Por: Edwin
Sambrano Vidal
Parece que
asistimos a una ficción o a una comedia. Ahora el camarada Chávez es quien se
encargará de reformar la Ley Orgánica del Trabajo o de impulsar una nueva Ley
Orgánica del Trabajo haciendo uso de sus “facultades legislativas habilitantes”.
El Presidente la de República, el patrono de más trabajadores en el país, será
el encargado de confeccionar la nueva Ley del Trabajo.
Peligrosa
renuncia a la autonomía sindical
Así lo
solicitaron los voceros de la Central Sindical nacional, recientemente
constituida o propuesta bajo el nombre de “Central Bolivariana Socialista de
Trabajadores y Trabajadoras”. El designado presidente provisional de dicha
Central, actuando como vocero principal lo solicitó expresamente: “…que el
comandante presidente Chávez asuma el liderazgo de la nueva Ley del Trabajo”,
dijo en su intervención. “Que sea el líder de la Ley Orgánica del Trabajo… y
vamos a recoger millones y millones de firmas…”, afirmó; exigiendo a los
ministros que deben prestar el apoyo para recoger esas firmas. Remató diciendo
que “… el líder tiene que tomar decisiones y nosotros tenemos que apoyarlo, si
no, no tiene sentido que estemos aquí…”, no tiene sentido la lucha; “…camarada
presidente la lucha es suya…”
Tal
situación revela la renuncia, totalmente irresponsable, de la indelegable
función de los dirigentes sindicales de hacer propuestas con AUTONOMÍA frente
al Estado, el gobierno y los patronos. Revela una total incomprensión del rol
de las organizaciones sindicales y de sus miembros directivos y es una postura
de entrega de los intereses y derechos de los trabajadores. Igual o tal vez
peor que lo que ocurrió con la CTV en los primeros años de la década de 1960.
El
Presidente ha tenido facultad para mejorar a los trabajadores
El Presidente
Chávez, durante más de la mitad de su largo mandato, ha estado habilitado por
el cuerpo parlamentario nacional para legislar sobre las más diversas materias
y para ello no necesita “millones y millones de firmas” de respaldo. Han
bastado las llamadas leyes habilitantes para que lo haya hecho en más de una
centena de decretos leyes.
Nada legal o
constitucional le ha impedido reformar la Ley del Trabajo para mejorar la
situación de los trabajadores en materias urgentes como la disminución de la
jornada de trabajo, la democratización y profundización de la participación de
los trabajadores en la gestión de las empresas de capital público, mixto y
privado, el establecimiento de la estabilidad plena, el aumento de la
participación de los trabajadores en las utilidades obtenidas por las empresas
con el trabajo de sus trabajadores, entre otros temas.
Así se lo
han exigido miles de trabajadores durante todos estos años de mandato
presidencial. Sin embargo el camarada Chávez no lo ha hecho, se ha limitado al
aumento del salario mínimo, cosa que hacían también los gobiernos del pacto de
Punto fijo, incluso estos gobiernos decretaron en varias oportunidades aumentos
generales de salarios mejorando tanto el salario mínimo como el salario de
otros niveles medios.
También se
ha mantenido la inamovilidad laboral, sujeta a la autorización de las
Inspectorías del Trabajo, las cuales actúan con grandes deficiencias, un
retardo muchas veces insoportable y con una intolerable parcialización en favor
de los entes gubernamentales, empresas de capital público, intervenidas o
nacionalizadas; cuando una reforma de la Ley del Trabajo puede establecer la
estabilidad plena sometiendo el conocimiento de los despidos al Poder Judicial.
Un debate
sobre por qué no se ha mejorado a los trabajadores
El
presidente ha aceptado ser el líder de la reforma, según la solicitud referida,
cuando habría bastado con dictar el decreto con fuerza y rango de Ley Orgánica
y presentarlo por ante el Tribunal Supremo de Justicia conforme al artículo 203
de la Constitución a fin de pronunciarse sobre el carácter orgánico. Ahora más
bien debería explicarnos cuál es la razón de mantener a los trabajadores sin el
mejoramiento de sus derechos esenciales y su respuesta es materia de una
discusión nacional entre los trabajadores y los revolucionarios. Muchos
trabajadores han sufrido y sufren de sobre explotación y de enormes sacrificios
e injusticias por no realizarse las reformas que hemos referido antes.
¿Quiénes son
responsables del incumplimiento?
De otro lado
es importante, para la determinación de las responsabilidades de los
funcionarios en una República y más en una República Bolivariana, descifrar qué
pasó con la obligación de la Asamblea Nacional de realizar una reforma de la
Ley Orgánica del Trabajo. Una obligación establecida en la Constitución para
ser cumplida dentro del primer año después de su instalación en Agosto del año
2000 (Disposición Transitoria Cuarta, numeral 3). Por qué esto no se cumplió si
la Asamblea Nacional ha contado desde su instalación con una mayoría del
partido de gobierno, primero del MVR y luego del PSUV. Quién o quiénes son
responsables de que esto no se haya cumplido?... Los diputados que aparecen
como directivos en la recién creada Central, qué tienen que decir sobre este
incumplimiento y ahora, qué explicación dan de su abdicación a la función y al
abandono de su obligación? .
Negación de
la democracia participativa y protagónica
Finalmente,
es lamentable que se reafirme el mesianismo y el culto a la personalidad:
Chávez el único, Chávez el infalible, Chávez para todo. “La lucha es suya” dice
el vocero de la recién creada Central, para rematar “…el líder tiene que tomar
decisiones y nosotros tenemos que apoyarlo, si no, no tiene sentido que estemos
aquí…”
Dónde queda
el ejercicio de la participación protagónica?... Parece que esa participación
se reduce a seguir a líder, apoyarlo, creerle y obedecerlo.
Una
propuesta del seno de los trabajadores
Lo que
deberían hacer los trabajadores, sus dirigentes es proponer un proyecto de Ley
Orgánica del Trabajo que contenga sus aspiraciones socio-económicas y las
líneas estratégicas de evolución de sus derechos y de su organización en esta
etapa del proceso económico, político y social del país, que sea discutido en
las bases y que se impulse para que sea aprobado por la Asamblea Nacional con
amplias jornadas de debates y de movilización de los trabajadores y que el
presidente apruebe porque representa lo que los trabajadores quieren y proponen
conscientemente.
Ciudad
Guayana
sambranovidal@gmail.com
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