Por: Miguel A. Hernández, Rolando Gaitán,
Armando Guerra, Antonio Espinoza
Los revolucionarios y la izquierda históricamente hemos estado con las luchas justas de los trabajadores y los pueblos, independientemente de quiénes las dirijan o contra quién se desarrollen. No cabe la menor duda de que la lucha de los docentes universitarios, junto a los empleados y obreros de la mayoría de las casas de estudios universitarios del país, es absolutamente justa.
Los profesores que enseñan en nuestras universidades ganan salarios miserables. Para citar algunos ejemplos, el profesor que más gana en una universidad, con categoría Titular, doctorado, y con más de 20 años de docencia, devenga un sueldo de Bs. 7.200. Un profesor Instructor a Tiempo Completo, que se supone debe estar dedicado a la academia, sólo gana Bs. 2.600, equivalente a un salario mínimo y aproximadamente la mitad del monto de la canasta básica oficial. En Venezuela todo mundo está consciente que con esos salarios nadie puede sobrevivir, si se tiene en cuenta que sufrimos la más alta inflación del continente y somos víctimas de sucesivas devaluaciones de la moneda.
En un primer momento, el gobierno y sus acólitos en las universidades, trataron de imponer la matriz de opinión de que el conflicto universitario, y un eventual paro indefinido de los profesores, era parte de un supuesto “plan desestabilizador” de la oposición de derecha. Esta conseja se cayó por su propia peso, y hoy estudiantes y profesores ligados al chavismo, reconocen que la lucha por aumento salarial es justa. De hecho, muchos docentes chavistas, casi en silencio, se han plegado al paro indefinido, especialmente en las universidades del interior del país, donde las condiciones de trabajo son más difíciles, y las oportunidades de “matar tigres” son menores que en la capital. Lo mismo ha sucedido con profesores y empleados que se declaran simpatizantes de la oposición, pero que también urgidos por sus apremiantes necesidades se negaron a cumplir el llamado de Henrique Capriles de no paralizar las universidades.
No obstante, lo curioso y contradictorio es que muchos estudiantes chavistas dicen respaldar las exigencias de aumento salarial pero están en contra del paro, o de cualquier otra forma de lucha por aumento de salario. Incluso un grupo de ellos, estudiantes de la Upel, demandaron a la presidenta de Fapuv por auspiciar un paro que supuestamente los afecta en su derecho al estudio. Hacemos un llamado a estos jóvenes a no cumplir el triste papel de esquiroles de una lucha que tiene plena validez y justificación socioeconómica.
La huelga universitaria es legítima y el gobierno debe reconocer a los profesores y sus organizaciones
Los profesores, estudiantes y empleados, militantes del Partido Socialismo y Libertad que estudiamos y laboramos en varias universidades del país, apoyamos irrestrictamente a los profesores en paro. Reivindicamos la huelga como un instrumento válido de lucha de todos los trabajadores y le recordamos a la comunidad universitaria y a todo el país que la decisión de ir al paro indefinido fue aprobada en la mayoría de las universidades a través de asambleas y consultas donde participó la mayor parte de los profesores activos y directamente involucrados en las acciones en lucha.
No es asunto del gobierno inmiscuirse en las cuestiones internas de las estructuras gremiales y sindicales, lo cual viola la autonomía de dichas organizaciones. Independientemente de nuestra posición frente a los sectores que hoy dirigen la Fapuv, cuya mayoría se adscribe a las posiciones políticas de la MUD, es la federación que agrupa a las asociaciones de profesores, y es la organización legítima que los representa, y en tal sentido, el gobierno debe negociar con esta federación.
Efectivamente, la dirección de la Fapuv no es santo de nuestra devoción. Creemos que la federación es una entidad paquidérmica y desde hace muchos años buena parte de sus dirigentes están acomodados al statu quo universitario impuesto por las autoridades universitarias. Sin ninguna duda, de esta lucha que hoy desarrollamos los docentes universitarios, surgirá una nueva vanguardia con identidad de clase, plural y combativa que se planteé con seriedad dar la pelea por dirigir democráticamente la Fapuv, desterrando los vicios burocráticos que hoy la aquejan, razón por la cual muchos profesores tienen fuertes críticas a la federación, así como también a muchas direcciones de asociaciones de profesores en distintas universidades.
