Por: Miguel Lamas (El Socialista-Izquierda Socialista- Argentina)
Foto: una activista denuncia: “Reunión de Gangsters en Davos”
Desde hace 41 años se reúnen los ricos del mundo en una montaña de
los Alpes (Suiza), fría y de aire purísimo, en pleno invierno europeo.
Este año una de las conclusiones fue que el capitalismo “amplió la
desigualdad social”, pero “que no hay un sistema mejor” (Clarín, 26/1).
Se calcula que cada asistente gastó, entre viaje y estadía, un mínimo
de 50.000 dólares. Una suma que no llegan a ganar en toda su vida
centenares de millones de trabajadores chinos, hindúes, haitianos o de
otros países pobres. En el bello paisaje alpino se codean banqueros del
Citibank y el Morgan, ejecutivos de multinacionales como Nike, Nestlé,
Novartis, Coca Cola, algunos políticos, gobernantes de 40 países, como
la alemana Ángela Merkel -quien inauguró el evento-, y empresarios
buscadores de “contactos” para buenos negocios.
El lema de la reunión fue: “Davos 2012: creando nuevos modelos”.
Supuestamente, transformar al sistema capitalista en algo menos
desigual. Parece un chiste de mal gusto “descubrir” en ese ambiente que
“el capitalismo amplía la desigualdad social”: ¡Ya lo dijo Carlos Marx
hace 160 años!
“Creo que tenemos tres o cuatro años en Occidente para mejorar el
modelo económico que tenemos, si no lo hacemos habremos perdido el
juego”, advirtió David Rubinstein, director del fondo de inversiones
Carlyle, según informa AFP. La información no aclara qué significado dio
a la frase “habremos perdido el juego”. Pero está claro que no le
preocupa en lo más mínimo la desigualdad social, sino “perder el juego”,
es decir, que los indignados de Europa y Estados Unidos o la revolución
árabe, continúen, hasta quitarles el poder y sus millones. ¡Por eso
tiemblan!
El año pasado, el ranking de la revista Forbes que mide a los más
ricos del mundo con una fortuna superior a los 1.000 millones de
dólares, dio la mayor cifra de la historia: 1.211 personas
(capitalistas) suman 4 billones y medio de dólares. ¡En plena crisis
mundial que ha causado en cuatro años 200 millones de desocupados, otros
tantos que pierden sus casas y más de 1.000 millones de hambrientos…! A
esto hay que agregar la destrucción ambiental contra los pueblos del
mundo.
La alternativa es el socialismo con democracia obrera
En este contexto, los multimillonarios reunidos en Davos nos quieren
hacer creer que el capitalismo es “el mejor sistema”. Esta afirmación
sólo se sostiene por el engaño. Hoy el mundo produce comida como para
alimentar a 12.000 millones de habitantes. Y sin embargo somos 7.000
millones, millones se mueren de hambre y casi la mitad vive con dos
dólares diarios. El progreso tecnológico trae desocupación en Europa y
Estados Unidos, y salarios de hambre en los países sometidos, como
China. ¿Qué impide que todos trabajemos menos horas y que se repartan la
comida y bienes necesarios? Sólo el dominio de la economía mundial por
unos centenares de multinacionales (cuyos jefes se reunieron con los
gobernantes imperialistas en Davos) provocando este desastre en medio de
la abundancia de bienes y alimentos. Expropiar a los grandes
millonarios, banqueros y multinacionales es la condición para terminar
con este desastre social.
Nos dicen “el socialismo fracasó”. Pero ocultan los hechos. La
expropiación de los terratenientes, banqueros y grandes empresarios
permitió a Rusia, China, Cuba, Vietnam y otros países en el siglo XX
salir de la miseria y lograr grandes avances. Es cierto que
posteriormente sufrieron una involución y volvieron al capitalismo. Esto
fue porque burócratas privilegiados -encabezados por Stalin en la ex
URSS y por la corriente stalinista que dirigió los partidos comunistas-
se adueñaron del poder en forma dictatorial (en el caso de Rusia
asesinando a los dirigentes revolucionarios) pactando con el
imperialismo.
La solución, entonces, no es más capitalismo o un “capitalismo
compasivo” como dijeron en Davos. Eso es imposible. Solo un sistema
socialista con plena democracia para sus trabajadores, campesinos y
demás sectores populares podrá poner las fábricas, tierras y bancos al
servicio de las necesidades populares, en una economía planificada,
atento a las resoluciones democráticas que tomen los organismos que se
de la clase obrera y sus aliadas. Es decir, emprender el camino al
verdadero socialismo.
Mientras hoy, la tarea inmediata pasa por seguir impulsando las
huelgas y movilizaciones para derrotar a los planes de ajuste y a las
políticas de los gobiernos que los aplican, poniendo de pie y forjando
una nueva dirección sindical y política de los trabajadores y oprimidos
para dar esta gran lucha en cada país y a escala internacional, en el
camino de bregar por una salida de fondo y construir una alternativa
socialista revolucionaria.
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