martes, 19 de marzo de 2013

18 de marzo. ANIVERSARIO DE LA COMUNA DE PARÍS

Izquierda Socialista / Argentina 

Una insurrección instauró un gobierno obrero. Duró 73 días y fue ahogado en sangre por la contrarrevolución burguesa. Pero su ejemplo y heroísmo lo transformó en uno de los grandes hitos de la larga lucha de los trabajadores contra los patrones. Marx, en abril de 1871, en el apogeo de la Comuna, escribió: “Sea cual fuere el desenlace inmediato esta vez, se ha conquistado un nuevo punto de partida que tiene importancia para la historia de todo el mundo.” La historia le dio la razón.


Desde 1871, para el marxismo no sólo fue importante destacar el heroísmo sin límites de los obreros de París, sino también sacar las enseñanzas centrales de aquella experiencia.

Lenin lo hizo en su célebre texto El estado y la revolución, escrito en agosto de 1917, un par de meses antes de la toma del poder en Rusia por los soviets.

León Trotsky enriqueció el análisis de la Comuna luego de la experiencia de octubre de 1917. En sus textos como dirigente de la Tercera Internacional, escribiendo en 1922 al Partido Comunista Francés, decía: “La página más gloriosa en la historia del proletariado francés -la Comuna de París- no fue otra cosa que un bloque entre todas las organizaciones y matices dentro de la clase obrera francesa, unidas contra la burguesía. Si, a pesar de la constitución del frente único, la Comuna fue rápidamente aplastada, la explicación de esto debe encontrarse sobre todo en el hecho de que el frente único no tuvo en su flanco izquierdo una organización genuinamente revolucionaria, disciplinada y resuelta, capaz de ganar rápidamente la dirección en el fuego mismo de los acontecimientos.” Es decir, destaca dos elementos: la unidad de acción de los partidos obreros que tomaron el gobierno y la ausencia de un partido revolucionario organizado. En otra carta de la misma época, también dirigida al PC francés, decía que “las razones más importantes para la derrota de la Comuna fueron los principios federalistas, pequeñoburgueses y democráticos, la ausencia de una mano fuerte que guiara la revolución, que la unificara, la disciplinara y la centralizara” (The first five years of the IC, vol. 2. Pathfinder, NY, 1972).

Nahuel Moreno, en su texto La dictadura revolucionaria del proletariado: “Trotsky señala que la dictadura del proletariado estaba en otra organización [no en la Comuna propiamente dicha], en la Guardia Nacional, en el órgano de lucha. Contra el fetichismo ultrademocrático, dijo que éste no es el elemento fundamental para definir a la dictadura del proletariado y los verdaderos soviets. La dictadura obrera fue la organización de los que luchaban y no la de todos los trabajadores de París. La Comuna, la organización de todos los trabajadores, con mecanismos superdemocráticos, fue una organización burguesa, no la dictadura revolucionaria del proletariado; en cambio, la organización de los que luchaban, eso sí fue el 'soviet' y la dictadura del proletariado.”

(www.izquierdasocialista.org.ar/cgi-bin/elsocialista.cgi?es=187&nota=19)

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