Restituyamos la Unidad de Acción
En ese contexto, el PSL y nuestra corriente sindical Ccura, respaldan a la Fapuv, como organización gremial nacional de los profesores universitarios, desmarcándonos eso sí, de su actual dirección y llamando a los profesores a rescatar su principal herramienta de lucha reivindicativa. Al mismo tiempo proponemos que de inmediato se realice una Reunión Nacional de Profesores Universitarios que dé nacimiento a una Coordinadora o Comité de Huelga Nacional, al que podría incorporarse estudiantes, empleados y obreros solidarios con la en cada una de las universidades en paro. Que centralice las actividades que en forma dispersa hoy se desarrollan en todo el territorio nacional y que discuta y apruebe un Plan Nacional de Lucha, así como los mecanismos que obliguen al gobierno a escuchar y debatir con la inmensa mayoría de los profesores que hoy son discriminados.
Para lograr este propósito es urgente restituir la unidad de acción de todos los estamentos universitarios, la cual lamentablemente se ha fragmentado por la política divisionista impulsada desde el gobierno nacional a través del ministro Calzadilla. Y reeditar la unidad concretada en la marcha del pasado 4 de abril. Esa será la única forma de obligar al gobierno a escuchar y atender nuestras demandas como gremio.
Invitamos a los compañeros de Fadess, de la UNT, y al resto del sindicalismo autónomo que viene realizando esfuerzos por reunificar al sindicalismo para la lucha, a que tome en sus manos la tarea de acompañar masivamente a los profesores universitarios, respaldando sus acciones, sus organizaciones y aquellas estructuras que surjan al calor de la lucha. Del mismo modo, le proponemos a los trabajadores de las empresas básicas, a los petroleros, a los cementeros, a los empleados de la administración pública, a los compañeros de Corpoelec, a los de Cantv y en fin a todos aquellos que son afectados por la negativa del gobierno y de los empresarios privados de no negociar los contratos colectivos, a que trabajemos unitariamente exigiendo un incremento general de sueldos y salarios, a que se inicie de inmediato la negociación de los contratos colectivos, rechazando la criminalización de la protesta.
Sobre las Normas de Homologación
Las Normas de Homologación son desde 1982 el mecanismo mediante el cual los profesores universitarios, a través de la Fapuv, negociaron con el Estado y con los gobierno de turno, los incrementos salariales. Estas Normas fueron convertidas en Ley con la sentencia de la antigua Corte Suprema de Justicia el año 1990. Pero más allá de lo estrictamente legal, las Normas se han legitimado a través del tiempo, aunque todos los gobiernos han incumplido sistemáticamente su aplicación, y ha sido mediante la lucha que se ha logrado imponerlas.
Este mecanismo está plenamente vigente. No obstante, el actual gobierno las ha incumplido desde el año 2006, imponiéndose aumentos unilaterales sin ser discutidos con la Fapuv ni con la base profesora universitaria. La única manera de que este instrumento cese es mediante la negociación y el acuerdo entre las partes, es decir entre el Estado y la Fapuv, organización que representa a nivel a nacional a los profesores universitarios. Su vigencia no puede depender de la decisión unilateral del gobierno, ya que esto viola el principio de la negociación colectiva. Así de simple.
Ccura y nuestro partido, no tienen ningún problema en que mediante acuerdo entre las partes, las Normas sean sustituidas por un contrato colectivo, siempre y cuando dichos acuerdos sean superadores y progresivos. Rechazamos el intento actual del gobierno de imponerle a los universitarios una Normativa Laboral cocinada de manera excluyente con federaciones de maletín afectas al gobierno y ligadas a Carlos López y a la gobiernera Central Bolivariana Socialista de Trabajadores, que no ha sido discutida con las bases profesorales y con la Fapuv, que es la organización mayoritaria de los docentes.
¿Cuál es el objetivo del gobierno al no discutir las Normas de Homologación e imponer una Normativa Laboral?
En primer término, en el marco de la severa crisis económica que pesa sobre el gobierno, este no quiere discutir las Normas de Homologación, ya que en la práctica estas son un mecanismo de escala móvil de salario, mediante el cual el salario se indexa cada dos años a la inflación acumulada en el período. Y por otra parte, se pretende imponer una Normativa Laboral cocinada sólo entre sindicaleros rojos, rojitos para imponer la estafa del llamado “salario social”, que a fin de cuentas lo que busca es realizar aumentos salariales, y de cestatickets por debajo del índice inflacionario, así como liquidar los seguros de HCM, la previsión social, servicios médicos, con el argumento de que son “privilegios”. De lo que se trata es de otorgar pírricos aumentos de salario, que supuestamente se complementarían con vivienda, salud y alimentación, a través de las Misiones. Es decir, nos quieren meter el cuento que le metieron a los petroleros, de que les construirían 28 mil viviendas, y hasta el sol de hoy no han construido ni una.
