jueves, 13 de julio de 2017

Sobre la consulta popular del 16 de julio y los trabajadores(as).


No a la constituyente fraudulenta
No al gobierno de unidad nacional 
El pueblo no debe dar cheque 
en blanco a nadie

Emilio Bastidas (*)

La consulta popular del 16 de julio, por sí sola, no es garantía de la salida de Maduro y el régimen. Lo primordial es mantener la movilización y lucha de calle hasta que se vayan, extendiendo la rebelión popular a todos los rincones del territorio nacional. Debemos inscribir esta consulta como una actividad adicional a todas las batallas que hemos librado y las que faltan hasta sacar a los responsables de aplicar un ajuste económico que ha conducido a la ruina y al hambre del pueblo empobrecido. En el marco de esta observación, los trabajadores y trabajadoras debemos ayudar a oxigenar la lucha, a reagrupar fuerzas y convertir este evento en un punto de partida de la fase final de esta batalla contra el régimen causante de los males del pueblo.

Ahora bien, queremos hacer un llamado a todos los que acudan a votar y en particular a los jóvenes y trabajadores que a en dicha consulta, sólo votaremos SI a la primera pregunta, las otras dos las tacharemos como manifestación de rechazo, por ser políticamente un cheque en blanco a la MUD. Solo, se avalará afirmativamente el planteamiento que traza el rechazo a la Asamblea Nacional Constituyente fraudulenta, punto donde todos estamos de acuerdo.

miércoles, 12 de julio de 2017

Debate: Traslado de Leopoldo López a su casa



Crece la duda razonable de los 
rebeldes y luchadores populares


Deslinde: Con la intención de estimular el debate, 
recomendamos el presente artículo del compañero 
Emilio Bastida. Pensamos que el traslado de LL, es 
apurádamente una carta del gobierno para negociar
Las tramoyas del gobierno y las de la MUD, siguen 
siendo superadas por la rebelión popular que no muestra 
quebrantos en la decisión de salir del gobierno y su 
constituyente, así como de superar a las direcciónes 
políticas que privilegian la desmovilización, cuando 
las masas asumieron no volver sus casas hasta 
tanto no vean alcanzados sus objetivo. 
Invitamos a su lectura. 

Emilio Bastidas.

En la mañanita del sábado 8 de julio. Leopoldo López, reconocido dirigente de la Mesa de Unidad Democrática (MUD), sentenciado a más de 14 años de prisión, lo habían trasladado de la cárcel de Ramo Verde a su casa, por “decisión” de la Sala Plena del Tribunal Supremo de Justicia (TSJ) con ponencia del magistrado Maikel Moreno, quien señala en su fundamentación que “existían serios señalamientos de irregularidades sobre la distribución del expediente a un Tribunal de Ejecución y en virtud de información recibida sobre el estado de salud del dirigente político de Voluntad Popular”, razones por las cuales consideraba ajustado a derecho otorgarle la medida humanitaria de Casa por Cárcel.

La noticia corrió como pólvora a través de los medios de comunicación, las redes sociales y por supuesto de boca en boca. Pocos daban crédito a la noticia, si se tiene en cuenta que el gobierno siempre utilizó el juicio y condena del dirigente político de la oposición como la mayor expresión de “justicia” contra quien se consideraba como el instigador y responsable político de más de 40 personas asesinadas en las jornadas de protesta desarrolladas entre febrero y marzo de 2014. Leopoldo tenía tres años y cuatro meses preso, siendo catalogado durante todo este tiempo por los dirigentes del gobierno, del PSUV y de las Fuerzas Armadas como el “Monstruo de Ramo Verde”, era el símbolo y trofeo político más importante que mostraban ante las bases chavistas y también la amenaza velada para todos aquellos que se le opusieran, señalándoles el destino que les aguardaba.

martes, 11 de julio de 2017

Noventa días de protestas contra Maduro




Por: Simón Rodríguez Porras (PSL)

Maduro intenta sostenerse en el poder con la represión militar pero no logra sofocar las protestas. Siguen los estallidos sociales. No ha mermado la lucha en estas doce semanas. La violenta represión a la protesta pacífica del 19 de abril en Caracas precipitó un proceso de rebelión popular en todo el país, con centenares de manifestaciones espontáneas, saqueos, cortes de calles y choques violentos entre multitudes que exigen la salida de Maduro y los cuerpos policiales, militares y grupos paramilitares del PSUV.

domingo, 9 de julio de 2017

Ni con votos, ni con armas, ni con nada

Por: Héctor Ignacio Escandell Marcano
Aporrea.org
07.07.2017

La permanencia en el poder se convirtió en el único objetivo de Nicolás Maduro y la cúpula que le acompaña. A costa de lo que sea, hasta del propio legado que defienden con el verbo cada vez que pueden.

El problema es que seguir en Miraflores ya no depende solo de ellos. Ahora depende de la trampa, de la mentira, de las bombas, de las torturas, de las desapariciones, de las balas y de las metras. Ahora todo depende de la inspiración con la que amanezca el Coronel Lugo, el General Benavides; depende de la complicidad de Reverol y de la fidelidad del General González López. Seguir en Miraflores depende sobre todo, de lo complaciente que pueda llegar a ser Tibisay Lucena, Tarek William Saab y Maikel Moreno. Estos nombres y apellidos son los que hoy encarnan un mal llamado Estado. Ese que alguna vez llegó a constituirse en Judicial, Electoral, Legislativo, Ejecutivo y Moral.


En el país, cada día que pasa se configuran dos naciones. Una que desconoce todo y quiere hacerse una Constitución a la medida, y otra que intenta mantener la vigencia de las leyes que se aprobaron con mayorías democráticas. La polarización ya no es entre simpatizantes rojos y azules. Ahora hay una confrontación de militares contra pueblo y de jueces contra pueblo. El pueblo ya no es ese ser abstracto que invocaba Chávez para referirse a una mayoría electoral que lo mantuvo en el poder mientras vivió, ahora es más que votos, es más que gente agrupada en un partido. Hoy, el pueblo es una mayoría absoluta de venezolanos queriendo arrancarle el país a unos poquitos que se lo quieren meter en el bolsillo.