Izquierda Socialista / Argentina
No es algo común que renuncie un Papa. Hace casi 600 años que no ocurría. Por eso, pese a tener 85 años, sorprendió la decisión de Joseph Ratzinger, Benedicto XVI, alegando “cansancio físico y espiritual”. La realidad es que estuvo desbordado por una ola de escándalos nuevos y antiguos -estafas financieras, pedofilia, etcétera- y una crisis profunda de la Iglesia Católica que pierde año a año millones de fieles.
Fue electo Papa en el 2005, después de la muerte de su antecesor Juan Pablo II. Antes había presidido durante 25 años la Congregación para la Doctrina de la Fe. Fue de la juventud nazi en 1939 (Ratzinger alegó que la afiliación en la Alemania nazi era obligatoria).
Ratzinger será recordado como uno de los Papas más reaccionarios. En enero de 2009 levantó la excomunión de cuatro obispos integristas del movimiento ultraconservador de Marcel Lefebvre, entre ellos al británico Richard Williamson, quien niega la existencia del Holocausto nazi. Ratzinger se opuso férreamente al derecho al aborto, a los derechos de los homosexuales, al uso de preservativos, a la posibilidad del matrimonio de sacerdotes, a la eutanasia y al divorcio. Trató de “solucionar” las miles de denuncias contra curas y obispos pedófilos, pidiendo perdón a las víctimas. El cardenal de Los Angeles Roger Mahoy fue destituido y obligado a entregar archivos con los nombres de 124 curas abusadores de niños. La Iglesia les pagó 660 millones de dólares de indemnización a 500 víctimas para tapar el escándalo, casi siempre obligada por la justicia. Hasta el propio Papa fue acusado de proteger a pederastas cuando dirigía el “Santo Oficio”. Los hechos fueron demostrando que la estructura totalitaria, jerárquica y sexualmente represiva de la Iglesia Católica facilitó y facilita que surjan aberraciones como maltrato a niños y pederastia.
Los escándalos financieros
Como no podía ser de otra manera, la crisis financiera capitalista también afectó a la Iglesia Católica que está metida de cabeza en la gran banca a través del Instituto de Obras Religiosas (IOR). El IOR fue presidido durante dos décadas, hasta 1989, por el obispo yanqui Paul Marcinkus quien estuvo involucrado en el peor escándalo financiero de la historia de la Iglesia con el Banco Ambrosiano, que quebró y su presidente Roberto Calvi apareció colgado del puente de Londres. El IOR tuvo que pagar 240 millones de dólares para cubrir las deudas del Banco Ambrosiano y Marcinkus fue jubilado.
Sus sucesores volvieron a las andadas. El año pasado estalló un nuevo escándalo financiero, aún no esclarecido. La Policía italiana encontró, en junio de 2012, documentos confidenciales en la casa y oficina del ex presidente del Banco del Vaticano Ettore Gotti Tedeschi, ubicadas en la ciudad de Milán (noroeste), dirigidos a sus "amigos de más confianza" a los que habría advertido "si me asesinan, buscad en estas cartas" información sobre importantes personajes de la Santa Sede. Gotti Tedeschi y el director general del IOR, Paolo Cipriani, están siendo investigados desde el 2010 por no poder explicar el origen de 23 millones de euros que el Banco del Vaticano transfirió entre cuentas que tenía en otras dos entidades. A Tedeschi lo echaron. Pero sigue sin aclararse el origen de los fondos. Tedeschi trata de cubrirse para no seguir la suerte de Roberto Calvi… y aparecer colgado en algún puente.
Mientras tanto, la filtración de documentos secretos y cartas con acusaciones mutuas relacionadas con los malos manejos financieros, parecen no tener fin. Evidencian una fuerte disputa, no precisamente por asuntos teológicos, al interior del Vaticano.
Aunque cambie el Papa, la Iglesia no tiene cura
Conocemos católicos, e incluso curas, que honestamente buscan interpretar al mensaje cristiano como sirviendo a los pobres. Los respetamos. Pero otra cosa es la institución Iglesia Católica, con sus obispos y Papa al frente.
La pederastia la destaparon parcialmente, obligados por la movilización de las víctimas. Sin embargo, el apoyo de la Iglesia a los peores regímenes genocidas (nazismo, fascismo, Franco, Videla), siguen tratando que quede en la penumbra. Y la sociedad de la privilegiada jerarquía eclesiástica con los banqueros y grandes capitalistas los hunde en la misma corrupción, estafa al pueblo y peleas entre ellos.
Tras la renuncia se lamentaron el presidente yanqui Obama, el de Israel Shimon Peres, el Rey Juan Carlos, Angela Merkel y el inglés Cameron, entre otros. Por nuestra parte decimos que la Iglesia Católica, como institución, dirigida por privilegiados, aliados a los grandes capitalistas y al imperialismo, para engañar y reprimir a los pobres, no tiene cura, aunque cambie de Papa.
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Anexo para continuar el debate:
Cardenales vinculados a pedofilia, en la elección papal
Una nueva ola de críticas se generó al trascender que
prelados acusados de ocultar casos de pederastia participarán en el cónclave.