La lucha es por salarios, presupuesto justo y la transformación universitaria
La lucha por aumento salarial de los profesores es parte de la lucha de los estudiantes, empleados y obreros por la construcción de una universidad gratuita, popular, democrática y autónoma. Y empalma con la lucha por un presupuesto justo que además sea controlado democráticamente por los gremios universitarios, para que su administración, distribución y ejecución no quede en manos exclusivas de las autoridades universitarias, cuya gestión se caracteriza por una corrupción desenfrenada. En ese sentido es parte de la lucha del movimiento estudiantil por el aumento de las partidas para providencias estudiantiles, es decir, becas, comedor, transporte, preparadurías. De ahí que llamemos a la más amplia unidad de acción de todos los sectores de la comunidad universitaria, y rechacemos el sectarismo y la politiquería de las direcciones gremiales, sindicales y estudiantiles que se oponen a unificar las luchas e incluir demandas como el aumento de las becas o la eliminación de la precarización laboral, que afecta a miles de empleados y obreros. De la unidad de todos los sectores universitarios depende la posibilidad de obtener triunfos resonantes ante la intransigencia del gobierno, que insiste en cobrarle al pueblo, a través de recortes en el gasto destinado a educación, el costo de la crisis que aqueja al país. Llamamos a levantar pliegos unitarios de exigencias que recojan las justas demandas de profesores, empleados, obreros y estudiantes, y a movilizarnos unitariamente en pos de estos objetivos.
Prof. Miguel Angel Hernández (prof. de la Universidad Central de Venezuela), prof. Rolando Gaitán (profesor de la Universidad de Carabobo), Armando Guerra (prof. del Colegio Universitario de Los Teques Cecilio Acosta) y Antonio Espinoza (prof. Instituto Tecnológico de La Victoria)
PARTIDO SOCIALISMO Y LIBERTAD (PSL)
Los revolucionarios y la izquierda históricamente hemos estado con las luchas justas de los trabajadores y los pueblos, independientemente de quiénes las dirijan o contra quién se desarrollen. No cabe la menor duda de que la lucha de los docentes universitarios, junto a los empleados y obreros de la mayoría de las casas de estudios universitarios del país, es absolutamente justa.
Los profesores que enseñan en nuestras universidades ganan salarios miserables. Para citar algunos ejemplos, el profesor que más gana en una universidad, con categoría Titular, doctorado, y con más de 20 años de docencia, devenga un sueldo de Bs. 7.200. Un profesor Instructor a Tiempo Completo, que se supone debe estar dedicado a la academia, sólo gana Bs. 2.600, equivalente a un salario mínimo y aproximadamente la mitad del monto de la canasta básica oficial. En Venezuela todo mundo está consciente que con esos salarios nadie puede sobrevivir, si se tiene en cuenta que sufrimos la más alta inflación del continente y somos víctimas de sucesivas devaluaciones de la moneda.
En un primer momento, el gobierno y sus acólitos en las universidades, trataron de imponer la matriz de opinión de que el conflicto universitario, y un eventual paro indefinido de los profesores, era parte de un supuesto “plan desestabilizador” de la oposición de derecha. Esta conseja se cayó por su propia peso, y hoy estudiantes y profesores ligados al chavismo, reconocen que la lucha por aumento salarial es justa. De hecho, muchos docentes chavistas, casi en silencio, se han plegado al paro indefinido, especialmente en las universidades del interior del país, donde las condiciones de trabajo son más difíciles, y las oportunidades de “matar tigres” son menores que en la capital. Lo mismo ha sucedido con profesores y empleados que se declaran simpatizantes de la oposición, pero que también urgidos por sus apremiantes necesidades se negaron a cumplir el llamado de Henrique Capriles de no paralizar las universidades.
