desde el punto de vista político, respecto del imperialismo. Y radicalizó mucho su discurso. Pero así como en los hechos, el chavismo fue incapaz de superar los límites de una política nacionalista-burguesa que reforzó la dependencia económica del país y su sometimiento a las transnacionales, de igual manera en el terreno político el chavismo ha ido retrocediendo. De confrontar al gobierno de los EEUU y cuestionar las invasiones a Irak y Afganistán, o incluso romper relaciones diplomáticas con Israel, el gobierno venezolano pasó en el último período a colaborar con el gobierno colombiano en la persecución contra las organizaciones guerrilleras, e incluso colaboró para que el régimen hondureño, surgido del golpe de Estado contra Zelaya, fuera admitido nuevamente en la OEA. En lo interno, el gobierno dejó de apoyarse en la movilización popular y a partir del año 2007 comenzó una agresiva política de criminalización de la protesta, y por eso hoy hay centenares de casos de sindicalistas, dirigentes campesinos y activistas del movimiento popular sometidos a juicios por haber participado en protestas o huelgas. El año pasado se aprobó una ley antiterrorista que cumple con todas las recomendaciones del Fondo Monetario Internacional, y que considera “acto terrorista” a cualquier protesta reivindicativa que paralice el transporte, afecte a la agroindustria, o que se dirija a presionar al gobierno o a organismos multilaterales para que modifiquen sus políticas.
El pueblo indígena yukpa, de la Sierra de Perijá, en el noroccidente del país, en la frontera con Colombia, ha sufrido una política de persecución terrible, que ha incluido el encarcelamiento de dos de sus dirigentes, Sabino Romero y Alexander Fernández, y su posterior asesinato por parte de sicarios que han contado con el apoyo de los militares y los cuerpos policiales. El fenómeno del sicariato se ha ido extendiendo debido a que el gobierno protege con el manto de la impunidad a sus autores materiales e intelectuales. Más de doscientos dirigentes campesinos y decenas de dirigentes obreros han sido asesinados bajo este método terrorista que aplican los patronos, los terratenientes y las mafias sindicales ligadas al partido chavista, el Psuv. Entre las víctimas se cuentan 8 compañeros de nuestra corriente sindical, la C-cura, incluyendo a Richard Gallardo, Luis Hernández y Carlos Requena, quienes dirigían la Unión Nacional de Trabajadores en el estado Aragua.
Si bien el movimiento estudiantil jugó un papel protagónico en la lucha contra el régimen puntofijista, fue muy combativo y enfrentó las medidas económicas de los gobiernos adecos y copeyanos, lamentablemente su situación hoy en día es de dispersión y de una gran crisis. La dirección política dominante entre los estudiantes de las universidades autónomas es la derecha proimperialista. Mientras que en las universidades experimentales, en las que el gobierno designa autoridades y que no gozan de autonomía académica y administrativa, el gobierno coarta la libertad sindical y la libertad de los estudiantes de organizarse políticamente y para fines reivindicativos. El fortalecimiento de la derecha en las universidades se debe a que, en un contexto nacional muy polarizado, la política gubernamental ha apuntado a recortar los presupuestos universitarios y desmejorar los salarios de profesores, empleados y obreros; las becas estudiantiles representan la sexta parte del monto del salario mínimo, las modalidades de trabajo que realizan los estudiantes, como las preparadurías, se pagan a la cuarta parte del salario mínimo. Y las organizaciones estudiantiles que se reivindican de izquierda, en su mayoría son chavistas y apoyan esta política del gobierno hacia las universidades. Además de esto, se siguen aplicando pruebas de ingreso a las universidades, un mecanismo discriminatorio que en la práctica excluye a los estudiantes provenientes de los sectores populares y de la educación secundaria pública de la posibilidad de cursar estudios en las universidades. El predominio de la clase media y clase media alta, hegemonizadas por la derecha agrupada en la MUD, en la composición social del estudiantado también es una de las bases objetivas del conservadurismo estudiantil, que no solo se expresa como apoyo a las direcciones políticas de derecha, sino también como un apoliticismo muy marcado justificado ideológicamente desde nociones posmodernas.

