Por: Simón Rodríguez Porras (PSL)
Se agrava la escasez de alimentos y medicinas, se raciona el suministro eléctrico y de agua potable, las empresas estatales y privadas se encuentran semiparalizadas, la inflación corroe rápidamente los salarios, mientras vastos sectores urbanos son controlados por mafias criminales. Luego de 17 años en el gobierno, el ciclo chavista se acerca a su final bajo el signo del fracaso.
El voto castigo contra el gobierno en las elecciones parlamentarias del 6 de diciembre, primera derrota electoral por amplio margen del chavismo, llegó luego de tres años de un acelerado deterioro de las condiciones de vida de la mayoría de la población. En el estado Barinas, que ha sido gobernado estos años por el padre y un hermano del fallecido Hugo Chávez, el chavismo perdió por más de 12%. También perdió en la popular parroquia 23 de Enero, uno de los bastiones del chavismo en Caracas, así como la elección de los tres parlamentarios de la representación indígena.
La Mesa de la Unidad Democrática (MUD), vinculada estrechamente al gobierno de EEUU, capitalizó el descontento y ganó las dos terceras partes de la Asamblea Nacional (AN). A las pocas semanas de la elección, diversos sondeos de opinión reflejaban una valoración negativa de los diputados de la MUD, debido a su manifiesta incapacidad y demagogia.