No obstante, lo curioso y contradictorio es que muchos estudiantes chavistas dicen respaldar las exigencias de aumento salarial pero están en contra del paro, o de cualquier otra forma de lucha por aumento de salario. Incluso un grupo de ellos, estudiantes de la Upel, demandaron a la presidenta de Fapuv por auspiciar un paro que supuestamente los afecta en su derecho al estudio. Hacemos un llamado a estos jóvenes a no cumplir el triste papel de esquiroles de una lucha que tiene plena validez y justificación socioeconómica.
La huelga universitaria es legítima y el gobierno debe reconocer a los profesores y sus organizaciones
Los profesores, estudiantes y empleados, militantes del Partido Socialismo y Libertad que estudiamos y laboramos en varias universidades del país, apoyamos irrestrictamente a los profesores en paro. Reivindicamos la huelga como un instrumento válido de lucha de todos los trabajadores y le recordamos a la comunidad universitaria y a todo el país que la decisión de ir al paro indefinido fue aprobada en la mayoría de las universidades a través de asambleas y consultas donde participó la mayor parte de los profesores activos y directamente involucrados en las acciones en lucha.
No es asunto del gobierno inmiscuirse en las cuestiones internas de las estructuras gremiales y sindicales, lo cual viola la autonomía de dichas organizaciones. Independientemente de nuestra posición frente a los sectores que hoy dirigen la Fapuv, cuya mayoría se adscribe a las posiciones políticas de la MUD, es la federación que agrupa a las asociaciones de profesores, y es la organización legítima que los representa, y en tal sentido, el gobierno debe negociar con esta federación.
Efectivamente, la dirección de la Fapuv no es santo de nuestra devoción. Creemos que la federación es una entidad paquidérmica y desde hace muchos años buena parte de sus dirigentes están acomodados al statu quo universitario impuesto por las autoridades universitarias. Sin ninguna duda, de esta lucha que hoy desarrollamos los docentes universitarios, surgirá una nueva vanguardia con identidad de clase, plural y combativa que se planteé con seriedad dar la pelea por dirigir democráticamente la Fapuv, desterrando los vicios burocráticos que hoy la aquejan, razón por la cual muchos profesores tienen fuertes críticas a la federación, así como también a muchas direcciones de asociaciones de profesores en distintas universidades.
Restituyamos la Unidad de Acción
En ese contexto, el PSL y nuestra corriente sindical Ccura, respaldan a la Fapuv, como organización gremial nacional de los profesores universitarios, desmarcándonos eso sí, de su actual dirección y llamando a los profesores a rescatar su principal herramienta de lucha reivindicativa. Al mismo tiempo proponemos que de inmediato se realice una Reunión Nacional de Profesores Universitarios que dé nacimiento a una Coordinadora o Comité de Huelga Nacional, al que podría incorporarse estudiantes, empleados y obreros solidarios con la en cada una de las universidades en paro. Que centralice las actividades que en forma dispersa hoy se desarrollan en todo el territorio nacional y que discuta y apruebe un Plan Nacional de Lucha, así como los mecanismos que obliguen al gobierno a escuchar y debatir con la inmensa mayoría de los profesores que hoy son discriminados.
Para lograr este propósito es urgente restituir la unidad de acción de todos los estamentos universitarios, la cual lamentablemente se ha fragmentado por la política divisionista impulsada desde el gobierno nacional a través del ministro Calzadilla. Y reeditar la unidad concretada en la marcha del pasado 4 de abril. Esa será la única forma de obligar al gobierno a escuchar y atender nuestras demandas como gremio.
Invitamos a los compañeros de Fadess, de la UNT, y al resto del sindicalismo autónomo que viene realizando esfuerzos por reunificar al sindicalismo para la lucha, a que tome en sus manos la tarea de acompañar masivamente a los profesores universitarios, respaldando sus acciones, sus organizaciones y aquellas estructuras que surjan al calor de la lucha. Del mismo modo, le proponemos a los trabajadores de las empresas básicas, a los petroleros, a los cementeros, a los empleados de la administración pública, a los compañeros de Corpoelec, a los de Cantv y en fin a todos aquellos que son afectados por la negativa del gobierno y de los empresarios privados de no negociar los contratos colectivos, a que trabajemos unitariamente exigiendo un incremento general de sueldos y salarios, a que se inicie de inmediato la negociación de los contratos colectivos, rechazando la criminalización de la protesta.