Agencias AP y EFE
Votan. Al menos tres cardenales que decidirán el futuro de
la Iglesia están envueltos en casos de abusos (AP).
Ciudad del Vaticano. La presencia en el cónclave que
elegirá al futuro papa de cardenales acusados de haber tratado de ocultar casos
de clérigos pederastas levantó una nueva polémica en torno a la renuncia de
Benedicto XVI.
La revista católica Famiglia Cristiana le
preguntó a sus
lectores si consideran oportuna su presencia. “Da tu opinión: Mahony, ¿sí o no en el cónclave?”, pregunta el semanario de la
Sociedad de San Pablo en la portada de su último
número en referencia a Roger Mahony,
cardenal y exarzobispo de Los Ángeles.
La publicación abre con un gran titular que dice: “Cónclave,
estalla el caso Mahoney. El cardenal acusado de casos de pederastia estará
entre los que elegirán al nuevo papa. En Estados Unidos se pide que renuncie al
cónclave”.
“Por supuesto que no”, “no es digno de su cargo”, “hay que
evitar que participe”, son algunas de las respuestas que dan los lectores del
semanario católico a la pregunta, a la vez que resaltan la necesidad de que la
Iglesia dé “nuevas señales” de que sigue las indicaciones de Benedicto XVI de
“tolerancia cero” contra la pederastia.
El 31 de enero, el arzobispo de Los Ángeles, José Gómez,
destituyó a Mahony, prelado jubilado de esa archidiócesis, de todos sus cargos
por no haber denunciado algunos de los cientos de casos de abusos sexuales de
menores cometidos por sacerdotes y por la mala gestión de los mismos.
Mahony, de 77 años, dio a entender en su cuenta de Twitter
que tiene intenciones de participar en el próximo cónclave y escribió: “Sus
plegarias son necesarias para que podamos elegir el mejor papa para la Iglesia
de hoy y de mañana”.
Otros casos. Mahony no es el único cardenal
acusado de ocultar casos de clérigos pederastas. También participaría del
cónclave para elegir nuevo papa el primado de la Iglesia de Irlanda, Sean
Brady, de 74 años.
En marzo de 2010, medios irlandeses revelaron que en 1975,
cuando era sacerdote, Brady estuvo presente en reuniones en las que se pidió a
dos niños víctimas de los abusos del cura Brendan Smyth (fallecido en 1997, uno
de los más conocidos curas pederastas del país) que hicieran un voto de
silencio.
Brady reconoció el hecho y aseguró que no alertó entonces ni
a los padres y ni a las autoridades civiles sobre los abusos porque participó
en aquella investigación en calidad de mero administrativo, “sólo para tomar
notas e informar a sus superiores”.
A su vez, la prensa belga publicó el año pasado un informe
policial en el que se aseguraba que el primado de Bélgica hasta enero de 2010,
cardenal Godfried Danneels, estuvo al corriente de unos 40 casos de abusos
sexuales a menores por parte de sacerdotes en las últimas décadas.
Danneels, que cumplirá 80 años en junio y también
participará en el cónclave, siempre afirmó que no estaba al tanto de esos
casos.
Sin inmunidad. Los casos de pederastia podrían
perseguir a Benedicto XVI después de su renuncia, ya que el 28 de febrero,
cuando deje de dirigir la Iglesia Católica, perderá la inmunidad que posee por
ser el jefe de Estado del Vaticano.
Sin la protección de ese cargo, Joseph Ratzinger podría ser
llamado a declarar sobre los cientos de casos de abusos sexuales a menores por
parte de miembros de la Iglesia.
Desde 1981 hasta que se convirtió en papa, en abril de 2005,
fue responsable de las cuestiones disciplinarias en la Iglesia, que entre otras
cosas incluían los abusos sexuales.
Durante esos años, la Iglesia prefirió ocultar los casos de
pedofilia y evitar los escándalos, en vez de anteponer las necesidades de las
víctimas.
En varios tribunales, los abogados de las víctimas pidieron
que Ratzinger fuera juzgado como responsable vaticano, o al menos que fuera
llamado a
declarar.
Tal vez por eso, Benedicto XVI decidió que permanecerá en un
monasterio dentro del Vaticano después de su renuncia, para que no se haga
efectivo ningún pedido de extradición o de declaración judicial en alguno de
los numerosos procesos que siguen adelante en distintas partes del mundo.
Twitter y antorchas
@Pontifex, de baja. El mismo día que Benedicto
renuncie a su pontificado, el 28 de febrero, se dará de baja su cuenta en la
red social Twitter, @Pontifex, que fue inaugurada hace poco más de dos meses y
cuenta con más de dos millones de seguidores.
Dos meses. Los vecinos de Castel Gandolfo
recibirán a Benedicto XVI con un rosario y una procesión con antorchas a su
llegada al palacio apostólico de esa localidad, donde se alojará tras renunciar
al pontificado, anunció ayer Pietro Diletti, párroco del pueblo. En Castel
Gandolfo permanecerá dos meses, hasta que se traslade a un monasterio de
clausura en el Vaticano actualmente en obras.
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