Actualmente se está realizando un paro universitario, debido a que los profesores reclaman aumentos salariales, negados desde hace años por el gobierno, que ha desconocido las normas de homologación, una especie de escala móvil de salarios que fue concebida para salvaguardar el salario real de los profesores ante la inflación, con una revisión salarial cada dos años. Hoy en día el sueldo de un profesor instructor, que es el escalafón en el que se encuentran la mayoría de los profesores universitarios, es ligeramente superior al salario mínimo. Y recordemos que el salario mínimo en Venezuela es apenas la mitad del monto de la canasta básica. Nuestro partido apoya la exigencia salarial de los profesores y su derecho a ejercer la huelga, y repudiamos el papel de rompehuelgas que han asumido las organizaciones estudiantiles del chavismo, sin embargo, también repudiamos la conducción antidemocrática del conflicto por parte de la dirigencia profesoral, ligada a la coalición de derecha Mesa de la Unidad Democrática, y planteamos que es necesario unificar las luchas de los obreros, empleados, y profesores por aumento salarial, así como también incorporar a una agenda unitaria de movilización a los estudiantes, planteando las reivindicaciones propias del sector, como lo es el aumento de las becas y el aumento de los pagos de ayudantías y preparadurías, las modalidades de trabajo académico que realizan los estudiantes. Lamentablemente la división y sectorización de la lucha no solamente es una política impulsada por el gobierno, sino también el producto del sectarismo y la orientación burocrática de los dirigentes gremiales y sindicales, ligados a la derecha en el caso de la dirigencia profesoral. Los estudiantes que militamos en el PSL no brindamos un apoyo incondicional a esa dirigencia, al contrario, la denunciamos por inconsecuente, por sectaria, por oponerse a la confluencia de un esfuerzo unitario de todos los sectores universitarios actualmente en conflicto. Y a los estudiantes les planteamos que necesitamos renovar nuestra dirigencia en las universidades, para poder hacer valer nuestros reclamos y no quedar a la cola de direcciones políticas o gremiales reaccionarias, como está pasando en estos momentos.

Indudablemente, la muerte del presidente Chávez abre una nueva situación política, en la que redoblamos nuestro esfuerzo por hacer llegar a las bases honestas del chavismo nuestro planteamiento de que los trabajadores y los sectores populares organizados debemos gobernar, que debemos avanzar hacia el verdadero socialismo revolucionario sin transnacionales, sin empresas mixtas, sin Tratados de Libre Comercio como el Mercosur, sin latifundio; y que tenemos que tomar medidas para que no sea el pueblo trabajador el que pague la crisis, como está ocurriendo actualmente producto de la altísima inflación y de los recortes al gasto social por parte del Estado. Para muchísimos jóvenes que dicen no participar en la política ni creer en la utilidad de la lucha social, simplemente porque no se sienten representados por los políticos tradicionales del chavismo y la derecha, los jóvenes trotskistas, los revolucionarios, planteamos que precisamente por no tener ningún compromiso con el legado de los 40 años del bipartidismo ni con el de los 14 años de gobierno chavista, somos la juventud obrera, la juventud campesina, los estudiantes, quienes tenemos que asumir un rol protagónico en construir una alternativa política verdaderamente revolucionaria.

Agradecemos a los compañeros de Izquierda Socialista nuevamente por la invitación y extendemos un abrazo revolucionario a todas las personas que están participando en este Congreso, que estamos seguros de que significará un importante paso hacia adelante en el fortalecimiento de una referencia política revolucionaria para la juventud que lucha y se moviliza en Argentina.

Oriana Bastidas, a nombre de los jóvenes militantes del Partido Socialismo y Libertad (PSL)

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