Sobre las Normas de Homologación
Las Normas de Homologación son desde 1982 el mecanismo mediante el cual los profesores universitarios, a través de la Fapuv, negociaron con el Estado y con los gobierno de turno, los incrementos salariales. Estas Normas fueron convertidas en Ley con la sentencia de la antigua Corte Suprema de Justicia el año 1990. Pero más allá de lo estrictamente legal, las Normas se han legitimado a través del tiempo, aunque todos los gobiernos han incumplido sistemáticamente su aplicación, y ha sido mediante la lucha que se ha logrado imponerlas.
Este mecanismo está plenamente vigente. No obstante, el actual gobierno las ha incumplido desde el año 2006, imponiéndose aumentos unilaterales sin ser discutidos con la Fapuv ni con la base profesora universitaria. La única manera de que este instrumento cese es mediante la negociación y el acuerdo entre las partes, es decir entre el Estado y la Fapuv, organización que representa a nivel a nacional a los profesores universitarios. Su vigencia no puede depender de la decisión unilateral del gobierno, ya que esto viola el principio de la negociación colectiva. Así de simple.
Ccura y nuestro partido, no tienen ningún problema en que mediante acuerdo entre las partes, las Normas sean sustituidas por un contrato colectivo, siempre y cuando dichos acuerdos sean superadores y progresivos. Rechazamos el intento actual del gobierno de imponerle a los universitarios una Normativa Laboral cocinada de manera excluyente con federaciones de maletín afectas al gobierno y ligadas a Carlos López y a la gobiernera Central Bolivariana Socialista de Trabajadores, que no ha sido discutida con las bases profesorales y con la Fapuv, que es la organización mayoritaria de los docentes.
¿Cuál es el objetivo del gobierno al no discutir las Normas de Homologación e imponer una Normativa Laboral?
En primer término, en el marco de la severa crisis económica que pesa sobre el gobierno, este no quiere discutir las Normas de Homologación, ya que en la práctica estas son un mecanismo de escala móvil de salario, mediante el cual el salario se indexa cada dos años a la inflación acumulada en el período. Y por otra parte, se pretende imponer una Normativa Laboral cocinada sólo entre sindicaleros rojos, rojitos para imponer la estafa del llamado “salario social”, que a fin de cuentas lo que busca es realizar aumentos salariales, y de cestatickets por debajo del índice inflacionario, así como liquidar los seguros de HCM, la previsión social, servicios médicos, con el argumento de que son “privilegios”. De lo que se trata es de otorgar pírricos aumentos de salario, que supuestamente se complementarían con vivienda, salud y alimentación, a través de las Misiones. Es decir, nos quieren meter el cuento que le metieron a los petroleros, de que les construirían 28 mil viviendas, y hasta el sol de hoy no han construido ni una.
La lucha es por salarios, presupuesto justo y la transformación universitaria
La lucha por aumento salarial de los profesores es parte de la lucha de los estudiantes, empleados y obreros por la construcción de una universidad gratuita, popular, democrática y autónoma. Y empalma con la lucha por un presupuesto justo que además sea controlado democráticamente por los gremios universitarios, para que su administración, distribución y ejecución no quede en manos exclusivas de las autoridades universitarias, cuya gestión se caracteriza por una corrupción desenfrenada. En ese sentido es parte de la lucha del movimiento estudiantil por el aumento de las partidas para providencias estudiantiles, es decir, becas, comedor, transporte, preparadurías. De ahí que llamemos a la más amplia unidad de acción de todos los sectores de la comunidad universitaria, y rechacemos el sectarismo y la politiquería de las direcciones gremiales, sindicales y estudiantiles que se oponen a unificar las luchas e incluir demandas como el aumento de las becas o la eliminación de la precarización laboral, que afecta a miles de empleados y obreros. De la unidad de todos los sectores universitarios depende la posibilidad de obtener triunfos resonantes ante la intransigencia del gobierno, que insiste en cobrarle al pueblo, a través de recortes en el gasto destinado a educación, el costo de la crisis que aqueja al país. Llamamos a levantar pliegos unitarios de exigencias que recojan las justas demandas de profesores, empleados, obreros y estudiantes, y a movilizarnos unitariamente en pos de estos objetivos.
Prof. Miguel Angel Hernández (prof. de la Universidad Central de Venezuela), prof. Rolando Gaitán (profesor de la Universidad de Carabobo), Armando Guerra (prof. del Colegio Universitario de Los Teques Cecilio Acosta) y Antonio Espinoza (prof. Instituto Tecnológico de La Victoria)
PARTIDO SOCIALISMO Y LIBERTAD (PSL)
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